jueves, 7 de febrero de 2019

Dios restaura y sana nuestro corazón

Dios restaura y sana nuestro corazón. Génesis 45:1-5, 13-15 No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de conmigo a todos… Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios… Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José: ¿Vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle…

Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí… Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano el que vendisteis para Egipto. Ahora pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; que para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” Génesis 45:1-5.

José vivió experiencias dolorosas y decepcionantes, situaciones que fueron provocadas por sus propios hermanos, por sus autoridades (Potifar y su esposa), amigos (el copero que se olvidó de él), etc, pero él siguió viviendo con temor de Dios, él siguió creyendo que el Señor haría grandes cosas en su vida, como se lo había dicho en sueños.   

Aquel joven un día se convirtió en gobernador de Egipto, y ante siete años de sequía sus hermanos tuvieron que venir a comprar grano a Egipto. Inicialmente José no se dio a conocer como su hermano, pero aquí vemos que abre su corazón y les cuenta quien es él.

José decidió perdonar a aquellos que le habían ofendido, ellos habían herido su corazón pero José decide perdonar. Para perdonar es muy importante ponernos en los zapatos de los demás, pues la gente que hiere y lastima a otros, es porque han sido lastimados y no han podido superar su dolor.         

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José abrazó a sus hermanos, lloró con ellos y los perdonó. Debemos destacar lo que la Biblia nos dice al final del versículo 15: “y después sus hermanos hablaron con él”, pues nos recuerda que mucho antes “ellos no le podían hablar pacíficamente” pero ahora la relación ha sido sanada y pueden hablar con amor.

José era segundo en el imperio egipcio, era el gobernador del imperio, pero necesitaba su corazón sanidad y libertad de sus heridas y dolor causado por sus hermanos antes. 

No importa quién te haya lastimado es necesario perdonar para sanidad del corazón y para el éxito en tu vida, Dios quiere bendecirte y darte lugares de privilegio. Él desea cumplir en ti sus poderosos y maravillosos planes.     
   
Quizá por diversas situaciones en los años pasados o presentes nuestro corazón pudo haber recibido semillas de maldad, como la del rechazo, la de la muerte, la de la inmoralidad sexual, etc, pero permitamos a Jesús sanar nuestro corazón y arrancar esas malas semillas de nuestra vida, pidamos al Señor que siembre y deposite en nuestro corazón su amor y su buena voluntad.     



Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 
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6 comentarios:

  1. Buen día amado pastor Dios le bendiga gracias x sus hermosos sermones me son de gran ayuda espiritual saludos desde honduras.Dios los bendiga.amen

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    1. Muchas gracias Jose Adan por tu valioso comentario. Dios bendiga tu vida y familia.

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  2. solo nuestro Dios puede tranformar las vidas de nostros los serea humanos y nos ase sensible a los demas no importa.la situacion creerle es lo unico que nesesitamos amen pastores Dios los bendiga siempre

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    1. Muchas gracias Luis por tus valiosos comentarios. Dios te bendiga.

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  3. Gracias Pastor por este edificante mensaje. Bendiciones. Saludos desde Totonicapán, Guatemala C.A.

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    1. Muchas gracias José Emilio por tu apoyo y por tus palabras. Dios bendiga tu vida y familia.

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