Nos enseña Hebreos 11:6 “Pero sin fe es
imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea
que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.
El versículo destaca inicialmente la
importancia de la fe para acercarse a Dios, además la persona que se acerca al
Señor debe ser consciente y tener la certeza de que Dios galardona o recompensa
a quien le busca.
El ejemplo de José nos enseña que su
prosperidad era el resultado de la presencia de Dios con él, nos dice la Biblia
“Jehová estaba con José, y fue varón prospero” Génesis 39:2 y ese favor de Dios
con José era tan fuerte que la Escritura dice que: “Jehová bendijo la casa de
Potifar a causa de José, y la bendición del Señor estaba sobre todo lo que
tenía, así en casa como en el campo” Génesis 39:5.
También la Biblia nos dice que el rey
Uzías prosperó en gran manera, porque fue ayudado maravillosamente hasta
hacerse poderoso, y todo esto fue el resultado de buscar a Dios: 2 Crónicas
26:5 y 15.
También la misma Biblia nos enseña
que cuando abandonamos la fuente de nuestra bendición, es decir a Dios, para
buscar a otros llamados dioses o para seguir otros caminos, todo se viene abajo.
Un ejemplo evidente de esto lo vemos
en el rey Salomón, quien inicio su camino amando a Dios, y en el comienzo de su reinado fue prosperado como ningún otro
rey en la historia de Israel, pero en sus últimos años dejó de seguir a Dios y
empezó a adorar a los baales y a los dioses de sus múltiples esposas, y toda
aquella prosperidad y paz que tenía desapareció.
Cuando buscamos a Dios y caminamos con él inevitablemente seremos bendecidos, y cuando le damos la espalda la ruina y el fracaso vienen sobre la desobediencia. Sigamos a Dios y su consejo y en todo lo que emprendamos seremos bendecidos.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Cuando buscamos a Dios y caminamos con él inevitablemente seremos bendecidos, y cuando le damos la espalda la ruina y el fracaso vienen sobre la desobediencia. Sigamos a Dios y su consejo y en todo lo que emprendamos seremos bendecidos.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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