(La fe por encima de las
emociones). Introducción: No lo podemos negar nuestras emociones y sentimientos
inciden fuertemente en nuestra fe. Es por eso tan necesario depender de Dios y rendir
todas las áreas de nuestro ser al Señor.
Mente, emociones y voluntad deben ser
puestas a los pies de Jesucristo, sólo de esta manera podemos en realidad
avanzar por la fe en Dios y en su poder. Veamos este importante estudio:
La fe
por encima de las emociones y de los sentimientos.
Los sentimientos y las emociones
afectan la fe, cuando no se administran bien. Veamos Marcos 16:10-14
“Yendo ella, lo hizo saber
a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando. Ellos, cuando
oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron. Pero
después, apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al
campo. Ellos fueron y y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos
creyeron.
Finalmente se
apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su
incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían
visto resucitado”.
1) Vemos en primer lugar que en el versículo diez se nos
añade un detalle diciendo que los discípulos “estaban tristes y llorando”, esto
sucede porque Jesús no está con ellos.
La ausencia de Cristo genera lloro y lamento, pues su presencia genera
gozo, paz y fuerza para perseverar ante la adversidad, eran tiempos de
oposición y persecución y ellos se sentían solos y desamparados.
2) En segundo lugar observamos en el versículo once que
ellos escucharon el testimonio de María magdalena quien decía que Jesús estaba
vivo, pero ellos no lo creyeron. La tristeza o el dolor del corazón, es un
sentimiento que impide creer. Los sentimientos, no rendidos a Cristo, afectan
la fe.
Gracias a Dios que el Señor
es bueno y tiene paciencia con los suyos, vemos en el versículo doce que
apareció a dos de sus discípulos que iban de camino al campo, pero ellos
seguían luchando para aceptar la resurrección del Maestro, aunque se los dijo
una y otra vez.
Vemos aquí como los
sentimientos afectados o las emociones alteradas afectan la fe y fortalecen la
duda.
Igual que en el caso de María
Magdalena, estos dos discípulos fueron a los demás discípulos diciéndoles que
el Señor se les había aparecido, pero aun así, la mayoría seguía sin creer en
la resurrección del Señor Jesucristo.
Estos son momentos de nuestra
vida en donde la reflexión en la palabra de Dios y en las verdades de la
naturaleza del Señor nos ayuda a restaurar la fe y la confianza en el poder y
cuidado de Dios sobre nuestra vida y sobre toda nuestra casa
3) En tercer lugar nos añade la Escritura en el versículo
catorce que el Señor Jesús “finalmente” se apareció a los once mismos, esa
palabra “finalmente” para mí es como una expresión de “es lo último que queda
por hacer”, de hecho es aquí donde les llama la atención por no creer a los
primeros. Pero con perseverancia Jesús sigue trabajando en la fe de sus
discípulos, futuros apóstoles de la fe en Cristo.
Este versículo catorce nos
dice además que “les reprochó su incredulidad y dureza de corazón” vemos
entonces que la tristeza y el lamento llegan a convertirse en incredulidad y
dureza de corazón.
Ante las crisis si es
necesario debemos llorar, pero es fundamental orar y fortalecernos en Dios y en
su palabra para salir de la presencia divina renovados y fortalecidos para
seguir adelante con el plan de Dios para cada una de nuestras vidas.
Como podemos ver estos discípulos
al ver al Señor resucitado fortalecieron su fe y confianza en Dios nuevamente,
y recibieron la gran comisión para ir por el mundo predicando el evangelio
acompañados de señales y poder de Dios. Esto nos recuerda que cuando decidimos creer
en Dios y en su palabra, su poder se moverá a nuestro favor.
Te invito a leer:
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
- La fe por encima de las emociones y sentimientos -
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