Dios es soberano y bueno. Salmo 46:8-11.
“Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra.
Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra; que quiebra el arco,
corta la lanza, y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y conoced que yo
soy Dios; enaltecido seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.
Jehová de los ejércitos está
con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. (Selah)”.
Esta
porción bíblica nos permite ver no sólo el poder de Dios, sino su soberanía bondadosa providencia...
Dios es señor y dueño de todas las cosas, es el propietario de los
tiempos y de la creación, Dios de todos los espíritus, Creador de todo lo
visible e invisible, y por tanto actúa de manera soberana de acuerdo a sus
planes y poder.
Nadie
puede detener a Dios y no debemos cuestionarlo, pues él es amor y aunque a
veces no entendemos su obra, él todo lo hace bien en gran manera. Sorprendido
por el actuar de Dios el apóstol Pablo dijo: “Cuan insondables son sus juicios
e inescrutables sus caminos”. Podemos comprender mucho más las cosas de Dios
cuando las recibimos por la fe.
El
versículo diez nos recuerda la importancia de confiar en Dios y permitir que él
haga su buena voluntad en nuestra vida: “Estad quietos, y conoced que yo soy
Dios”; y es muy interesante ver aquí que cuando nos quedamos quietos podemos
conocer a Dios.
El
exceso de afanes, ocupaciones y ansiedades nos llevan a hacer las cosas a
nuestra manera, omitimos consultar a Dios y no nos tomamos el tiempo para
escucharlo, no nos quedamos quietos, y por eso perdemos muchas bendiciones y
revelaciones del Señor.
Por
supuesto debemos hacer nuestra parte o aquello que nos corresponde pero el
resto lo hace Dios; no es esto una invitación a no hacer nada y caer en la
perezosa negligencia, sino ser obedientes a Dios haciendo lo que nos toca y
esperar en él cuando así corresponde.
El
versículo once nos recuerda que Dios es nuestro escudo y defensa, y por eso
podemos confiar en su cuidado, y es así como el corazón del cristiano alcanza
verdadera paz. Este Salmo termina aquí nuevamente con “Selah” y ya que esta
palabra también significa “pausa” podemos decir que Dios es nuestro reposo y
descanso.
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Reflexión
final: Puedes descansar en Dios, en su cuidado
y en su providencia. Es decir, confía en él aunque ahora no comprendas muchas
cosas, él es bueno y sabe a dónde te lleva. Permite que él trabaje en tu
corazón y recibe su paz, la cual genera salud para tu cuerpo y bendición para
tu casa.
Además de este artículo, te invitamos a leer otros que bendecirán tu
vida:
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).
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