Introducción:
El pecado ha afligido la humanidad por miles de años y su paga es la muerte. Pero,
por su gran amor Jesús dio su vida por nosotros y su sangre nos limpia de pecado.
Para vivir una vida agradable a Dios y que avance en victoria conforme a Su
voluntad es necesario no sólo aceptar Su sacrificio sino también rendir completamente el corazón a él...
UN MENSAJE TRANSFORMADOR
I. UN
MENSAJE PROFÉTICO ES UNA BENDICIÓN (Lucas 3:1-3, 7-9)
A. Juan el
bautista le predicaba a Israel.
Nota: Nos dice
el texto “venían a él, de Jerusalén, de toda Judea y de toda la provincia del
Jordán”, era el pueblo de Dios, el del Pacto, el de las Promesas, el de la Ley,
ellos venían a escuchar a Juan, entonces sus sermones no eran evangelísticos
sino para un pueblo que conocía a su Dios.
B. A través
de sus siervos, el Señor continúa llamando a sus hijos al arrepentimiento, para
bendición y bienestar de sus vidas.
Nota: En
tiempos de idolatría y apostasía, Dios levantó a Elías, a Eliseo y demás profetas,
ellos eran quienes traían el mensaje de corrección. Los libros proféticos, van
desde el año 750 A.C. Hasta el año 400 A.C. aprox. durante éste tiempo el Señor
habló para que su pueblo con el arrepentimiento evitará el juicio o los
resultados de su idolatría.
Un mensaje profético viene del corazón de Dios, y es inspirado por el Espíritu para provocar profundos cambios en el corazón de Su pueblo.
Un mensaje profético viene del corazón de Dios, y es inspirado por el Espíritu para provocar profundos cambios en el corazón de Su pueblo.
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II. LA CONDICIÓN DE SU IGLESIA ES CONOCIDA POR
DIOS (Apoc. 2 y 3):
A. Cristo
habla para las siete iglesias del Asia menor, e inicia indicándoles que las
conoce totalmente: “Yo conozco tus obras”.
Nota: Este es
el mensaje a las 7 iglesias, El número 7 revela lo completo, integro, entonces hace
referencia a la totalidad de la Iglesia del Señor. el término conocer viene del
griego “oida”, que indica plenitud de conocimiento, conocer perfectamente, podemos
decir entonces que el Señor conoce perfectamente nuestra vida y la de la iglesia,
nada le es oculto él todo lo sabe.
Nota: Un gran es pensar o creer que podemos
engañar a Dios. Es creer que podemos seguir adelante y vencer, sin arreglar
cuentas con el Señor.
B. En éste
mensaje a las siete iglesias, únicamente dos no son reprochadas (Esmirna: la
mártir; y filadelfia: la fiel), pero las cinco restante sí.
Nota:
Vemos
que se reprocha a Éfeso (por haber descuidado el primer amor); a Pérgamo y Tiatira
(por la inmoralidad sexual e idolatría); a Sardis (por su hipocresía); a
Laodicea (por la tibieza espiritual), y demás cosas como la murmuración, la
falta de perdón, la rebelión, la ira y sus resultados, etc.
III. CÓMO ALCANZAR LA VICTORIA SOBRE EL PECADO?
(Apoc. 2:5):
A. Un
arrepentimiento real y consciente
Nota:
El
texto nos dice: “recuerda…” esto implica una evaluación y reflexión personal. El
mensaje es a la iglesia de Éfeso, y Éfeso significa “amada”, entonces Dios le
habla con ternura, llamándola al arrepentimiento, y procurando evitar el dolor
de los tristes resultados.
B. Determinación
firme
Nota:
El
término “arrepiéntete” indica una acción pronta y decidida. Es tomar medida al
respecto y no dejar las cosas para mañana. La Biblia en Prov. 28:14 nos dice: “El que encubre sus delitos no prosperará, pero el que los confiesa y
abandona, alcanzará misericordia”.
C. Es
necesario planificar
Nota: Hablamos
de organizar y corregir nuestra vida, por eso el texto dice: “…y haz las
primeras obras…”, debemos crear planes específicos para corregir dicha
situación, y así romper con el ciclo del pecado.
D. Debemos
crear límites claros
Nota:
Por ejemplo: sí mi dificultad es con el alcohol, debo evitar las reuniones y
amistades donde sé que habrá o puede haber licor.
E. Desarrollar
una actitud vigilante
Nota: No te descuides
ni te relajes. Cuando el soldado se duerme no sólo puede morir él, sino que sufrirá todos los que están con él...
Conclusión: Dios
nos quiere conducir por el mejor camino, y su anhelo es llevarnos a la
bendición. Por eso su sangre nos limpia de todo pecado y él nos llama a un
sincero amor, a una búsqueda genuina y constante, pues separados de él nada
podemos hacer.
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)
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