miércoles, 2 de junio de 2021

Dios transforma el corazón del hombre para su glroia.

Sermón: Dios transforma el corazón del hombre para su gloria.  

 

 

 

Una cosa, además de muchas, evidente en los evangelios, es que nuestro Señor Jesucristo es el mejor predicador de todos los tiempos, y lo vemos utilizando ejemplos del diario vivir de los judíos para revelar poderosos misterios y principios del reino de Dios. De esta manera, el Señor transmitía de modo comprensible el reino espiritual. 

En el Evangelio según San Juan, capítulo quince, el Maestro utiliza un cultivo reconocido por todos los habitantes de las tierras palestinas, el cultivo de la vid, para enseñar grandes verdades espirituales y poderosos tesoros de la revelación.   

Con esa herramienta, podemos ver que Dios utiliza todos los medios posibles para que podamos recibir y comprender todas las cosas que nos quiere dar.   

Textualmente, nos dice el Evangelio de Juan 15:1-3 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. Vosotros, ya están limpios por la palabra que os he hablado”.    

Como nos dice el pasaje, el Señor Jesucristo es la vid verdadera, esto quiere decir, que es la vid veraz y genuina; es la vid que produce verdadera vida, es la vid que sacia realmente la necesidad de toda persona que se acerca a él. 

Por lo anterior, podemos decir que existen “falsas vides”, estas pueden ser: los ídolos, las drogas, la vida desordenada y desenfrenada, el alcohol, y muchas otras cosas, con la cuales el ser humano busca saciar su sed de vida; sin embargo, estas cosas generan un caos y un vacío más grande. 

Esto ocurre en el ser humano, porque sólo Jesús, llena en realidad el corazón de toda persona. Sólo Cristo satisface la sed de vida y amor que toda persona tiene. Sin Jesús, el camino siempre será más difícil, y su final no es bueno.  

 

 

 

Con frecuencia a veces la vida de una persona entra en un caos total, que puede llegar a terminar con su vida. Esto se debe a que Jesús es esencial en la estructura integral del ser humano. Sí el agua es fundamental para la vida en la tierra, Cristo es vital para el ser humano. 

En otras ocasiones, conociendo a Dios escogemos nuestros propios caminos, lo que implica malos resultados. Es entonces cuando el labrador divino, nuestro Padre celestial, viene a podar, a trabajar en nuestro corazón, obra que debemos permitir con humildad. Pues, al final veremos un maravilloso resultado, veremos la buena obra de Dios en nuestro corazón. 

A lo largo de este proceso de transformación (representado en la poda de la vid), es muy importante, mantener y cuidar nuestra relación con Dios, así como el pámpano (sarmiento) está asido a la vid. Así como la vid alimenta al pámpano, es Cristo vital para el cristiano. Separados de él nada podemos hacer. Permite a Dios trabajar en ti, él hará cosas maravillosas.

 

 

 

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 

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