“Súbete sobre un
monte alto, oh Sión, tú que traes buenas nuevas; levanta fuertemente tu voz, oh
Jerusalén, tú que traes buenas nuevas; levántala, no temas; di a las ciudades
de Judá: ¡He aquí vuestro Dios! He aquí que el Señor Jehová vendrá con mano
fuerte, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con Él, y su obra
delante de su rostro. Como pastor apacentará su rebaño, con su brazo recogerá
los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas”.
A través de estas palabras podemos
recordar que Dios renueva y confirma su venida. Jesucristo vuelve por su
iglesia, y viene con todo poder y gloria. Dará a cada uno según sean sus obras,
para su pueblo dice la Escritura: “he aquí viene con su recompensa”.
La palabra “recompensa” aquí
indica: galardón, salario, sueldo, remuneración. Entonces nuestro buen Dios
viene con el pago y galardón para sus hijos.
Prepárate, pues hay salario
y recompensa para tu trabajo; quizá has pagado el doble por tu falta, pero Dios
dice: “Se ha cumplido tu tiempo de aflicción, ahora viene el tiempo de
bendición”.
El versículo once nos
recuerda que el Señor es nuestro pastor, somos ovejas de su prado, dice la
Biblia. Él es quien nos apacienta o pastorea, con su brazo de poder nos
defiende, con amor y ternura cuida de sus hijos.
Quizá Israel había pasado
por tiempos muy duros y difíciles, la desesperanza había venido sobre sus
vidas, pero ahora Dios viene a restaurar todas las cosas.
El
Señor desea lo mejor para cada uno de sus hijos, con su
ayuda podemos superar los obstáculos más difíciles de la vida, todo es posible
para él. Permite que te lleve de su mano y te conducirá a tu destino, rodeado
de su gracia y bendición.
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Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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