martes, 20 de febrero de 2018

Nuestra confianza está en Dios.

Ante la dificultad o ante la crisis debemos mantener presente la palabra de Dios: “¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra”. Él es nuestro proveedor y protector. 

Ante las crisis o problemas de la vida una persona cristiana puede sentirse tentada a buscar ayuda en muchas cosas, practicas, personas, etc, incluso consultar a hechiceros. Asunto que está mal delante de Dios, lo correcto es acudir a Cristo, orar y clamar buscando su ayuda, él siempre escucha las oraciones sinceras de sus hijos… 





Nuestra confianza está en Dios. 

El pueblo de Dios ha sido, es y será un pueblo especial entre todos los pueblos de la tierra. Nos dice la Escritura en 1 Pedro 2:9 “Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios”. Eso hace que para nosotros Dios sea el centro, motivo y meta de nuestra vida. Por eso nuestro caminar es señalado por la palabra de Dios, y no según el mundo natural e incrédulo.   

Nos dice Éxodo 34:25-26 “No ofrecerás cosa leudada junto con la sangre de mi sacrificio, ni se dejará hasta la mañana nada del sacrificio de la fiesta de la pascua. Las primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la casa de Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre”.

La Biblia nos enseña que el pueblo de Israel no debía realizar prácticas como las de los pueblos cananeos, cosas abominables para Dios. Recordemos que la levadura hace referencia al pecado y su poder de corrupción, en la mayoría de sacrificios que presentaban al Señor no estaba presente, pues su ausencia simboliza pureza.

La expresión “cocinar el cabrito en la leche de su madre” era una práctica antigua cananea. Otra versión dice: “No guisarás el cabrito en la leche de su madre”. Los cananeos realizaban un rito mágico en el que cocinaban el cabrito en la leche materna y luego rociaban con ella la tierra esperando obtener cosechas abundantes.

Nosotros como pueblo de Dios no nos guiamos por el signo zodiacal, no usamos plantas que atraen la buena energía, ni usamos amuletos; nuestro corazón está confiado en Jesucristo, en él nos han sido dadas todas las bendiciones.

Es Dios quien bendice la tierra y prospera la obra de nuestras manos, nuestra bendición viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra. Por eso también dice la Escritura: “Puestos los ojos en Jesús” pues toda nuestra vida depende de Cristo. Él es nuestro salvador, sanador, protector, proveedor, en fin, él es nuestro todo.

Conclusión: Nuestra corazón debe y puede estar confiado en el poder y cuidado de Jesucristo nuestro Señor. Sin fe es imposible agradar a Dios, cuando confiamos en él nunca seremos avergonzados. Él sabe qué hacer y a dónde nos lleva, y siempre será al mejor lugar.

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 






Te invitamos a leer el sermón: "DIOS ESTÁ POR ENCIMA DE LAS CIRCUNSTANCIAS"

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