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Introducción:
Seguramente hay obstáculos en el camino de la fe y enemigos por derrotar, él
mismo Señor Jesús mientras estuvo aquí en la tierra tuvo que superar la
oposición, persecución y diversos enemigos, pero a todos los venció. De igual
manera él vive en nosotros hoy, y podemos avanzar en victoria, él es más grande
que toda crisis y que todo enemigo…
La
victoria está en Cristo.
La obra de Dios en
nuestra vida debe superar enemigos, y con su poder siempre venceremos. Lucas
13:14-17
“Pero el principal de
la sinagoga, enojado de que Jesús había sanado en el día de reposo… El Señor le
dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o
su asno del pesebre y lo lleva a beber?”. Y a esta hija de Abraham, que Satanás
había atado dieciocho años ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día
de reposo?... el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por
él”.
El principal de la
sinagoga era el encargado de administrar el lugar y el orden del culto, era sin
duda un celoso fariseo, lo concluimos por las declaraciones que hace. Su
posición religiosa extrema hace que valore más el día de reposo que al Señor
del día de reposo, es decir Jesucristo mismo estaba allí, Dios estaba
manifestando su voluntad pero él no podía verlo.
Aquel milagro estaba
enfrentando su primer enemigo. Situación que nos recuerda que los milagros y
obras de Dios en nuestra vida enfrentarán enemigos y oposición. Vendrán dardos
de duda, incredulidad, desánimo, e incluso deseos de renunciar a la acción de
Dios en nosotros.
En el versículo
quince vemos cómo el Señor Jesús se levanta para defender su obra en la vida de
aquella mujer. Cuando decidimos buscar a Dios, servirle, o nos disponemos para
ir a nuevos niveles en Cristo, las tinieblas van a procurar detener o estorbar
aquel propósito.
Pero así como aquí
vemos a Cristo actuar, también el Señor se levantará y te defenderá, el mismo
Señor te ayudará a avanzar y alcanzar lo que te ha preparado. En Cristo está
nuestra victoria siempre.
En el versículo
diecisiete leemos que ante las palabras de Jesús “se avergonzaban todos sus
adversarios”. El término “adversario” nos recuerda que Pedro dice: “Sed
sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo anda como león rugiente buscando
a quien devorar”.
En el Nuevo
Testamento el término adversario se usa con frecuencia en relación con satanás,
por tanto lo que hacían sus oponentes en aquella sinagoga era por inspiración
demoniaca; por eso la falta de discernimiento y la falta de humildad de corazón
pueden convertir a un conocedor de la ley de Dios en un enemigo de la obra del
Señor.
Pero en medio de
todos esos adversarios, Jesús hizo su milagro, aquella mujer fue liberada, ella
y todo el pueblo se regocijaba delante de Dios. Por tanto no importa la
cantidad de enemigos, o el tamaño de los mismos, siempre el poder del Señor
Jesús prevalecerá, él cumplirá su propósito en ti, él siempre actuará a tu
favor.
Sin duda lo más
grande que Jesús hizo fue dar su vida por ti. Él recibió el juicio por nuestros
pecados, llevó nuestras enfermedades y maldiciones en su cuerpo, sufrió el
castigo de nuestra rebelión, derramó su sangre para limpiarnos de pecado,
murió, pero por el poder del Padre y del Espíritu Santo resucitó al tercer día,
dio instrucciones a los apóstoles, envió su Santo Espíritu y volverá por
segunda vez, levantará a su iglesia y estaremos para siempre con él.
Conclusión:
Aunque a veces no entendamos el tiempo por el cual estemos pasando, o sea para
nosotros muy grande el obstáculo que hay por delante, Jesús está de nuestro
lado. Con su amor y poder nos ayudará, y con su sabiduría nos guiará para que
lleguemos a la meta que él mismo nos ha trazado.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer el sermón: "SANIDAD PARA EL CORAZÓN HERIDO".
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