Sermón: En el Espíritu Santo hallamos nueva fuerzas.
Dios nos habla de muchas maneras, en este caso utiliza el agua para enseñarnos poderosas verdades acerca de la obra del Espíritu Santo. El agua es vital e indispensable para todo nuestro planeta tierra y sus habitantes.
La palabra de Dios nos dice que el Espíritu Santo es indispensable en la vida del cristiano. Como bien se nos enseña, el Espíritu de Dios promueve la limpieza de nuestro corazón y nos aparta de los hábitos pecaminosos. Precisamente, en la Escritura, uno de los símbolos del Espíritu Santo es el agua.
Podemos leer en el evangelio según San Juan 7:37-39 “En el último día, el gran día de la fiesta, el Señor Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.
Pero el Señor decía esto del Espíritu, que los que habían creído en él habían de recibir; porque el Espíritu Santo no había sido dado todavía, pues el Señor Jesús aún no había sido glorificado”.
En la palabra del Señor se define al Espíritu Santo como generador de santidad, y produce la renovación que sacia la necesidad y fortalece al hijo de Dios en la tierra.
El pasaje bíblico utiliza la frase: “Agua viva”, la cual indica el agua que fluye en contraste con el agua estancada de los pantanos; el agua viva es aquella que salta a borbotones, y produce vida en la tierra seca y sin fruto, es el agua que renueva lo seco y restaura las cosechas y el verde del campo.
Esto
es muy interesante, pues, el poder y la vida del Espíritu Santo hacen en el ámbito
de lo espiritual, lo que el agua natural genera en el plano material.
Como bien sabemos, el agua natural limpia, refresca y sacia la sed de los seres vivos; también convierte el terreno estéril en campo fructífero.
El agua representa de manera muy apropiada de la gracia de Dios sobre la humanidad, agua que no sólo limpia el corazón, sino que le añade belleza y armonía; agua que aclara la visión y renueva las fuerzas.
Dios
expresa en su palabra, que el Espíritu Santo desea darse a conocer, él desea enseñarnos,
como el Señor Jesucristo lo hizo Jesús con los doce discípulos. El Espíritu
Santo desea renovar tus fuerzas, ungirte y llevarte al diseño del Señor para tu
vida, bendición para muchos y para la gloria de Dios.
Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria.
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