Estudio: Las siete 7 copas de la ira de Dios, Apocalipsis 16. Un tema muy interesante y cautivador, pues es revelado en el libro de Apocalipsis capítulo 16 que nos enseña los últimos juicios que han de venir sobre la tierra antes de la segunda venida del Señor Jesucristo.
Para este momento la iglesia de Cristo está con él, ella no vivirá este periodo de ira. Veamos este interesante estudio:
Las siete 7 copas de la ira de Dios, Apocalipsis 16:
Ahora los siete ángeles
derraman las siete copas de la ira sobre un mundo que ha rechazado a Cristo y
adora a la imagen de la bestia (Anticristo). Los moradores de la tierra
experimentarán el juicio y castigo por su maldad y pecado.
Estas plagas son similares
a las que cayeron sobre Egipto en tiempos de Moisés. Aquellas fueron plagas
literales, como serán las que están por venir sobre la tierra. Dios es justo y
fiel, él cumple su palabra.
Dios ordena el comienzo de los juicios,
Apocalipsis 16:1.
"Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios".
Juan escucha una gran voz
que sale desde el templo, ya que según el versículo anterior (Apocalipsis 15:8)
nadie podía entrar en el templo, esta es sin duda la voz de Dios que ordena a
los siete ángeles derramar el contenido de las copas sobre la tierra.
Las siete copas siguen un
patrón similar a los siete sellos y siete trompetas (grupos de 4 - 2 - 1), es
decir, las primeras cuatro impactan la creación: tierra, mar, agua y cosmos.
Las dos siguientes dirigidas a la bestia, y la séptima indica la caída de las
naciones. Comienza la caída y destrucción del gobierno.
1) La primera copa de la ira de Dios, Apocalipsis 16:2.
"Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen".
Como vemos el primer juicio
viene sobre aquellos que adoran a la bestia, son afligidos con “una úlcera
maligna y pestilente”, esto nos hace referencia a llagas y lesiones abiertas de
la piel o de la membrana mucosa que consumen parte del tejido y tienen poca
cicatrización.
Por lo general las úlceras acompañadas
de inflamación, gran dolor e infecciones. La palabra “maligna y pestilente” nos
indica que son heridas repugnantes, dolorosas, y que generan mal olor. Entonces
los adoradores de la bestia no serán sólo reconocidos por la marca del
Anticristo, sino por aquella úlcera maligna y pestilente.
2) La segunda copa de la ira de Dios, Apocalipsis 16:3.
"El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar".
Ahora la segunda plaga
viene sobre el mar, y es tan fuerte que muere todo ser vivo en el mar. Es
impresionante imaginar que no quedará ni un solo pez en el mar, no quedará vida
marina alguna.
La Biblia nos enseña que
esta plaga hace que el mar se convierta en sangre “como de muerto” indicando
tal vez, una textura gruesa, pesada, como resultado de la muerte de todo ser
vivo en el mar.
La brisa fresca y agradable
del mar se convertirá en un horrible hedor y el poco comercio y trabajo que
quedaba en estas aguas termina por acabarse totalmente.
3) La tercera copa de la ira de Dios, Apocalipsis 16:4.
"El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre".
Este juicio viene sobre las
aguas dulces (vitales para el ser humano), lo que nos permite ver cuán difícil
será la situación en la tierra en aquellos tiempos. Los ríos y las fuentes de
las aguas se convierten en sangre, y por lo tanto no podrán ser usados por el
ser humano, y morirán millones de peces.
Recordemos que la tercera
trompeta (Apocalipsis 10-11) afectó la tercera parte de las aguas dulces de la
tierra; ahora serán todas las aguas dulces del planeta. Desastres como estos
nos dejan ver que la segunda venida de Jesucristo no tardará, pues con estas
catástrofes la raza humana no puede sobrevivir por mucho tiempo.
La muerte de la vida
marina, de la vida fluvial y de la vida humana será a gran escala, como nunca
había sucedido en toda la historia de la humanidad.
Los versículos del cinco al siete nos presentan
declaraciones de ángeles que nos enseñan varias cosas:
Apocalipsis 16:5-7 "Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues se lo merecen. También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos".
El ángel de las aguas alaba
a Dios por su justicia, eternidad y santidad, y son precisamente éstas virtudes
las que hacen que primero el Señor agote su misericordia, y luego juzgue el
rebelde pecado.
El gran pecado que se nos
revela aquí es la violencia y muerte que le provocaron a los santos y profetas
del Señor, y así como provocaron la muerte de ellos, ahora beberán los
resultados de su propia muerte.
El ángel del versículo
siete nos recuerda que Dios es Todopoderoso y sus juicios son verdaderos y
justos, él no miente ni es injusto. Él es bueno, por eso espera hasta agotar su
misericordia, y luego Dios santo y fiel cumple su palabra.
4) La cuarta copa de la ira de Dios, Apocalipsis 16:8-9.
"El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual le fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria".
Este juicio consiste en el
poder que se le da al sol para quemar a los hombres con fuego. Pareciera que el
calentamiento global actual es sólo una pequeñísima muestra de los cambios que
habrá al final de estos tiempos. Los cambios en el sol, en la luna y en las
estrellas para los tiempos finales esta profetizados en la Biblia ampliamente.
Los rayos solares se
intensificarán de tal manera que los moradores de la tierra experimentarán no
sólo muchísimo calor, sino que tendrán graves quemaduras, y por causa de esto
blasfemarán el nombre de Dios, es decir, en vez de arrepentirse más bien se
enojan contra el Señor hasta maldecir su nombre.
Es importante también
pensar en que estos fuertes rayos solares provocarán graves pérdidas económicas
en todo el planeta, habrán muchos incendios seguramente, y muchas personas,
además de los atormentados por las quemaduras del sol, morirán por las altas
temperaturas (recordemos que por la ola de calor en el verano del 2003 en
Europa murieron más de sesenta mil personas).
5) La quinta copa de la ira de Dios, Apocalipsis 16:10-11.
Esta copa de ira va
dirigida contra el trono de la bestia, ya que el trono representa gobierno,
poder y autoridad, significa esto que este juicio afectará su gobierno y será
impotente el Anticristo ante la plaga de tinieblas y ante el dolor que sufrirán
los moradores de la tierra.
Podemos recordar aquí que
cuando Dios envió las diez plagas sobre Egipto, fue la novena la de las tinieblas, y eran tan densas y
espesas que se podían palpar, y nadie podía ver a su prójimo (Éxodo
10:21-22).
Según nos dice aquí
Apocalipsis 16, ante aquellas densas tinieblas, el aumento del dolor y por sus
úlceras, los habitantes de la tierra deciden no arrepentirse, y escogen más
bien endurecer su corazón y multiplicar sus blasfemias contra Dios.
6) La sexta copa de la ira de Dios, Apocalipsis 16:12-16.
(Versículo doce) El gran río Eufrates se secará (desapareciendo así
el límite histórico entre el oriente y el occidente) y por él pasará el inmenso
ejército conformado por los reyes del oriente.
Hablamos aquí seguramente de los
ejércitos de países como China, India, Japón, entre otros. Estos ejércitos
vienen para hacer guerra contra Dios y su Mesías (como está profetizado en el
Salmo 2).
Podemos pensar, no es
necesario que se seque el río, pues por un puente o varios pueden pasar aquellos
ejércitos, el asunto aquí es que eso será una señal profética para la batalla
del Armagedón y la proximidad del segunda venida de Cristo; además al secarse
el gran río Eufrates se estaría indicando la unión global entre los hemisferios
oriental y occidental al servicio del Anticristo.
Los versículos trece y catorce nos enseñan la trinidad
diabólica en una acción conjunta, del dragón, el Anticristo y el falso profeta
salen por sus bocas tres espíritus inmundos, es decir, tres demonios, al salir
de sus bocas nos muestran su poder para engañar mediante las palabras.
Aquellos demonios son
semejantes a ranas, el pueblo judío tiene a las ranas como animales inmundos,
representan la impureza. Mientras que en Egipto este animal era considerado
sagrado.
Además, estos tres
espíritus inmundos van con poder para hacer señales y engañar así a reyes y
presidentes de todo el mundo, para que se unan en aquel vasto ejército que
peleará contra el Dios Todopoderoso, esta batalla tendrá lugar en Armagedón
(versículo dieciséis).
El nombre “Armagedón”
significa: montaña de la destrucción, realmente el nombre es “Har Magedon” en
donde “Har” significa montaña y “Magedon” o “Meguido” viene de una raíz hebrea
que significa: cortar o matar.
El versículo quince nos habla de la importancia de velar en fidelidad
al Señor Jesús. Respecto a la frase “bienaventurado el que vela y guarda sus
ropas” se enseña que el capitán del templo de Jerusalén realizaba recorridos
por las noches para comprobar que los guardias estaban despiertos cuidando el
santuario, y si alguno estaba dormido lo golpeaba o le prendía fuego a sus
ropas, y por supuesto esto lo despertaba rápidamente.
7) La séptima copa de la ira de Dios, Apocalipsis 16:17-21.
Con esta última copa se
concluye la ira de Dios, por eso la voz que sale del templo del cielo (que
concluimos es la voz de Dios, pues sale del trono) dice: “Hecho está”. Cuando
la voz se pronuncia inmediatamente ocurren varios eventos en la tierra:
relámpagos, voces, truenos, y un terremoto tan grande y tan fuerte, que no ha
habido otro en la historia de la humanidad como éste.
La gran ciudad del versículo 19 es Jerusalén (según Apocalipsis
11:8) y será dividida en tres partes y las ciudades principales del mundo
caerán (esto debido al gran terremoto).
La segunda parte del versículo 19 nos enseña el juicio de
Dios sobre la gran Babilonia (este juicio es descrito más en detalle en los dos
capítulos siguientes de Apocalipsis),
El versículo 20 nos dice que “toda isla huyó y los montes no fueron
hallados” es probablemente un resultado de aquel gran terremoto, pues el
movimiento de las capas de la tierra será tan fuerte que muchas islas se
hundirán y muchos montes desaparecerán, serán pequeñas alturas de tierra o se
convertirán en valles.
Según el versículo 21 el granizo que caerá será enorme, su peso será de un
talento, y según las medidas de peso bíblico, un talento equivale a 40
kilogramos. Entonces aquel granizo va a destruir infraestructura humana,
edificios, casas, vehículos, seguramente personas y animales van a morir por el
impacto, etc.
Ante esta nueva plaga de granizo los
moradores de la tierra blasfeman contra Dios, y no se arrepienten, la Biblia
nos dice que esta plaga fue sobremanera grande. La tierra que ya ha
sufrido los embates de los juicios anteriores y aquel gran terremoto, ahora
vive una poderosa destrucción ante aquella plaga de granizo enorme.
La Escritura nos enseña que después
de estas cosas el Señor Jesucristo vendrá por segunda vez, destruirá a los
ejércitos del Anticristo, juzgará a las naciones y establecerá su reino por mil
años.
Te invito a leer:
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
– Estudio bíblico: Las siete 7 copas de la ira de Dios, Apocalipsis 16 -
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