Introducción: La condición de nuestro cuerpo físico es
en buena manera una evidencia de nuestra condición interior. Cuando nuestra
alma está bien porque camina en la voluntad y diseño de Dios, nuestro cuerpo
disfruta de armonía y bendición, pero cuando hay heridas y ofensas el alma sufre
y el cuerpo físico también…
Las heridas emocionales afectan la salud.
La Biblia enseña
claramente que estamos conformados por el espíritu, el alma y el cuerpo, y que
la condición interna determina la condición externa. La Biblia nos habla por
ejemplo del “espíritu angustiado” o de la “amargura de espíritu”, como por
ejemplo en Génesis 26:34-35, en este
caso la situación fue causada por Esaú a sus padres, Isaac y Rebeca.
Sin duda el alma humana
recibe muchas heridas, y las más profundas y dolorosas son las causadas por los
seres más cercanos. Son diversas las actitudes y acciones que causan heridas en
la familia:
a) Infidelidad por parte de uno o de
ambos cónyuges.
b) Mal trato verbal o físico hacia el
otro. Sea el cónyuge o hijo(a).
c)
Actos de menosprecio hacia la otra persona.
d) Comparaciones desagradables hacia el
otro.
e) Promesas no cumplidas, mentiras y engaños.
f)
Falta de atención o de tiempo de calidad.
g) Faltas cometidas por los hijos que
afectaron el buen nombre de la familia.
h) Disciplina injusta o ausencia de ésta
sobre los hijos.
i)
Preferencias de los padres hacia sus hijos.
j)
Secretos divulgados.
k) Ofensas entre hermanos o menosprecio
entre ellos.
l)
Burla hacia alguno de los hermanos.
El alma se manifiesta a
través del cuerpo, en ella se asienta la mente, la voluntad y las emociones. Dios
desea que el alma de sus hijos prospere, cuando ésta prospera, las demás áreas
son también prosperadas:
“Amado, yo deseo que tú
seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu
alma” 3 Juan 2.
Entonces hay almas que
no prosperan o no tienen plena salud, porque sufren heridas, y por tanto el
resto de su vida tampoco puede prosperar, porque la prosperidad en todas las
cosas depende de la prosperidad del alma.
La Biblia nos enseña
que el alma determina la vida, pues el espíritu puede salir del cuerpo y no
morir la persona, como por ejemplo los hombres de Dios que en espíritu fueron
al tercer cielo, pero el alma cuando se sale del cuerpo la persona muere, por ejemplo:
Génesis 35:18 “Y
aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni;
más su padre lo llamó Benjamín”. Nos habla del parto de Raquel, esposa de
Jacob, quien murió al dar a luz a su hijo Benjamín.
Entonces la vida y la
condición de salud del alma son vitales para el hijo de Dios. Cuando una
persona tiene herida su alma, esa condición afecta su cuerpo. Promueve
enfermedades físicas e impide la prosperidad integral que Cristo alcanzó para
sus hijos en la cruz...
Pero Jesucristo ha
venido a sanar a los quebrantados de corazón. Él es por excelencia nuestro
sanador. Sin duda una herramienta fundamental para la sanidad del alma es el
perdón. Cuando decididnos perdonar nuestro corazón experimenta sanidad y
libertad, condición que mejora nuestra vida natural, emocional y espiritual.
Oración: Gracias Dios
por enviar a tu Hijo Jesucristo a dar su vida por nuestros pecados, gracias por
perdonar todas nuestras ofensas, y por eso también decidimos perdonar a los que
nos han ofendido. Amén
Además de este artículo, te invitamos a leer otros que bendecirán tu
vida:
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).
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