jueves, 28 de febrero de 2019

Dios quiere bendecir y proteger tu vida

Las ofrendas generan protección y bendición. Éxodo 23:19-20 “Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche de su madre. He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado”.  

El versículo diecinueve nos recuerda la importancia de llevar nuestras primicias al templo del Señor. Los primeros frutos nos recuerdan aquellos de mejor calidad que se presentaban al Señor. 

La segunda parte del versículo: “No guisarás el cabrito en la leche de su madre” hace referencia a una costumbre cananea cuyo objetivo era hacer un acto de adoración a los dioses paganos.    

Vemos aquí un contraste entre un acto de adoración a Dios (presentar las primicias) y otro de adoración al reino de las tinieblas. 

El diablo siempre procura no sólo imitar a Dios sino pervertir la naturaleza y objetivos de sus mandamientos. Entonces así como hay acciones para bendición de los hombres, hay acciones para maldición de la humanidad.    

La primicia es una ofrenda que como toda semilla implica frutos posteriores, esta semilla se convierte en un generador de bendición; pero además según el versículo veinte promueve y facilita la dirección y protección de Dios.    

(Adquiere ahora sin costo alguno nuestro libro cristiano, un texto que edificará tu vida y la de aquellos que te rodean. Aquí en: GRATIS LIBRO CRISTIANO).

El camino que Israel tiene por delante es largo y difícil (el desierto hasta la tierra prometida) pero el Señor promete protegerlos (de los enemigos, de los ladrones del desierto, de las adversidades propias de aquel camino, etc) e introducirlos en la tierra que fluye leche y miel, entonces no sólo hablamos de  protección sino de conquista.


Es importante entonces ser generosos con la obra de Dios y presentar al Señor nuestras ofrendas con corazón alegre y sincero, esta semilla nos permite vivir una cosecha de bendiciones.  


Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario