(Dios nos ayuda en medio del problema). Introducción: La escritura dice: “como brama el ciervo por las
corrientes de las aguas, así clama mi alma por ti, oh Dios” Salmo 42:1. Es
necesario buscar a Dios siempre, en todo tiempo, y sobre todo cuando aparece el
cansancio y la fatiga.
Es normal que quien camina se canse o quien batalla se
agote, por eso debemos ir a Dios para retomar nuevas fuerzas...
Jesús nos ayuda en medio de la crisis.
Siempre nuestro Dios está dispuesto para ayudarnos en medio de la prueba y
ante nuestros propios errores. Jesucristo es quien renueva, fortalece y anima al cansado y agotado por sus propios problemas.
Nos enseña Mateo 9:1-2 “Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y
vino a su ciudad. Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una
cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus
pecados te son perdonados”.
1) En primer lugar vemos a un hombre paralítico, que es traído ante el Señor Jesús, y precisamente por
su condición viene tendido en una cama, el texto bíblico destaca la fe de
aquellos que lo trajeron al Maestro, por eso dice: “al ver Jesús la fe de
ellos”.
El Señor mira al hombre paralítico y le dice: “Ten ánimo, hijo; tus
pecados te son perdonados”. Ya la parálisis era tremenda dificultad, pero sus
pecados lo afligían mucho, lo concluimos por las palabras del Señor.
2) En segundo lugar vemos al Señor alentando al paralítico. En medio de aquella tremenda situación, el Señor lo anima a confiar
y a creer. Las palabras de perdón del Señor Jesús quitaron seguramente de sus hombros aquella pesada carga por sus pecados.
Lo más seguro es que sus amigos le daban aliento y palabras de ánimo,
pero sólo en Cristo se soluciona el problema del pecado. Sólo en Jesucristo
encontramos la verdadera solución a nuestra vida.
3) En tercer lugar este pasaje nos recuerda que cuando estamos ante una prueba o vivimos los resultados de nuestras
malas decisiones, debemos acudir a
Cristo en él siempre hallaremos perdón y fortaleza para levantarnos y
seguir adelante para alcanzar las bendiciones del Señor.
Como nos acaba de enseñar
el texto el Señor Jesús sanó a este hombre, y él salió de la presencia del
Señor bendecido, perdonado y sanado; esto nos recuerda que todo aquel que entre
en la presencia de Dios saldrá transformando y bendecido.
Te invito a leer:
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
"Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor, no hay para mí bien fuera de ti". Salmo 16:1-2.
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