miércoles, 8 de enero de 2020

Jesucristo es mi fortaleza y escudo

Jesucristo es mi fortaleza y escudo
(Jesucristo es mi fortaleza). Dios es quien nos libra de toda angustia, aunque los tiempos sean difíciles el Señor será siempre nuestro amparo y fortaleza, él es quien nos libra de nuestros enemigos, ninguna arma forjada contra nosotros prosperará, por el contrario en Cristo somos vencedores, 2 Samuel 22:1-7. Veamos este interesante estudio: 



Jesucristo es mi fortaleza y escudo:

Como podemos ver (2 Samuel 22:1-51) es un canto de alabanza y adoración de David para Dios, por cuanto Jehová lo había librado de sus enemigos y de la persecución del rey Saúl. 

Aquí el rey David expresa su fe y confianza en el Señor, fe que logró mantener a lo largo de la persecución del Saúl, persecución que demoró varios años. Fueron tiempos complicados, pero Dios fue para David, su roca y refugio, fue su fortaleza y escudo.

“Habló David a Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en el confiaré; mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste” 2 Samuel 22:1-3.

Es decir, cuando David se sentía desfallecer y pensaba que iba a caer, Dios actuaba de manera maravillosa y nadie lo podía tocar, por eso él dice que Dios fue su “alto refugio y fortaleza”.      

Algunas situaciones llegaron a ser tan difíciles que la muerte estuvo muy cerca de él, y quizá pensó que moriría, por eso dice: “me rodearon ondas de muerte… ligaduras del Seol me rodearon” pero Dios lo libró de todas aquellas cosas.  

El versículo siete nos enseña que David en medio de su angustia clamó a Dios, él busco la presencia del Señor, quien escuchó su clamor desde su templo.  La oración de David llegó a los oídos de Dios, y esto es sin duda lo más importante.   

David vivió  muchos y diversos momentos de angustia y preocupación, por su vida, por los problemas de sus hijos, por los enemigos de su reino, porque no todos los que estaban a su lado eran leales, porque a veces tomó malas decisiones, entre otras cosas; pero tuvo siempre una virtud: buscar a Dios y su ayuda. Ese fue su secreto y fortaleza, la comunión con Dios




Por eso lo correcto es acudir a Cristo en toda situación, depender de él para vivir. Procurar que su amor y su paz gobiernen nuestro corazón, que su palabra sea esa guía para cada día de nuestra vida, y como David ser conscientes que “El Señor es nuestra roca. Y el Dios de nuestra salvación”. Definitivamente, Jesucristo es mi fortaleza y escudo. 
Te invito a leer: 



Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria A. 

"¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón, el que no ha elevado su corazón a cosas vanas, ni jurado con engaño" Salmo 24:3-4.

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