Sermón:
Toma el camino correcto.
La palabra de Dios nos enseña la importancia de renunciar a nuestro orgullo, ya que esto engrandece al Señor Jesucristo. Sin lugar a dudas, Dios busca corazones dispuestos a seguir su dirección, corazones que rinden sus propios anhelos, por los de Dios. Personas dispuestas a seguir el buen camino. Toma el camino correcto, y todo saldrá bien.
Por ejemplo, la Biblia nos muestra al profeta Isaías, quien dijo al Señor: “Heme aquí, envíame a mí”; también el profeta Samuel expresó: “habla que tu siervo oye”; y María le dijo al Señor: “hágase conmigo conforme a tu palabra”. Un corazón sensible y obediente, producirá los mejores resultados para gloria y honra de Dios.
También la Escritura, acerca del apóstol Pablo nos enseña que en su conversión dijo a Jesús: “Señor ¿qué quieres que yo haga?”, y éstas personas con su vida y obediencia glorificaron a Dios, ellos se dispusieron para en sus vidas se hiciera la buena y perfecta voluntad del Señor. Fueron usados por el poder de Dios de maneras impresionantes y gloriosas, debido a que ellos tomaron el camino correcto.
Aprendemos, de todos estos ejemplos que, sin duda alguna: “Dios es tan grande en cada uno de nosotros, como pequeño hagamos nuestro ego”. Es por eso, que debemos permitir al Señor cumplir su voluntad en y con cada uno de nosotros. Un gran obstáculo en los planes de Dios, es el orgullo y ego en el ser humano.
La palabra de Dios, también nos enseña a través del profeta Jonás, la dureza de nuestro corazón para obedecer al Señor. Nos dice la Escritura que: “Vino palabra del Señor a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a la ciudad de Nínive, la cual es grande, y proclama contra ella; pues ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová Dios a Tarsis”, según el Libro del Profeta Jonás 1:1-3.
Dios le ha dado al ser humano la libertad de tomar sus propias decisiones, cada uno elige y escoge el camino a seguir ante el consejo del Señor. El profeta Jonás decidió no ir a la ciudad de Nínive (era la capital del imperio asirio).
Al parecer, Jonás tenía ciertos resentimientos en su corazón hacia los asirios (probablemente por su trato violento y maldad); tal vez, fue testigo de hechos criminales o había escuchado sobre la maldad de los ninivitas, etc.
Algunas
veces, nos dejamos llevar por nuestros conceptos equivocados, anhelos personales,
enojos del pasado, heridas emocionales, entre
otras cosas, y podemos ir por otro camino al que el Señor nos ha señalado.
La Biblia nos dice que, el profeta decidió huir a la ciudad de Tarsis (tierra muy distante de Nínive). Debemos tener presente que el profeta tenía varias opciones, podía quedarse en Israel, ir a Nínive o huir, finalmente eligió no seguir la dirección de Dios, y esto generó tristes resultados y muchas pérdidas.
Recordemos que él perdió el dinero del pasaje que había pagado. Los marineros perdieron los aparejos de la nave tratando de salvar a Jonás, y luego este fue conducido en el vientre del gran pez durante tres días.
La verdad es que el profeta Jonás no mostró un buen testimonio ante los marineros. En ocasiones nos ocurre lo mismo, esto es algo que debemos evitar. Finalmente, nos enseña la Biblia, Jonás se arrepintió en el vientre del gran pez. No debemos esperar a estar en situaciones similares para reconocer nuestro error, y elegir el camino correcto.
Somos hijos de Dios, comprados por la sangre de Jesús, entonces somos llamados a hacer la voluntad de Dios, y esa obediencia producirá bendiciones para todos. Toma el camino correcto, es lo mejor.
Nuestra
vida debe ser un testimonio correcto, y si nos hemos equivocado al respecto, es
tiempo de volver a Dios, y hacer lo que está bien delante de él. Jesucristo
mismo nos ayudará.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te
invito a leer: La presencia de Dios es lo más importante
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