viernes, 3 de enero de 2020

Sermones textuales listos para predicar

(Sermones textuales listos para predicar). 



Introducción: Cuando evaluamos un poco nuestra vida podemos ver las bendiciones  de Dios y reflexionar en cuantas ocasiones él nos ha librado de la muerte, él ha sido nuestro fiel protector y proveedor.

Es el mismo Dios que salva a sus hijos de la crisis, de la angustia, los ayuda y fortalece en el tiempo de la prueba. Por su amor, fidelidad y compasión, puede depositar toda tu vida en él, nunca serás decepcionado. 

El secreto de la victoria de los siervos de Dios en la Biblia, fue precisamente el confiar en Dios y en su cuidado, a pesar de las circunstancias contrarias. Es en la adversidad, donde la fe brilla con más luz. 

Algunas veces el desánimo viene, y procura estorbar nuestro caminar, el objetivo del enemigo es precisamente detener el avance del hijo de Dios, pero la Biblia nos dice que en Cristo Jesús somos más que vencedores. Estudiemos ahora Sermones textuales listos para predicar: 

   

Esta serie de Sermones textuales listos para predicar, la he titulado: Instrucciones divinas para no desmayar

Sermón textual para predicar número uno:

Ten presente que es Dios mismo quien te defiende. Deuteronomio 20:3-4.   

“Y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros”.

El libro de Deuteronomio contiene las instrucciones de Dios para el pueblo de Israel antes de entrar en la tierra prometida. El pueblo de Dios debía ser consciente no sólo de los enemigos que allí iban a enfrentar, sino de la protección del Señor con ellos.    

Enfrentarían ciudades amuralladas, fortalezas y pueblos de gigantes, y ejércitos diestros en la guerra, pero lo más valioso e importante era que Dios mismo iba con ellos, y esto marcaría la diferencia.    

Ante las recias batallas, los fuertes enemigos y el transcurrir del tiempo en esa conquista, Israel enfrentaría su propio cansancio, fatiga y aun desánimo, por eso el Señor desde el comienzo les hace énfasis en no detenerse ante la grandeza y poder del enemigo, sino que debían perseverar confiados en la grandeza y poder de Dios.

Por eso el Señor les dice: “no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos”. Israel debía hacer su parte, pero era Dios quien iba con ellos para pelear contra sus enemigos.     

“Jehová peleará por vosotros” son palabras que nos recuerdan que es él quien nos defiende; es él quien se ocupa de nuestros enemigos, mientras nosotros nos ocupamos de seguir sus instrucciones y mandamientos. Ocúpate de Dios y él se ocupará de tus enemigos




Sermón textual para predicar número dos:

Mira más la grandeza de Dios que el tamaño del obstáculo. Salmo 61:1-4.    

“Oye, oh Dios, mi clamor, a mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando  mi corazón desmayaré. Llévame a la roca que es más alta que yo, porque tu has sido mi refugio, y mi torre fuerte delante del enemigo. Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro bajo la cubierta de tus alas” Selah.

Una vez más ante el desánimo y agotamiento el consejo de la palabra de Dios es buscar al Señor, es adorar y mirar su grandeza, esto fortalece la fe del creyente, porque lo que mires determina tu actitud y fuerza.

Cuando una persona sólo ve los problemas y los obstáculos difícilmente avanzará, pero si mira la grandeza y poder de Dios caminará hacia el propósito del Señor para su vida.    

Este Salmo es escrito por David, y sabemos por la misma Escritura que él tuvo muchos enemigos, enfrentó fuertes tiempos de persecución, y aun traición de sus propios hijos. Pero él sabía bien que en Dios estaba su refugio y fortaleza, por eso aquí dice: “clamaré a ti cuando mi corazón desmaye”.    

Entonces lo correcto ante el desánimo o agotamiento no es renunciar, ni abandonarlo todo, sino adorar y mirar la grandeza del poder de Dios; reflexionar en cuantos milagros ha hecho a nuestro favor; recordar cuántas victorias nos ha dado y cuando la batallaba arreciaba y no teníamos esperanza; porque así como nos ha ayudado hasta hoy, nos seguirá ayudando hasta su venida.     

Con razón la Biblia nos dice: “Puestos los ojos en Jesucristo”, pues el mirar a Dios con los ojos de la fe fortalece nuestro corazón, renueva nuestra esperanza y nos hace concluir que no hay nada ni nadie más grande y poderoso que nuestro buen Dios.  



(Te invitamos a leer: Buscando la presencia de Dios.). 

Sermón textual para predicar número tres:

Recuerda siempre quien es el que está contigo y nunca te abandona. Josué 1:9.  

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.

A la muerte de Moisés es Josué el delegado por Dios para dirigir el ingreso a la tierra prometida y sería el general para conquistar aquella tierra de la abundancia. Era, sin duda, un gran desafío, por eso Dios le asegura su presencia con él.  

Sabia también Dios que no sólo enfrentarían grandes enemigos y obstáculos, sino que aquella conquista se tomaría años, y podía Josué desanimarse en el proceso, por eso le dice: “No desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.

Debía Josué siempre tener presente esta promesa, Dios mismo estaría con él, su presencia lo acompañaría todos los días por todo lugar. Jamás Dios dejaría sólo a Josué, y eso le aseguraba la victoria sobre sus enemigos.     

Recordemos también que el Señor Jesús dijo en Mateo 28:20 “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. A veces enfrentamos días difíciles, pero también otros días son de gozo y de gran bendición, en todos estos días Dios está con nosotros.

Seguramente tendrás días donde estarás rodeado de muchas personas, y quizá en otros días estarás solo; en algunos días habrá lágrimas, y en otros, mucha alegría y regocijo; pero en todos estos días hay alguien que siempre estará allí, es Dios, quien ha prometido estar contigo todos los días.  

En algunos días Josué sería criticado por sus decisiones, pero en otros días sería aplaudido por las victorias alcanzadas en batalla; algunos días recibiría palabras de apoyo en su labor, pero en otros días sería acusado y cuestionado por hacer las batallas de tal o cual manera.

Pero siempre hubo uno que nunca lo acusó, siempre estuvo a su lado para darle fuerzas y ánimo para seguir adelante, es Dios, quien ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.     

(Te invitamos a leer: Deposita tu confianza en Dios. ). 


Sermón textual para predicar número cuatro:

Fortalécete en la fe que es en Cristo Jesús. Salmo 27:13-14.  

“Hubiera yo desmayado, sino creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová, esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”.

Este Salmo veintisiete es también un escrito de David, el cual nos permite ver cómo sus enemigos se han juntado contra él, lo persiguen y esperan su caída. Aquí David le pide a Dios que no lo entregue a sus enemigos, ni a los falsos testigos. Busca en Dios ayuda y protección y el Señor no lo decepcionó.

El versículo trece nos enseña que David hubiera desmayado del todo, sino es porque cree y confía en la bondad de Dios en esta tierra. El desánimo hace que la persona piense en lo peor, hace que la persona espere una tragedia, en vez de esperar y confiar en la bendición del Señor.     

David está seguro en que verá la bondad y la bendición de Dios en la tierra de los vivientes, él sabe que no tiene que esperar hasta llegar al cielo para ver las bendiciones de Dios, él está plenamente confiado en que el Señor, que es bueno y misericordioso, le bendecirá aquí en la tierra, y también sin duda, con grandes bendiciones en el cielo.   

El versículo catorce nos enseña o recuerda varias cosas:

“Aguarda a Jehová”, es decir, espera en Dios, no te apresures ni te afanes, verás la bondad de Dios sobre tu vida en esta tierra. 

“Esfuérzate, y aliéntese tu corazón”, es decir, no acojas el desánimo en tu corazón, no consientas la tristeza y el desaliento, Dios viene con recompensa y bendición para tu vida y para los tuyos.

“Sí, espera a Jehová”, no permitas que el afán y la ansiedad te angustien, decide confiar y esperar los tiempos de Dios, pues él todo lo hace perfecto en su tiempo.    

(Te invitamos a leer: Dios trae lo mejor para tu vida. ). 


Sermón textual para predicar número cinco:

Renueva tus fuerzas en la presencia de Dios. Salmo 138:2-3. 

“Me postré hacia tu santo templo, te alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas. El día que clamé, me respondiste, me fortaleciste con vigor en mis alma”.

En este salmo David nos enseña varias cosas respecto a la búsqueda de Dios. Cuando decidimos buscar la presencia del Señor, nuestro ser empieza a experimentar una transformación y renovación, pues Dios es vida y ministra su fuerza y poder a todo aquel que entra en su presencia. 

Por eso dijo también el salmista: “En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” Salmo 16:11. Todo aquel que entra en la presencia de Dios es bendecido.  

El Salmo 138:2-3 nos muestra varias palabras que nos permiten ver la vida de búsqueda del rey David por la presencia de Dios. Palabras o expresiones como: “Me postraré” “alabaré” “clamé” nos enseñan que él entraba en la presencia de Dios, y allí dice David: “Me fortaleciste con vigor en mi alma”.

Cuando te sientas desfallecer, cuando veas que el desánimo se levanta o viene contra ti, acude a Cristo en oración, como lo hacía David, póstrate, alaba y clama a Dios, y de él vendrán nuevas fuerzas, él te fortalecerá y te ayudará a perseverar y avanzar hacia su propósito.    

Cuando los pilotos de los aviones comerciales son avisados por sus radares que por delante tienen una tormenta, por lo general no la atraviesan, sino que vuelan sobre ella usando la fuerza de sus motores. Fortalécete en Dios y superarás toda tormenta y obstáculo, él nunca te dejará avergonzado.  

Conclusión: Hasta aquí en esta serie de Sermones textuales para predicar hemos visto la protección y provisión de Dios, él ha sido fiel y seguirá siéndolo. Renuévate en Dios, entra en su presencia y permite que su poder y fuerza vengan sobre ti, no tengas temor de reconocer delante de Dios tus debilidades y desánimo, habla con Dios y deposita tu situación en sus manos, él hará lo mejor en tu vida. Pide al Señor nuevas fuerzas, y él te dará en abundancia, pues él desea que camines hacia su plan.  (Sermones listos para predicar escritos por Pastor Gonzalo Sanabria).

Te invito a leer: 






Sermón textual: Todos querían tocar a Jesús. 

Las Sagradas Escrituras nos enseñan que la plenitud del Espíritu Santo reposó sobre nuestro Señor Jesucristo. Por el poder del Espíritu de Dios el Maestro desarrolló un ministerio sobrenatural. En sólo tres años evangelizó el territorio de Israel, instruyó discípulos que luego evangelizaron el mundo conocido, en unas pocas décadas el imperio romano fue conmovido por el mensaje del evangelio del reino y por el poder del Espíritu Santo.   

La Biblia nos dice que grandes multitudes seguían al Señor Jesús por veredas, montes y ciudades, todos querían un toque del Maestro, pues con sólo logra eso sus vidas eran transformadas, ellos eran liberados y sanados por el poder de Dios. 

Nos dice la Escritura en el evangelio según San Lucas que “Toda la gente procuraba tocarlo, porque poder salía de él y sanaba a todos”, Lucas 6:19. 

Debemos observar con detalle los que el pasaje bíblico de hoy nos dice, pues vemos que todos procuraban tocar al Señor Jesús. El contexto del versículo, nos habla de una multitud que seguía al Señor, y todos procuraban llegar ante su presencia, o por lo menos, tocarlo. 

Recurriendo a nuestra imaginación, podemos ver cómo unos a otros se apretaban y se esforzaban por alcanzar al Señor. Todos sabían que si lograban tocarlo, ese toque no sería en vano (pues en un encuentro con Dios cualquier cosa puede pasar, nunca saldremos con las manos vacías de Su presencia). El poder de Cristo hace grandes cosas, pues nada es imposible para él.      

Todas las personas de aquellas multitudes, deseaban tocar al Señor, pues todos reconocían el poder que estaba en él, la unción del Espíritu Santo, el poder de Dios reposaba en él, y fue comisionado por Dios Padre, y el Maestro lo sabía, pues ya estaba profetizado en la Escritura: 

“El Espíritu de Dios reposa sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos”, el Señor Jesucristo vino con poder y con la autoridad de Dios Padre para restaurar y liberar a las personas, y por esto es que todos procuraba tocarlo o ser tocados por él.   

En ese deseo de las personas, podemos ver que los habitantes de la región reconocían que en el Señor Jesús estaba el poder para sanar, salvar y librar a todos los afligidos, y por esa razón ellos venían a él, pues veían una oportunidad de cambio y Jesús no los decepcionó, conforme a su fe y esperanza así lo hizo. 

(Sermones textuales para predicar). 

La Biblia también nos enseña que el poder restaurador y sanador de nuestro Señor Jesucristo es integral. Él no vino sólo a sanar a los enfermos y liberar a los cautivos, también dio su vida en la cruz para dar salvación a los hombres, a todos aquellos que por la fe en su obra reciben el perdón de sus pecados, y la vida eterna.   

Sin lugar a dudas, el milagro más grande sucede cuando una persona recibe la salvación, pues es liberada de la enfermedad más mortal y cruel, como es el pecado y la condenación eterna (el pecado es la más terrible plaga que lleva al ser humano a la condenación eterna).  

Conclusión: Como nos enseña la Biblia, por amor Dios envió su Hijo Jesús, y mientras el Señor estuvo en la tierra anduvo sanando, restaurando, liberando, anunciando el evangelio del reino y perdonando los pecados de los hombres, él resucitó al tercer día, y ahora vive en nosotros, él transforma vidas, sana y libera. 

Es el mismo Dios que salva a sus hijos de la crisis, de la angustia, los ayuda y fortalece en el tiempo de la prueba. Por su amor, fidelidad y compasión, puede depositar toda tu vida en él, nunca serás decepcionado. 

- Sermones textuales listos para predicar - 

Sermón: Jesucristo tiene poder sobre toda tormenta.

Nos dice la palabra de Dios en el evangelio según San Juan: “y entrando en una barca,  iban cruzando el mar hacia Capernaúm. Estaba ya oscuro, y el Señor Jesús no había venido a ellos. Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, pudieron ver al Señor Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron gran temor”, según Juan 6:17-19.   

La palabra de Dios en los evangelios, nos enseña que muchos obstáculos tuvieron que superar los discípulos de Jesús. Por ejemplo, cuando pasaron el Mar de Galilea para llegar a la otra orilla. 

En primer lugar, ellos enfrentaron la incertidumbre (“estaba oscuro, y Jesús no había venido a ellos”), esto nos permite concluir que los discípulos no podían guiarse bien, pues no había luna ni estrellas en el cielo, ni podían ver las montañas a los lejos para ubicarse, y físicamente no podían ver, ni tocar al Señor Jesús. 

Sin embargo, nos enseña la Escritura, que un tiempo después el Señor mismo vino y libró a sus discípulos de la tormenta. Cristo tiene cuidado de los suyos, nunca los abandona.   

Debemos tener presente que los discípulos estaban en la voluntad de Dios, pues fue el mismo Señor Jesús quien los envió a la otra orilla del mar. Dios mismo tendría cuidado de ellos, y lo vemos actuando de manera sobrenatural librándolos de la tormenta y del temor. No hay obstáculos que puede detener los planes del Señor.   

Debemos considerar ahora, en segundo lugar, el hecho de que los discípulos deben superar una fuerte oposición en el mar de Galilea. Según nos dice el evangelio de Mateo 14 “la barca era azotada por las olas, porque el viento era contrario”, a la intensa oscuridad, se añade ahora un mar embravecido. 

En la Sagradas Escrituras, el mar hace referencia a la maldad (en el libro de Génesis, capítulo uno, el mar está asociado al “caos”, en el libro de Apocalipsis trece se nos dice que “del mar subió una bestia” quienes el anticristo, y en Apocalipsis capítulo veintiuno se nos dice que “el mar ya no existirá más…”, entonces, el mar podemos considerarlo como aquello que te quiere detener, hablamos de cosas como los problemas, las tentaciones, el rencor, los espíritus inmundos, entre muchas otras cosas).    

Ahora veamos en tercer lugar, otro aspecto importante y es la lucha contra el miedo. El pasaje bíblico nos dice que ellos “tuvieron miedo”. Vale hacernos la pregunta: ¿Qué es el miedo? En la Biblia, el término “miedo” se traduce de la palabra griega “Fobos”, que además quiere decir: Aquello que provoca huida. 

Al observar la Enciclopedia, se nos dice que el miedo es una reacción ante un peligro o amenaza, que conduce a la acción, como la agresividad, huida, parálisis, entre otras reacciones. El miedo es un obstáculo a superar, y por eso continuamente Dios nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo”. El miedo es una herramienta del enemigo para detener el avance del hijo de Dios.  

 (Sermones textuales para predicar). 

Una cuarta situación que podemos observar en este evento, es que los discípulos del Señor tuvieron que enfrentar el agotamiento. Según la Biblia, los discípulos han remado por seis horas o más, con el viento en contra y un mar agitado, ellos no han logrado avanzar más de cinco kilómetros.   

Es interesante, tener en cuenta aquí, que el evangelio según San Marcos 6:48 (pasaje que añade pormenores de este acontecimiento), nos enseña otro detalle significativo: “Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles”. 

“Cerca de la cuarta vigilia”, es una expresión que nos permite ver que el Señor Jesús llegó a las tres de la madrugada (entonces pasaron aproximadamente ocho horas en aquella situación), el Señor no se demoró ni se adelantó, nuestro Señor Jesucristo sabe a qué hora llegar, él actúa en el momento preciso, y debemos ser conscientes que sin él nada podemos lograr. El poder de Jesús está sobre toda tormenta, y su mano poderosa se manifiesta en el momento preciso y justo.    (Sermones listos para predicar, escritos por Pastor Gonzalo Sanabria).    – Sermones textuales para predicar - 


Sermón para predicar: DIOS TIENE CUIDADO DE TI.

Introducción: El hijo de Jacob, José, fue dado por muerto por su padre, sus hermanos lo vendieron como esclavo, llegó a ser siervo de Potifar, y estuvo en la cárcel varios años; para su familia, José ya no existía. Pero, Dios no había olvidado su plan con él, a su tiempo el Señor lo sacó de la cárcel para ponerlo como gobernante en Egipto, y sólo el faraón estaba sobre él. Dios nunca desampara sus propósitos.  

I.    Tu condición no limita a Dios. Marcos 2:13-15.     

a)  Jesús siempre quiere enseñarnos. Vrs. 13.  

“Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba”.

Como leemos en el versículo 13, el Señor Jesús estaba predicando a la orilla del mar ante una multitud, concluimos que su voz era poderosa y fuerte, con el respaldo sobrenatural de Dios, pues no es fácil predicar ante el ruido de las olas, y ante muchas personas, sin amplificación de sonido. 

La gente, nos dice la Escritura, venía a él, quien “les enseñaba”; aquí, la palabra “enseñar” se traduce del término griego “didázko”, que además quiere decir: Brindar instrucción. Aprender. La enseñanza, fue una faceta esencial en el ministerio terrenal del Señor; la enseñanza, no sólo es una lección o charla, es un proceso; podemos verlo en los apóstoles, quienes fueron llamados por Jesús, aunque no tenían la preparación, pero sí la disposición. Y aunque fueron preparados, siguieron siendo discípulos de Jesucristo todo el tiempo.

Nunca dejaremos de ser discípulos, y que bueno que siempre tengamos la conciencia de esto, y la disposición para aprender, virtud que va de la mano con la humildad de corazón, sólo el orgullo y la arrogancia impiden conocer y seguir a Jesús.

Éste fue el problema de los fariseos, sacerdotes y escribas, su soberbia espiritual no les permitió ver a Dios en Jesús, y más bien con gritos y trampas solicitaron su crucifixión. Un corazón humilde es de altísimo valor, no en vano, el Señor Jesús dijo: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas”, Mateo 11:29.     

b)  Dios no hace acepción de personas. Vrs. 14.             

“Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió”. 

Según nos narra este versículo, el Señor llama a Leví, un cobrador de impuestos para el imperio, él estaba al servicio de Roma; y, por lo tanto, era un hombre rechazado socialmente, era considerado por sus hermanos los hebreos como un traidor de su propio pueblo. Se les calificaba junto con las rameras y pecadores de aquel tiempo. Al ser una sociedad de carácter primeramente religioso, ellos eran considerados en la zona más baja y vil de la sociedad. 

El nombre Leví, significa: Unido o unión. Su nombre que más bien podía indicar su papel para traer unidad al pueblo de Dios, más bien generó rechazo y división. La Biblia nos enseña que su nombre fue cambiado, dejó todo por Jesús, y fue llamado: Mateo, nombre que quiere decir: regalo o don de Dios. 

Entonces, el rechazado y considerado traidor, el pecador y menospreciado, por la obra del Señor Jesús, vino a ser un regalo de Dios para su nación. Aquel que era aborrecido, vino convertirse en un apóstol para la gloria de Dios. 

Y no podemos dejar de destacar el inmenso poder de la palabra de Dios, la que nos redarguye y convence de pecado, la semilla de Dios que transforma nuestras vidas, la que nos conduce a Cristo nuestro Salvador, pues con una sola palabra Jesús transformó y restauró la vida de Leví, el Señor sólo le dijo: “Sígueme”.  Que poderosa es la palabra de Dios.     

c)   El Señor Jesús visitó y transformó la casa de Leví. (vrs. 15). 

“Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido”. 

Leví invitó al Señor a comer en su casa, y también invitó a muchos publicanos y pecadores, ellos eran su círculo social. La atmósfera de esta casa fue completamente transformada, porque allí estaba Jesucristo el Señor. Lo que hace relevante un lugar no es el lugar en sí, sino la presencia de Dios allí.  

II.  La soberbia y arrogancia nos aleja de Dios. Marcos 2:16.         

“Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?”. 

En primer lugar, debemos tener en cuenta que el enemigo de Dios, buscará estrategias para desanimarte. En este caso, utiliza el duro corazón de los escribas y fariseos para murmurar y acechar con sus malas palabras a los mismos discípulos de Jesús, queriendo sembrar cizaña entre ellos y su Maestro. 

Sólo el diablo procura sembrar cizaña en medio del campo de Dios; entendiéndose cizaña como la murmuración, criticas, calumnias, mentiras, difamación, chismes, etc.   

Desde su autosuficiencia religiosa, escribas y fariseos, pensaban que por el número de oraciones y rutinas eran justos y aprobados por Dios. Ellos pensaban que eran más dignos que las otras personas. Pero en realidad, estaban muy lejos de Dios; recordemos que el Señor mira de lejos al altivo. 

Acercarnos a Dios con un corazón humilde y sincero, hará que alcancemos el favor divino y sus bendiciones. Persevera, y has las cosas como Dios dice, y serás bendecido. Leví llegó a convertirse en el apóstol Mateo, escritor del evangelio que lleva su nombre, y fue un poderoso predicador en Israel y luego a las naciones. El plan de Dios requiere un corazón humilde.    

III.    Jesucristo siempre peleará a tu favor. Marcos 2:17.  

 “Al oír esto Jesús, les dijo: Losa sanos no tiene necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores”. 

En primer lugar, vemos al Señor Jesús respondiéndoles a los escribas y fariseos. Aunque escribas y fariseos están atacando a los discípulos, fue Cristo quien respondió; siempre el Señor estará allí para defendernos. Cristo siempre se levantará a nuestro favor.  

Aquellos escribas y fariseos, desde su orgullo y arrogancia religiosa, criticaban a Jesús; eran ciegos que no podían ver su verdadera condición, y por eso mismo, estaban estorbando a quienes al Señor se querían acercar. 

Son muchas las ocasiones en que el enemigo se levantó contra el pueblo de Dios; recordemos, por ejemplo: Amalec, moabitas, amonitas, filisteos, y cuando Israel buscaba al Señor, él fiel y poderoso, libraba a su pueblo del enemigo. Dios no ha cambiado, sigue siendo tu ayuda y fortaleza, y aunque el enemigo quiera estorbar tu camino o detener el plan del Señor, al final del poder de Dios prevalecerá.   (Sermones listos para predicar escritos por Pastor Gonzalo Sanabria).

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(Espero que esta serie de Sermones textuales listos para predicar sean de bendición y edificación para tu vida y para la de aquellos que te puedan escuchar).

"Jehová es mi pastor, nada me faltará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombre de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento" Salmo 23:1, 3-4.

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