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Sermones textuales listos para predicar

( Sermones textuales listos para predicar ).  Introducción: Cuando evaluamos un poco nuestra vida podemos ver las bendiciones  de Dios y...

jueves, 9 de mayo de 2024


Predicaciones escritas y sermones para predicar:



martes, 7 de mayo de 2024

Sermones escritos para predicar - Dios es tu protección y quien te recompensa.

 

 

Nos dice la Biblia: “Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tú galardón será sobremanera grande”, Génesis 15:1.  


Es muy importante, tener en cuenta el contexto de esta palabra de Dios al patriarca. En el capítulo anterior, Abram lucha contra varios reyes cananeos por la liberación de su sobrino Lot, su familia y sus bienes.  


Dios le da la victoria a Abram, quien recupera a su sobrino, así como a los demás. Aquellos reyes fueron derrotados, y por supuesto, habrán quedado indignados y con deseos de vengarse. 


Teniendo, sin duda, temor o ansiedad ante una posible venganza o retaliación de estos nuevos enemigos, Abraham no tenía tranquilidad, más bien, la incertidumbre gobernaba su corazón. 


En este difícil escenario, y por supuesto, sabiendo Dios lo que estaba viviendo su siervo, envía su poderosa palabra, diciéndole varias cosas en las cuales debemos reflexionar:  


En primer lugar, le dice: “No temas”. Es una frase muy corta, pero sin duda alguna, muy poderosa, no sólo por lo que significa, sino por Aquel de quien viene.  


Este mensaje divino, logra despejar la mente y el corazón de Abram, las tinieblas que oprimían su pecho se disipan, y la paz de Dios vuelve a embargar al patriarca. 


Cuando emociones como el miedo, la angustia, la ansiedad, y otros similares, llenan el corazón del hijo de Dios, se hace difícil confiar, la fe se hace débil, y la esperanza se oscurece; la única manera de superar esta condición, es entrando en la presencia de Dios mediante la oración, y la meditación de la palabra del Señor. 


La expresión “Yo soy tu escudo”, nos recuerda la protección de Dios sobre nuestra vida y familia; también el escudo nos genera esa seguridad tan importante en un mundo convulsionado como el actual. 

 

 

Finalmente, nos dice el versículo de hoy: “y tu galardón será sobremanera grande”, como bien sabemos, el patriarca viene de una batalla, Dios le promete su protección; pero, además, el Señor le promete bendiciones y recompensas sobre su vida.  


Estas últimas palabras, nos recuerdan que creer en Dios, buscar su presencia y seguir su voluntad, siempre nos llevará, de manera inevitable, a escenarios de múltiples bendiciones. 


Podemos recordar aquí las palabras del Salmo 23:1-3 “El Señor es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre”, Salmo 23:1-3.


Cómo el mejor pastor, Dios nos protege, nos provee y nos dirige por el mejor camino, de eso no hay la menor duda. Sin embargo, en este contexto, debemos preguntarnos: Sí Dios es el mejor pastor, ¿qué tan buena oveja soy yo?  


La verdad es que desde el Edén queda confirmada la dureza y rebelión del corazón humano, sin embargo, reclamamos todos los beneficios del buen pastor.  


Creo que la relación entre el pastor y la oveja requiere un cumplimiento mínimo para que pueda funcionar: Confiar en el cuidado del pastor. Creer en su protección. Escuchar y seguir su voz. Certeza en su provisión.  


Si aplicamos esto en nuestra relación con Dios, el pastoreo divino será un éxito, pues estas cosas son: fe, esperanza, confianza, y obediencia, cosas que agradan a Dios, y que, sin duda, nos llevarán a los mejores pastos y a los mejores escenarios de bendición, como le sucedió a Abram.   (Sermones escritos para predicar por Pastor Gonzalo Sanabria). 

 

 

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Att. Pastor Gonzalo Sanabria. 


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jueves, 2 de mayo de 2024

Reflexión: Somos un plan celestial en la tierra. 


La Biblia nos dice en el Libro de los Salmos 139:16 “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”. 


Dios formó las partes de nuestro cuerpo en el vientre de nuestra madre según estaba escrito en su libro, y durante todo este proceso los ojos de Dios estaban sobre nosotros. 


Este es un pasaje de la Biblia que nos habla de un libro especial, personalmente lo llamo el Libro de los diseños. Allí está planeada o diseñada nuestra vida y el propósito de Dios con nuestra existencia en la tierra. 


Cada uno de nosotros ha sido planeado y diseñado por Dios para un propósito, de modo que en el momento de la concepción, se encarna el plan celestial; así como Cristo se hizo carne y vino a la tierra; por eso, el mismo Señor dijo: “ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”, Juan 17:14.


No podemos ignorar una realidad, y es que el reino de las tinieblas procura mediante muchas formas y herramientas destruir o estorbar el propósito de Dios. Es aquí, donde la fe y la oración, son aquellos instrumentos poderosos que el Señor nos ha entregado para vencer y avanzar sobre la oposición del enemigo. 


La fidelidad de Dios se hace evidente cuidando nuestra vida y enviando su constante provisión, y con esto no sólo me refiero a la parte financiera, Dios es nuestro proveedor integral, él nos da la fortaleza, confianza y sabiduría para perseverar y tomar buenas decisiones.


La expresión “En tu libro estaban escritas todas aquellas cosas”, nos lleva a pensar en la eternidad y presciencia de Dios. 


Eternidad, porque desde antes de nacer, el Señor ya nos tenía planeados y con una asignación en esta tierra; son tiempos que van mucho más allá de nuestros propios pensamientos. Y presciencia, pues es ese atributo divino mediante el cual nuestro Creador lo sabe todo, antes de que suceda, sin intervenir en el proceso. 


Teniendo presente las virtudes propias y únicas de Dios, sabemos que él es soberano y bueno, él es amor; por lo tanto, todo lo que él diseña o planea es bueno y para bendición de muchos; por lo tanto, su plan y voluntad para nuestra vida es buena y perfecta. (Sermones cristianos escritos por Pastor Gonzalo Sanabria).


Te invito a leer: Cómo fortalecer mi fe en tiempos difíciles

Cómo confiar en el cuidado de Dios

Dios nunca te abandonará.


- Sermones cristianos escritos para predicar -

jueves, 25 de abril de 2024

El secreto de la prosperidad de Dios - Sermón. 

Nos dice la Sagrada Escritura: “Bienaventurado el varón que se deleita en la ley de Jehová, y en ella medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”, Salmo 1:1-3. 

Este pasaje contiene el secreto para ser prosperado en todas las cosas. Es muy importante analizar cada frase y abrazar cada enseñanza con todo nuestro corazón. 

En primer lugar, el Espíritu Santo destaca la poderosa y multiforme bendición que viene sobre la persona que lee, estudia y guarda en su corazón con alegría la ley de Dios. 

Literalmente la Biblia dice aquí “que se deleita”, es decir, el lector y asiduo estudiante de la Escritura disfruta, se goza, se nutre, aprende y se alimenta de la palabra de Dios como si fuera el más delicioso alimento. Con razón el salmista dijo: “Cuán dulces son a mi paladar tus palabras, más que la miel a mi boca”, Salmo 119:103. 

En segundo lugar, el texto nos enseña que en la ley de Dios debemos meditar continua y constantemente. La Escritura misma en el Nuevo Testamento nos dice: “renovaos en el espíritu de vuestra mente”, Efesios 4:23; y ya que “según el pensamiento del hombre, el tal es él”, Proverbios 23:7, la transformación en nuestra manera de pensar es fundamental. 

Nuestra manera de pensar viene a determinar nuestro estilo de vida, y al meditar en la palabra de Dios continuamente nuestra mente terminará siendo moldeada por ese mensaje divino y lleno de poder, por tanto, será mucho más fácil caminar en la voluntad de Dios. 


En tercer lugar, el texto seguidamente asemeja a quien se deleita en la ley de Dios con un árbol lleno de vida y bendición como resultado de nutrirse junto a unas aguas abundantes y saludables.  Su fruto será constante y sus hojas permanentes, expresiones que nos enseñan el poder de la palabra de Dios para hacernos permanecer en Cristo. 

En cuarto lugar, debemos considerar que un buen árbol, como este, brinda múltiples beneficios: sombra para el cansado, fuertes ramas para las aves y otros animales, frutos abundantes y saludables, entre otras cosas; así pues, viene esa persona a ser muy bendecida, y a ser de mucha bendición para los demás. 

Finalmente, la frase: “y todo lo que hace, prosperará”, nos permite ver la abundante y excelente cosecha que se recogerá como resultado de leer, estudiar, meditar, y guardar la ley de Dios. Resultado inevitable, pues el Señor no miente. Ama y guarda la palabra de Dios, las bendiciones del cielo serán tu cosecha.   (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).     

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Dios nunca te abandonará.

- El secreto de la prosperidad - Sermones para predicar. 

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miércoles, 27 de septiembre de 2023

Sermones y bosquejos para predicar.  

 

 

 

Dios es nuestro escudo y bendición. 

 

Génesis 15:1 “Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”. 

Podemos reflexionar en este pasaje bíblico considerando las tres frases que lo componen:

 

No temas”, expresión divina que nos recuerda que el miedo es una herramienta del enemigo, arma demoniaca que estanca y desanima. El miedo es el antónimo de la fe; pues el miedo espera grandes tragedias, mientras la fe es la certeza de grandes milagros por suceder. 

 

Yo soy tu escudo”, expresión que nos enseña que es Dios mismo quien nos defiende, él es quien pelea por nosotros. Nunca existirá una guardia o escolta más poderosa y eficiente que la poderosa mano del Señor protegiendo nuestra vida.  

 

Tu galardón será sobremanera grande”, nos recuerda que Dios es galardonador de los que le buscan; el Señor recompensa la fe de sus hijos, nunca deja avergonzado a quien confía en él. Dios mismo se encarga de recompensarnos en público, cuando le buscamos en secreto.  

 

Aunque tu tiempo sea difícil y tus enemigos se levantan, no existe adversidad más grande que el poder del Señor Jesús. Recuerda: Si Dios es con nosotros ¿Quién contra nosotros?   (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria). 

 

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martes, 25 de julio de 2023

El poderoso cuidado de Dios.

 

En Daniel 3, nos dice la Palabra que el rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, ante la cual, todo el pueblo debía inclinarse y adorarla; de modo que, si alguien no obedecía el mandato del rey sería echado al horno de fuego.

Sadrac, Mesac y Abed-nego, (judíos residentes en Babilonia), en obediencia a Dios, no sirvieron a otros dioses ni se postraron y adoraron aquella estatua; y, por tanto, se cumplió el mandato del rey, fueron echados en el horno de fuego. Pero ellos no dudaron en que Dios estaba al control total de sus vidas y que les libraría de todo mal; y, así fue, a pesar de que su futuro parecía estar totalmente abocado a la muerte, Dios no les falló y salieron ilesos.

Ellos no fueron avergonzados por su fe en Dios (promesa dada en Romanos 10:11, “Todo aquel que en él cree no será avergonzado”); sino que fueron engrandecidos por el rey; y a su vez, Dios fue glorificado, bendecido y puesto en honra sobre toda nación y pueblo.

Otro ejemplo del poderoso cuidado de Dios, lo vemos en la vida de David, quien se enfrentó en varias ocasiones al peligro de muerte. Hoy fijamos la mirada en una de ellas, el enfrentamiento contra Goliat (1 Samuel 17). Vemos que esta situación, llegó a David de casualidad. Él no estaba con el ejército israelita peleando contra los filisteos, pero Dios, en el momento adecuado, le puso allí, porque tenía un propósito para él.

En obediencia a su padre, un día David fue a buscar a sus hermanos para ver que estaban bien; y estando allí con ellos, llegó Goliat, un guerrero de toda la vida, que llevaba desafiando durante 40 días al ejército israelita, buscando un hombre que pelease contra él; y fue David quien aceptó el reto sólo por el hecho de que confiaba plenamente en Dios.

El enfrentamiento con este gigante, puede compararse con situaciones que podemos vivir cada uno de nosotros en nuestras vidas, situaciones en las que parece imposible salir victoriosos de ellas (una enfermedad, una situación laboral o económica muy complicada, relaciones rotas, etc) pero si observamos con detenimiento los detalles que nos da la Palabra vemos que, contra todo pronóstico, se puede obtener la victoria.

 

De Goliat se expone, que su estatura era de 6 codos y un palmo (aprox. 3 metros), su casco y su coraza pesaban cinco mil siclos (aprox. 58 kilos), polainas de bronce para proteger las piernas y jabalina al hombro, el asta de su lanza se parecía al rodillo de un telar y tenía una punta de hierro que pesaba 600 siclos (aprox. 7 kilos) y, además, llevaba un escudero delante de él. Con esta descripción, podemos imaginar un hombre de guerra, imponente, que atemorizaba, con la estatura y peso de un gigante, totalmente entrenado, instruido y preparado para la batalla.

En cuanto a David, vemos un joven sin experiencia en guerra, portaba su bastón, su honda y su bolsa de pastor con 5 piedras lisas que cogió del río. No pudo portar la armadura y el casco que el rey Saúl quería ponerle, porque no sabía moverse con todo eso. En este caso, nos hacemos una imagen de un joven indefenso, inexperto, sin conocimientos de la batalla y sin vestimenta adecuada.

Pero David, llevaba algo que no llevaba Goliat, llevaba la mejor de las armaduras, la armadura celestial, su total seguridad y confianza en Dios. Sólo necesitó la primera piedra para vencer al poderoso guerrero gigante, porque Dios estaba con él.

Por tanto, podemos extraer de estos 2 casos, que, ante cualquier situación, por muy difícil que parezca, por muy oscuro que veamos el final, tenemos un Dios todopoderoso que, aunque contemos con los recursos mínimos a nuestro favor, nos permitirá salir vencedores de cualquier circunstancia o problema.

Nuestro Dios puede darnos la victoria frente a cualquier gigante y puede sacarnos ilesos del más potente horno de fuego. Sólo debemos tener la seguridad de que Dios está con nosotros y rechazar toda duda que nos asalte; evitando que el enemigo controle nuestra mente debemos seguir con nuestra confianza puesta en Dios. Vayamos a Dios, expongámosle nuestra situación con total humildad y sinceridad y Él nos dará la clave para derrotar al enemigo.

(Escrito por Sara Cascado, editado por Pastor Gonzalo Sanabria).

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Cómo puedo vencer a través de la fe. 


La adoración genera cielos abiertos.

 

 

Persevera, tu milagro está cerca.

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miércoles, 29 de marzo de 2023

Dios es nuestro escudo y fortaleza. 

 

lunes, 21 de noviembre de 2022

El secreto de la prosperidad bíblica.  El ser humano habla muchas palabras cada día, se calcula que una mujer puede hablar alrededor de 20.000 palabras por día y el hombre alrededor de 7.000 palabras. Vale la pena pensar en cuantas de aquellas son palabras de Dios.  

Josué 1:8 nos recuerda la importancia de meditar, guardar, hablar y por supuesto, lo más importante, poner por obra la ley de Dios. Debemos destacar la importancia de leerla, meditarla, guardarla en el corazón; y ella, poderosa como Dios la hizo, nos llevará a la acción.  

Cuando vivimos este ciclo completo, la Biblia misma nos promete prosperidad y victoria en todas las cosas. La victoria y la bendición están al alcance de todos. El secreto de la prosperidad está aquí: Deléitate en la ley de Dios, decide guardarla en tu corazón, y llévala a la acción, y tú verás como todo lo demás vendrá por añadidura.   (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).  

 

Te invito a leer:

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