sábado, 16 de noviembre de 2019

Cuidado con la ira

Predica: Cuidado con la ira . Sermones
Cuidado con la ira
Son muchos los pasajes de las Sagradas Escrituras que nos advierten sobre el peligro de la ira, de hecho es una pasión que antecede grandes locuras. Una persona cuando se deja llevar por la ira dice y hace cosas que en su estado normal nunca diría ni haría. sin duda alguna la ira es mala consejera, por eso debemos procurar el control sobre ella con el poder de Dios. Veamos: 



Cuidado con la ira. La Biblia nos enseña que Caín fue víctima de su propia ira. Génesis 4:1-5 

"Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas... y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no  miró con agrado a Caín... y se ensañó Caín en gran manera y decayó su semblante...".  

1) En primer lugar la Biblia nos enseña que después de ser expulsados del Edén Adán y Eva tienen un primer hijo que se llamó Caín, nombre que significa: lanza, herrero. Después nace Abel, cuyo nombre significa: aliento, vapor, respiro.

El significado del nombre de Abel nos enseña que él sería un hombre cuya vida agradaría a Dios, como subía al cielo el agradable aroma de los sacrificios y las ofrendas. 

Mientras que el significado de Caín nos muestra que sería un forjador de sus herramientas para trabajar el campo y también forjaría sus armas (de hecho fue su descendencia los que primero trabajaron el bronce y el hierro).   

Así pues, como sus nombres mostraban ya sus diferencias, nos dice el versículo dos que Abel se dedicó a pastorear ovejas, mientras que Caín fue labrador de la tierra.  

2) En segundo lugar se nos enseña que el tiempo transcurrió y un día se presentaron ambos, Caín y Abel, delante de Dios para rendirle adoración. Caín presentó una ofrenda del fruto de la tierra y Abel presentó de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de éstas. 

Podemos ver aquí que ambos sabían que debían adorar a Dios, seguramente fue enseñanza de sus padres, todos debían adorar al Señor y reconocerlo como dueño y Señor de todas las cosas visibles e invisibles.      

3) En tercer lugar nos dicen los versículos cuatro y cinco que “Miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín y a su ofrenda. Creo que Caín trajo unos frutos de gran calidad, pero esto no agrado a Dios ¿por qué? ¿en realidad qué fue lo que pasó?   

Sin duda, como Adán y Eva enseñaron a sus hijos que debían adorar a Dios, también les enseñaron, seguramente, la manera en que debían acercarse a él, y por eso debían ofrecer el sacrificio de una oveja, porque sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados, nos dice la Biblia. Por eso Jesús murió por nosotros 



4) En cuarto lugar debemos recordar aquí que cuando Adán y Eva pecaron, Dios mismo les hizo túnicas de pieles y los vistió (Génesis 3:21). Sus padres ya sabían lo que debían hacer para estar delante de la presencia de Dios, y esto implicaba el sacrificio de corderos para Dios.   

Pero la Biblia nos enseña que Caín lo hizo a su manera. Esto ocurre hoy día muchas veces, pues sabiendo que sólo es a través de Cristo y por su gracia que podemos entrar en la presencia de Dios y hacer su voluntad, creemos que podemos abusar de su misericordia haciendo las cosas a nuestro amaño o según nuestro propio pensamiento. 

5) En quinto lugar la Escritura nos enseña en el versículo cinco que Caín se “ensañó” en gran manera y su semblante decayó. Es decir aun su rostro cambió llenándose de enojo mezclado con tristeza, su alegría desapareció, y su ánimo se vino abajo.

El término “ensañó” se traduce de la palabra hebrea “jarah” que además quiere decir: encenderse en ira, enfurecerse, arder de cólera, celos. Nos muestra cuan dañina es la ira y el enojo, así como los celos y la envidia. Son emociones tóxicas que envenenan el corazón y llevan a la persona a cometer locuras y grandes errores. 

La ira es mala consejera, nos lleva a cometer grandes errores, por eso debemos ir a Dios y en su presencia confesar nuestros errores y pecados, y permitir que su poder nos transforme, él desea hacerlo para bendición y salvación nuestra. 


Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.        

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