jueves, 24 de octubre de 2019

Decide perseverar y no renunciar, Dios te ayuda

Decide perseverar y no renunciar, Dios es quien te ayuda y fortalece. El apóstol Pablo nos dice en Filipenses 3:14 “Yo prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. 

Aquí la palabra “proseguir” se traduce del término griego “dioko” que además quiere decir: procurar, buscar ardientemente, esfuerzo para alcanzar una meta. Entonces hablamos de un compromiso consigo mismo para avanzar hacia el plan de Dios para la vida de cada uno.   


  

Cuando el Señor Jesús le dijo a Pedro “Vuelve a tirar las redes” él estaba cansado y sólo fracaso había pescado en las veces anteriores; pero creyó en las palabras de Jesús y volvió a intentarlo, de nuevo lanzó sus redes al mar y fue grande la pesca. Es necesario creerle a Dios y perseverar, seguir su palabra e intentarlo confiado en sus promesas.    

Lo más importante de una victoria no es la foto final, sino el proceso que hay detrás de aquel gran logro.

La ceremonia de grado no es lo más importante al terminar una carrera, sino todo el proceso de aprendizaje que hay detrás de ella, los obstáculos que se tuvieron que superar, el esfuerzo por las exigencias y trabajos, la superación de aquellos momentos en donde se quiso renunciar, perseverar y hacerlo durante varios años hasta llegar a la meta, etc.      

Pablo tuvo que superar muchos obstáculos, ayunos forzados, decepciones por discípulos que lo abandonaron, peligros, soledad, enemigos, rechazo, pero culminó la carrera con la certeza de su galardón y corona, por eso dijo: “he peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe, me esta guardada la corona”.  

Cuando pensaban que ya no era posible, Zacarías y Elizabet tuvieron su hijo: Juan el bautista. Cuando Ana lloró delante de Dios por un hijo, el Señor le dio a Samuel y cinco hijos más. Cuando Job no quería más vivir y recordaba con nostalgia el tiempo de antes Dios le dio el doble de todo lo que tenía.




Cuando el apóstol Juan tenía noventa años de edad aproximadamente y quizá pensaba que moriría desterrado en la isla de Patmos, Jesús lo visitó y le reveló el Apocalipsis y de allí salió para pastorear la iglesia de Efeso.  

Es muy importante ver en estas personas algo en común: ellos no renunciaron, sino que siguieron creyendo en Dios, ellos no dejaron el camino de la fe y el Señor en su tiempo fue propicio. Dios nunca te va a decepcionar, pídele a él su fuerza, clama por su obra poderosa y él no te dejará avergonzado.      

Conclusión: Decide confiar en Dios, creer en sus promesas; decide buscar su presencia y poner por obra sus palabras, él nunca te fallará, jamás te decepcionará. Decide vivir para él el resto de tu vida y no sólo cosecharás vida eterna, sino su respaldo y bendición en la tierra.    

Te invito a leer: Persevera, tu milagro está cerca. 


Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 
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