(Procura tu crecimiento personal sin juzgar a los demás). Con facilidad nos convertimos en jueces de otros, pero es necesario mirar primero nuestra propia condición, y buscar la presencia de Dios que nos transforma y enseña el camino que debemos seguir.
Por eso debemos concentrarnos en el crecimiento personal, y no hacer énfasis en los errores y debilidades de los demás. No somos jueces de nadie, el único juez es Dios...
Por eso debemos concentrarnos en el crecimiento personal, y no hacer énfasis en los errores y debilidades de los demás. No somos jueces de nadie, el único juez es Dios...
Procura tu crecimiento personal:
Mateo 7:3-5 “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.
En tiempos de Jesús se había
extendido en Israel una vida religiosa y llena de rituales vacíos de una
verdadera vida espiritual y agradable a Dios; todo esto impulsado por los
sacerdotes, escribas y fariseos de aquella época.
Cuando el Señor Jesús aparece
confronta la vida religiosa y vacía de Dios, con palabras fuertes confronta a
la clase dirigente de aquel momento, pues ellos ponían sobre los hombros de las
personas pesadas cargas que ni ellos querían mover.
Por eso en aquel tiempo el énfasis de
la vida espiritual era externa, llena de ritos y formulas en exceso que
agotaban a las personas y las alejaban de Dios. El espíritu fariseo es aquel
que aparenta una vida espiritual, y siempre crítica y señala la vida de los
demás, aunque por dentro el corazón de ese juez fariseo está mal delante de
Dios.
Recordemos que el mismo Señor Jesús
advirtió de esto a sus discípulos: “no hagáis conforme a sus obras, porque
dicen y no hacen… hacen sus obras para ser vistos por los hombres… cierran el
reino de los cielos, pues ni entran ni dejan entrar a quienes lo están
haciendo” Mateo 23.
Para Dios es de mucho más valor un
corazón sencillo, genuino y sincero delante de él, que los muchos sacrificios y
los extensos rezos llenos de palabras sin sentido.
Es necesario hacer más énfasis en el
corazón propio que en las formas externas, es necesario mirar más la condición
del propio corazón que la vida de los demás. Es tiempo de acercarnos a Dios con
un corazón manso y humilde reconociendo nuestra condición y gran necesidad de
Dios.
Te invitamos a leer:
Escrito por el Pastor Gonzalo Sanabria.
"Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces" Salmo 12:6.
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