Las ofrendas generan protección y
bendición. Éxodo 23:19-20 “Las primicias de los primeros frutos
de tu
tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche
de su madre. He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el
camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado”.
El versículo diecinueve nos recuerda
la importancia de llevar nuestras primicias al templo del Señor. Los primeros
frutos nos recuerdan aquellos de mejor calidad que se presentaban al Señor.
La
segunda parte del versículo: “No guisarás el cabrito en la leche de su madre”
hace referencia a una costumbre cananea cuyo objetivo era hacer un acto de
adoración a los dioses paganos.
Vemos aquí un contraste entre un acto
de adoración a Dios (presentar las primicias) y otro de adoración al reino de
las tinieblas.
El diablo siempre procura no sólo imitar a Dios sino pervertir la
naturaleza y objetivos de sus mandamientos. Entonces así como hay acciones para
bendición de los hombres, hay acciones para maldición de la humanidad.
La primicia es una ofrenda que como
toda semilla implica frutos posteriores, esta semilla se convierte en un
generador de bendición; pero además según el versículo veinte promueve y
facilita la dirección y protección de Dios.
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El camino que Israel tiene por delante
es largo y difícil (el desierto hasta la tierra prometida) pero el Señor
promete protegerlos (de los enemigos, de los ladrones del desierto, de las
adversidades propias de aquel camino, etc) e introducirlos en la tierra que
fluye leche y miel, entonces no sólo hablamos de protección sino de conquista.
Es importante entonces ser generosos
con la obra de Dios y presentar al Señor nuestras ofrendas con corazón alegre y
sincero, esta semilla nos permite vivir una cosecha de bendiciones.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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