martes, 21 de marzo de 2017

La fe en Dios

La fe en Dios

La fe en Dios produce milagros

La biblia nos describe un milagro lleno de enseñanzas para nuestra vida, leamos Lucas 17:11-16 “Yendo Jesús a Jerusalén… le salieron al encuentro diez hombres leprosos… y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, es dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y mientras iban, fueron limpiados. Uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano”
La fe en Dios ante la dificultad es fundamental. El pasaje bíblico nos dice: “yendo Jesús a Jerusalén… ellos le salieron al encuentro”, los leprosos se dieron cuenta que Jesús pasaba y lo buscaron. Es triste pero las angustias nos acercan al Señor. La vida de un leproso era difícil: pues según la mentalidad hebrea esa persona estaría bajo el juicio divino.

Ellos debían vivir en las afueras de la ciudad, además anunciar su estado cuando alguien se acercara, no podían entrar al templo por su condición, y seguramente perdían su familia, su vida social normal., etc. En medio de todo eso ellos buscaron al Señor, a pesar de la crisis tenían fe, y clamaron a Dios.

El Señor Jesús los escuchó y atendió. “Cuando él los vio…” recordemos que Jesús iba camino a la ciudad de Jerusalén, y se detuvo y los escuchó. Por eso debemos procurar captar la atención del Señor, clamar y él responderá.
El Señor Jesús demanda un acto de fe por parte de ellos, por eso les dijo: “id, mostraos a los sacerdotes”, sin duda fue un paso de obediencia y por supuesto de fe, y “aconteció que mientras iban, fueron limpiados”, entonces mientras ellos actuaban creyendo la palabra del Señor fueron sanados, vemos aquí un ejemplo de ejercitar la fe en la palabra del Señor.
La Biblia nos dice que el samaritano volvió para agradecer, vemos además que su corazón anhelaba estar con el Señor: “Se postró en tierra a sus pies” era un samaritano, concluimos que los otros eran judíos. Éste samaritano adoró al Señor Jesús, y le agradeció su bondad. Es muy importante tener un corazón agradecido y desarrollar la fe en el cuidado de Dios.
Conclusión: Dios sigue haciendo milagros, la fe en su poder genera su intervención en nuestra vida diaria. Él hace cosas que nadie más puede hacer. Confía en el Señor y agradece su obra cada día. Es el quien tiene cuidado de ti y de tu familia. 
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

Te invitamos a leer: "Sanidad para el corazón herido"


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