Sermón:
El poder de nuestra mente.
La Biblia dice que según el pensamiento del hombre, el tal es él; es decir, los pensamientos y la condición de nuestra mente determinan nuestra identidad y vida. Por eso, debemos reflexionar en el poder de nuestra mente, aquella con la que Dios nos creó.
La palabra de Dios nos permite concluir que estamos viviendo en los tiempos postreros. Por eso, el cristiano debe ser vigilante, no podemos “ignorar los maquinaciones del enemigo”; es decir, no debemos ser indiferentes a las estrategias y planes del diablo y sus ángeles.
Las señales que nos enseña la Biblia, apuntan hacia la segunda venida de Jesucristo, y la iglesia del Señor debe desarrollar y fortalecer su discernimiento espiritual.
Como hijos de Dios sabemos que somos un plan celestial, somos un propósito divino, y por tanto, debemos caminar con el Señor y con el discernimiento que estos tiempos implican. Debemos procurar estar preparados y firmes en todo tiempo.
Un componente, muy importante, que Dios puso en el ser humano es la mente, su capacidad y potencial es inmenso, y el diablo también sabe eso. Por eso, la Escritura nos enseña que la mente del hijo de Dios debe vivir un proceso de renovación.
El apóstol Pablo por el Espíritu Santo dijo: “Renovaos en el espíritu de vuestra mente” Efesios 4:23. Una mente renovada significa un cristiano renovado.
En
este versículo, la palabra “renovar” quiere decir: “hacer nuevo”, “reformar” y
para lograr éste objetivo el Señor nos ha equipado con las herramientas
idóneas. Hablamos de la Palabra de Dios, la poderosa sangre del Señor Jesucristo,
la obra del Espíritu Santo, entre otros factores que transforman la mente del
creyente en Cristo.
Y sin duda alguna, la misma naturaleza de Jesucristo en cada uno de nosotros, como hijos de Dios nacidos de nuevo. Debemos procurar un corazón rendido a Dios, y la obra de su Santo Espíritu terminarán completando la obra del Señor para que como dijo Pablo vivamos la realidad de: “Más nosotros tenemos la mente de Cristo”, según 1 Corintios 2:16.
En este propósito es muy importante, exponer nuestra mente a la Palabra del Señor, y a la obra de su Espíritu. La palabra de Dios es alimento para nuestra alma, transforma nuestro proceso de pensamiento y convierte nuestra alma.
A través de la palabra de Dios, vemos que el Señor desea la completa restauración de sus hijos, y la renovación de la mente es, sin duda, una de las áreas fundamentales en éste propósito.
Siempre
debemos tener presente, en Cristo somos más que vencedores, y el Señor mismo
habita en cada cristiano, por eso, tenemos su mente. Su pensamiento nos lleva a
vivir de la manera que agrada al Padre celestial. Es de esta manera, que
podemos pensar en todo lo puro, todo lo santo, todo lo que es de buen nombre.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invito a leer: La poderosa unción del Espíritu Santo
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