Las dos simientes

Devocional de hoy: “Las dos simientes”.

 

 

 

Cuando Dios creó al hombre, mantuvo una conexión directa con él. Después de la caída, entendiéndose caída como el momento en el que el hombre desobedeció a Dios, aquella conexión directa con Dios no fue igual. El Espíritu de Dios se separó a causa de su pecado, y aquello que fue diseñado para la eternidad, la desobediencia del hombre lo cambió.  

Dios, siendo su naturaleza amar, no dejo de hacerlo con el hombre. Siempre consiguió hombres justos, a los cuales eligió para continuar su plan original de que el hombre estuviera en todo momento conectado a Él. El pecado se propagó por el mundo y la simiente Adánica, es decir, el hombre pecador llenó la tierra. 

“Un redentor nos ha nacido”. Hijo de una mujer justa, virgen y temerosa de Dios, María fue escogida como madre de Jesús, sin conocer marido. El Espíritu Santo reposó sobre ella y el Santo Hijo de Dios nació. Su nombre “Hijo de Dios, Jesús”. El plan de Dios para el hombre no se detendrá. El Señor nos ha permitido un nuevo comienzo, una nueva vida, un nuevo pacto. 

Es por medio de Jesús, que podemos volver a los planes de Dios, en conexión directa por medio del Espíritu Santo. Cuando reconocemos y aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, como Hijo de Dios y que murió y resucito al tercer día para que por medio de El tengamos vida Eterna; la simiente Mesiánica se hace presente en nuestras vidas. La conexión original se restablece por medio del Espíritu Santo. ¡Aleluya!  

Mientras vivamos en este cuerpo, que en algún momento dejará de existir, y aceptemos a Jesús como nuestro Salvador, nos convertimos en Hijos de Dios, volvemos a nacer, y el Espíritu Santo viene a morar continuamente en nuestras vidas. 

 

 

Ahora, tenemos que esforzarnos en nuestra fe, para que la simiente Adánica caída, disminuya su fuerza en nosotros, y la simiente de Cristo, por medio del Espíritu Santo, llene nuestro ser interior y nos gobierne; y de esta manera, la vida que tenemos en nuestro interior, la vida de Cristo, será vista por el mundo.   

Cuando Cristo vuelva por su pueblo (por su iglesia), será completado el plan trazado en un principio por Dios. Nuestros cuerpos serán transformados, y la plenitud de la simiente de Cristo llenará nuestro ser por la eternidad. 

El pecado no existirá y viviremos llenos de su amor, como fue diseñado para Adán. Acepta a Cristo, y una vida nueva tendrás. Dios te bendiga.   (Escrito por Pedro L Crespo Vargas – Editado por Pastor Gonzalo Sanabria).

 

 

 

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1)  Cristo es nuestra ayuda y fortaleza

2)  Dios rompe tus cadenas y te da libertad

3)  El Señor Jesús responderá tu oración

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