Sermón: Sellados por Dios mismo.
En la palabra del Señor se nos enseña que todo hijo de Dios ha sido “Sellados con el Espíritu Santo”, y esta expresión es utilizada para explicarnos varios aspectos importantes.
Debemos tener en cuenta, en primer lugar, que antiguamente el sello era usado con y en diversos materiales; dentro de sus objetivos estaban el autenticar, hacer legal o dar legitimidad y otorgar una protección exclusiva a través de un símbolo o de una marca. El sello indicaba la persona o institución que estaba detrás de aquel sello o signo.
A través de las Sagradas Escrituras se nos enseña que nuestro buen Dios levantó (llevando al cielo) a Enoc, al profeta Elías, y también por el poder del Espíritu Santo levantó al Señor Jesús de su sepultura.
La misma Escritura nos dice que el Señor levantará a su Iglesia, aquella que precisamente ha sido sellada con su Espíritu Santo, leamos textualmente las palabras del apóstol Pablo, epístola a los Efesios 1:13-14
“En él también ustedes, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído, fueron sellados en él con el Espíritu Santo de la promesa que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios para alabanza de Su gloria”.
Este
poderoso sello, el mismo Espíritu Santo en nosotros, garantiza que somos
genuinos hijos de Dios, somos de su propiedad, somos protegidos por su poder, y
en su venida la iglesia será levantada o arrebatada.
Que honor, que privilegio, que bendición más grande. Somos creación de Dios, además, redimidos con la sangre preciosa de Jesús, y somos templo del Espíritu Santo, sellados por él.
Desde el comienzo la Biblia nos enseña que Dios creó al hombre para estar con él. Por todas estas cosas concluimos que, el ser humano es un ser extraño en el infierno, éste fue creado para el diablo y sus ángeles, no para el hombre.
Eres
de gran valor para Dios, y por eso te cuida y protege, has sido sellado como
hijo y propiedad de Dios para siempre.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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