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lunes, 1 de julio de 2024

Sermón: La fe en Dios cuando los tiempos son difíciles. 

Introducción: La verdad es que confiar en Dios cuando todas las cosas van bien no es difícil; por el contrario, cuando enfrentamos desafíos, gigantes u obstáculos por superar, es cuando la solidez y fuerza de nuestra fe en Dios será puesta en evidencia. 

La Biblia nos enseña que, mediante la fe, los héroes del capítulo once de la Epístola a los Hebreos lograron grandes victorias y conquistas, y se nos recuerda que sin fe es imposible agradar a Dios. Sin duda, todos viviremos momentos en donde nuestra oración será: “Señor, fortalece mi fe, y ayúdame a confiar en ti”.     

1. Los instrumentos divinos a veces son difíciles de entender.

Lucas 23:24-27 “Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos. Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él”.

El actuar de Pilato, y la absurda petición del pueblo, me refiero a pedir la libertad de Barrabás (un homicida y ladrón), mientras pidieron la condena para Jesús, son circunstancias difíciles, además de incomprensibles para los discípulos y seguidores del Maestro en aquel momento. Era un tiempo además doloroso, por eso, las mujeres lloraban y se lamentaban por él. 

En este caso, todo esto era parte del plan de salvación para la humanidad, era este un momento difícil de vivir y asimilar, pero era la voluntad de Dios para su Hijo. En otras ocasiones, por la toma de malas decisiones, vivimos momentos difíciles y dolorosos, estos tiempos no vienen a ser pruebas, son consecuencias.   

Es muy importante tener en cuenta que, en estos tiempos, la comunión con Dios en lo secreto vendrá a ser nuestra fuerza, aquella relación personal y estudio sincero de la palabra del Señor será la fuente de nuestra fe y confianza en la buena voluntad de Dios.   

Nos sigue diciendo el evangelio de Lucas 23:28-31 “Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, en el seco, ¿qué no se hará?”. 

Estas mujeres, a quienes el Señor Jesús llamó “Hijas de Jerusalén”, indicando que eran de esta ciudad y, por lo tanto, no eran seguidoras del Maestro desde la región de Galilea, lloraban al ver la tortura con la cual castigaban al Señor, y al pensar en los dolores y sufrimientos que iba a experimentar hasta morir en la cruz; sus lágrimas no eran de arrepentimiento, eran de dolor por el sufrimiento ajeno. Es por eso que, el Maestro las exhorta a pensar en ellas más que en el dolor de él.  

Las palabras del Señor Jesús fueron: “No lloréis por mí, sino por vosotros mismas y por vuestros hijos. Porque vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron”. Si para la mentalidad judía, tener hijos es señal de bendición y favor divino, entonces ¿por qué el Señor dice estas palabras? 

El Señor Jesús hace referencia a aquel tiempo en el que la ciudad de Jerusalén será atacada, y las mujeres sufrirán la pérdida de sus bebés e hijos, por eso el Señor Jesús dijo: “Ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días”, serán tiempos de gran tribulación, Mateo 24:19-21. 

La expresión final del Señor: “Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, en el seco, ¿qué no se hará?”. Palabras que nos recuerdan que a veces el dolor o el sufrimiento es parte del camino, el hecho de que seamos cristianos, hijos de Dios en esta tierra, no significa que no viviremos ciertos momentos difíciles, de lo que, si podemos estar seguros, es que Dios nos ayudará y fortalecerá siempre.  

2. Perdonar y pedir perdón, dos aspectos esenciales para superar las crisis.

Nos dice el evangelio de Lucas 23:32-34 “llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen, y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”. 

También dos criminales eran llevados con Jesús para sufrir la misma condena, la crucifixión. Por supuesto, con una gran diferencia, ellos iban por sus propios crímenes, Cristo iba por los crímenes y pecados nuestros. 

El Señor Jesús en la cruz, dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Además, delante de él, los soldados romanos repartían entre sí sus vestidos. Cualquiera de nosotros se indignaría, tal vez lanzaría malas palabras y maldiciones, etc. Pero, el Maestro, quien nunca deja de enseñarnos, en su momento de mayor dolor y causado por ellos, rogó por sus vidas, y pidió al Padre celestial que los perdonará. 

¿Cómo reaccionamos cuando somos ofendidos? ¿Cuáles son nuestras palabras cuando abusan de nuestra confianza o pisotean nuestros derechos? Porque el juicio de Jesús fue amañado, pero, todo era parte del plan redentor ¿Quiénes somos, cuando por ser hijos de Dios, sufrimos persecución? ¿Cómo nos comportamos cuando actúan indebidamente contra nosotros? Por lo general, reaccionamos, y no reflexionamos, entonces actuamos según nuestro propio parecer, y no según el de Dios; y por supuesto, cometemos errores, vivimos fracasos y dolores.   

Nos dice la Biblia en Lucas 23:39-43 “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; más éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.

Ante los dolores de la cruz y en una condición de agonía, podemos observar que uno de los criminales insultaba al Señor; mientras que el otro, le habló con temor de Dios, y también reconoció que por sus crímenes y pecados estaba en aquella cruz, y hablándole al Señor Jesús le rogó por su perdón, y es quien recibió la promesa de salvación: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”. 

Ante los dolores y en agonía, observamos varias actitudes en este criminal; primero, es que, a pesar de todo, en su corazón surge temor de Dios; segundo, reconoció sus malas obras; y tercero, acudió por ayuda a Jesús, quien no lo decepcionó. Lo más valioso e importante no fue estar en el paraíso, sino estar con Jesús allí. 

Vemos dos criminales con dos actitudes diferentes, y dos resultados distintos. Uno fue condenado, y el otro fue salvado. Recordemos la figura del sol iluminando un bloque de hielo y un bloque de barro, el primero se deshace ante el calor del sol, mientras el segundo se endurece; es el mismo sol para los dos, pero vemos diferentes resultados; de igual modo, es el mismo Dios para todos, la diferencia está en nuestra actitud ante él.  

3. Confiar en Dios, siempre te conducirá al cumplimiento de su propósito.

Nos dice el evangelio de Lucas 23:44-46 “Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró”. 

Después de llevar tres horas en la cruz, desde la hora tercera (9:00 am) hasta la hora sexta (12:00 m), vinieron tinieblas sobre sobre la tierra hasta las tres de la tarde, en aquel momento, es decir, cumplidas seis horas en la cruz, y habiendo experimentado los más terribles dolores, y habiendo derramado abundante sangre, Jesús gritó diciendo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Esta última expresión del Señor Jesús, nos permite ver varias cosas: En primer lugar, acude a su Padre celestial, Aquel que nunca nos abandona, aunque el momento sea difícil y doloroso; Aquel que siempre estará atento a nuestro clamor y pedido de ayuda; Aquel que nunca cierra sus oídos y nunca deja de amarnos, porque somos sus hijos. 

En segundo lugar, acude a las manos del Padre celestial. Sin duda alguna, no existen mejores manos que estas, las más poderosas, y al mismo tiempo las más generosas. Las manos del Padre celestial nos muestran el más seguro lugar en el que somos protegidos y guardados del mal, son también las manos del alfarero, Aquel que moldea nuestro carácter. Son las mejores manos.   

En aquellas manos, dijo el Señor: “encomiendo mi espíritu”. Aquí la palabra “encomiendo” se traduce del término griego “paratithemi”, que además quiere decir: Confiar. Depositar. El Señor Jesús confió y depositó su vida completamente en las manos de su Padre celestial, Aquel que nunca le fallaría.

De hecho, el Señor Jesús ya conocía lo que el Padre al respecto había prometido: “Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción”, Salmo 16:10. Y en efecto, el Padre lo levantó de entre los muertos al tercer día, como lo había prometido; y es que Dios no miente, él siempre cumplirá sus buenas y poderosas palabras.     

4. Tu fe en Dios verá la gloria del Señor.

Nos dice Lucas 23:47-49 “Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho. Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas”. 

Esta porción bíblica destaca en primer lugar, la reacción del centurión romano (centurión, es decir, jefe de cien soldados), quien al ver lo que había acontecido, dio gloria a Dios, y dijo: “Verdaderamente este hombre era justo”. Era un gentil, no era hebreo, sin embargo, él concluyó que este hombre crucificado, era justo. 

¿Qué cosas sucedieron, que vio el centurión romano, y que lo llevaron a concluir que aquel hombre crucificado era justo? Los cuatro evangelios nos hablan de la crucifixión, y nos añaden detalles, por eso, sabemos que en el momento en el que el Señor Jesús entregó su vida, la tierra tembló y las rocas se partieron, además el velo del templo se rasgó en dos (aunque esto último el centurión no lo vio, pues fue en el templo, y ellos estaban en las afueras de la ciudad).

Personalmente, creo, que la última oración que el Señor Jesús levantó, impactó el corazón de aquel centurión, pues el Señor Jesús dijo en alta voz: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Palabras que salen de un corazón único y rendido totalmente a la voluntad del Creador, palabras que expresan una fe que sobrepasa todo entendimiento humano, y una oración tan poderosa que hizo temblar la tierra. Nos dice el evangelio de Mateo que este centurión y sus compañeros temieron en gran manera, y dijeron: “Verdaderamente éste era Hijo de Dios”.   

Había una gran multitud, y quizá entre ellos había muchos de los que antes habían gritado: “crucificadle”, también ellos vieron lo que había sucedido, y ante esto dice el texto bíblico que “se volvían golpeándose el pecho”, en una expresión de tristeza, quizá acusados por su conciencia y temiendo un castigo divino por haber crucificado un justo, pero no era una señal de verdadero arrepentimiento. Esto sucede muchas veces, es decir, ante la crudeza de la crucifixión muchos sienten dolor y admiración, pero no hay arrepentimiento.     

Los que conocían a Jesús y las mujeres que le siguieron desde Galilea miraban todas estas cosas, además de los propios discípulos del Señor. En aquel momento de padecimiento y muerte del Maestro, muchos pensamientos vinieron a la mente de los seguidores y discípulos de Jesús, dudas, incertidumbre, decepción, temor, etc; de hecho, varios de ellos volvieron a la pesca al mar de Galilea. 

Son tiempos difíciles e incomprensibles, son tiempos en los que la fe es realmente desafiada a confiar en Aquel que ha prometido. Son tiempos en donde creer en las palabras de Dios, va en contra de las circunstancias y de los sentimientos. Son tiempos en donde debemos decir: Aunque no vea, creeré. Aunque sea difícil y doloroso, en él esperaré. Aunque las circunstancias sean adversas y contrarias, confiaré en Dios y en sus promesas. Pues al final, los cielos y esta tierra pasarán, pero las palabras de Dios para siempre permanecerán.  

Después de este tiempo difícil y oscuro, brilló la gloria y la fidelidad de Dios, pues se alcanzó la más grande victoria: 

Vino el derramamiento del Espíritu Santo en pentecostés, 

Nació la iglesia del Señor Jesucristo, 

Poderosas señales y milagros acompañaron a la iglesia, 

Y poderosos hombres de Dios llevaron el evangelio por el mundo conocido.     

Conclusión: Este estudio, nos recuerda que Dios sabe muy bien lo que hace, que todo lo tiene bajo control. Nada lo puede sorprender, pues todo lo sabe, y al final, sus buenos y poderosos planes prevalecerán. Podemos confiar en sus poderosas y buenas manos toda nuestra vida, familia y futuro; él es bueno y todo lo hace para gloria de su nombre y bendición nuestra. A Dios sea toda la alabanza.   (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria). 

Te invito a leer:


miércoles, 17 de noviembre de 2021

Reflexión: La fe genera milagros en tiempos difíciles.

 

 

 

sábado, 4 de enero de 2020

En tiempos de angustia Cristo es nuestra ayuda
(En tiempos de angustia Cristo nos ayuda). La angustia viene por diversas situaciones que no sabemos administrar, por lo general se debe a que no logramos depositar en las manos de Dios nuestra dificultades para confiar en su poderosa y soberana obra; la cual él hace por amor a cada uno de sus hijos. 

En tiempos de angustia Cristo es nuestra ayuda, en todo tiempo acudir a la presencia de Dios es el mejor camino. Veamos este interesante estudio: 



En tiempos de angustia Cristo es nuestra ayuda:

Salmo 118:5-6, y 120:1 “Desde la angustia invoqué a Jehová, y me respondió, poniéndome en lugar espacioso. Jehová está conmigo, no temeré lo que me pueda hacer el hombre” "A Jehová clamé estando en angustia, y él me respondió".

1) En primer lugar debemos recordar que David vivió tiempos difíciles y por tanto muchos momentos de angustia, pero desarrolló la capacidad de ir a la presencia de Dios siempre que la preocupación venía.   

El Salmo 118 nos enseña que el salmista estaba en un momento de angustia, y lo que hizo desde aquella condición fue invocar a Dios, y el Señor misericordioso y atento a sus hijos le respondió y lo puso en lugar espacioso.   

2) En segundo lugar debemos tener presente que la angustia se genera por diversas situaciones. Probablemente David estaba pasando por tiempos de gran opresión y/o escasez, o tal vez enfrentaba tal oposición que se sentía desfallecer, pero Dios lo libera de aquella opresión y le da lugares de privilegio y bendición.     

A veces la angustia o preocupación viene por situaciones de escasez económica, por problemas familiares, por situaciones de salud propia o de seres queridos, o cuando los proyectos no dan los resultados que esperamos y más bien se asoma el fracaso.  

Puede venir también la angustia o preocupación cuando enfrentamos problemas con otras personas sea por relaciones problemáticas, amenazas o situaciones legales delicadas, y aquí tiene mucho valor las palabras del Salmo 118 versículo seis: “Jehová está conmigo, no temeré lo que me pueda hacer el hombre”




3) En tercer lugar, ten presente siempre Dios es nuestro ayudador.  En estos versículos, vemos que el salmista ante la angustia lo que hace es acudir a Dios, y en ambos casos, Salmo 118 y 120, el Señor escucha y responde poniendo a salvo a sus hijos. 

Así pues, cuando asome la angustia o la preocupación acude a Cristo, él es nuestra salvación, nunca te dejará caído, él siempre te ayudará.   

Te invito a leer:





Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria A. 

"Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días" Salmo 23:6. 

martes, 16 de octubre de 2018


La pareja experimenta tiempos difíciles y de crisis, pero en Cristo podemos superar todos los obstáculos. Nos dice 1 Pedro 4:8 “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”... 

lunes, 24 de julio de 2017


Sermones para predicar: Dios nos ayuda en tiempos difíciles.
Introducción: La Biblia nos enseña que Dios viene al encuentro del ser humano, por ejemplo Moisés experimenta la visita del Señor. Dios llega en el tiempo justo para liberar a Israel y también para hacer libre a Moisés de sus miedos y complejos, que lo han tenido aislado y escondido en el desierto por 40 años. Él estaba casado y con dos hijos, ejercía un oficio (Moisés era pastor de ovejas), pero el Señor no lo había diseñado para vivir escondido en el desierto, todo aquello era temporal, los planes divinos son grandes con cada persona…

Sermón: Dios nos ayuda en tiempos difíciles.


Nos dice la Biblia en Éxodo 3:1-5 “Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. Y el ángel del SEÑOR se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza… Entonces Moisés dijo: "Me acercaré ahora para ver esta maravilla (gran visión), por qué la zarza no se quema". Cuando el SEÑOR vio que Moisés se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: "¡Moisés, Moisés!" Y él respondió: "Aquí estoy." Entonces Dios le dijo: "No te acerques aquí. Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa”.       
     
En éste pasaje de la Biblia se pueden ver varias cosas muy importantes:

a) El Señor no es Dios de accidentes o casualidades. Moisés llegó hasta Horeb el monte de Dios (la palabra Horeb significa: desierto, soledad, montaña del terreno seco). Y es en éste lugar donde Moisés escucha a Dios, aspecto que nos recuerda la importancia del silencio, del retiro, de apartarse al secreto para escuchar la voz Dios.

b) La Biblia nos dice que se le manifestó Dios en una llama de fuego en una zarza que no se consumía. Vemos pues que Dios sabe cómo llamar la atención del ser humano (ya que era justamente la zarza la usada para avivar el fuego, pero en éste caso no se consumía).
   
c) Continua Dios hablando y le dice: “Quita el calzado de tus pies”, los zapatos son figura del caminar de Moisés (entonces sus pies sucios quedan expuestos, los zapatos que lo habían llevado por otro sendero del plan de Dios debe quitárselos. Y quitárselos indica “despojarse de”, entonces fue un momento para arreglar algunos asuntos con el Señor).

La Escritura nos dice en Éxodo 3:7-8 “Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo… y he escuchado su clamor… he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos… y llevarlos a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel”. Dios es bueno, sus planes son buenos, por eso podemos confiar en él.





Vemos que Moisés e Israel habían perdido toda esperanza de libertad y de un verdadero cambio de vida. Entonces mientras ellos concluían en su mente seguir cómo esclavos, el Señor ya estaba empezando su plan de liberación, por eso nos dice la Escritura: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son más altos mis pensamientos que los vuestros”.  

Conclusión: El Señor creó a todas las personas con un gran plan, pero cosas como ofensas, heridas, complejos,  etc, viene para detener o dañar el plan divino. Sin embargo Jesús es restaurador por excelencia, él viene a recordarte tu diseño y propósito. Dios está contigo y te fortalece. 

Te invitamos a leer el sermón: "POR QUÉ ES PODEROSA LA ADORACIÓN"

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 

Sermón: DIOS NOS AYUDA EN TIEMPOS DIFÍCILES.       - Temas para predicar -  

viernes, 16 de junio de 2017

Sermones para predicar: La provisión de Dios en tiempos difíciles
Introducción: La provisión y el cuidado del Señor por su pueblo mientras éste caminó por el desierto son sin duda poderosos testimonios del poder y bondad de Dios que están siempre a favor de sus hijos.

Sermón: La provisión de Dios en tiempos difíciles







Nos dice la Biblia en Éxodo 16:4-5 “Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Yo haré llover pan del cielo para ustedes. El pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en Mi ley. Y en el sexto día, cuando preparen lo que traigan, la porción será el doble de lo que recogen diariamente”.  

Es triste ver que el contexto en el que nace éste poderoso milagro no es una respuesta del Señor al clamor ni a la oración, tampoco se debe a la adoración del pueblo de Israel, más bien nos dice la Biblia que “Israel murmuró”. 
A pesar de que el Señor mismo iba delante de ellos, era quien los defendía y señales poderosas había hecho a su favor, pero los hebreos no estaban agradecidos, tampoco confiaban en él, ellos lo que hacen es expresar su inconformidad mediante la queja y la murmuración por lo que es la voluntad del Señor. (Debemos evitar la murmuración ya que el Señor sabe lo que hace).
El Señor esperaba que su pueblo confiara en su poder y en sus promesas, era él quien los había sacado de la esclavitud egipcia con poderosos milagros, y ahora los lleva a la tierra que fluye leche y miel. Esto nos recuerda que también nosotros debemos confiar en el Señor, él sabe a dónde nos quiere llevar (él lo sabe todo).

El Señor habla a Moisés quien estaba dirigiendo la peregrinación, pero lo hace además porque él tenía un corazón sensible (debemos tener presente que el sol endurece el barro, pero ablanda o deshace el hielo. Ante ese difícil camino muchos corazones se habían endurecido, pero Moisés mantuvo un corazón manso, humilde y sensible a la voz del Señor).

La Biblia nos dice que el Señor le dijo a Moisés: “hare llover pan del cielo”, y eso nunca antes había sucedido, y por supuesto que hacer llover en el desierto ya era una cosa muy difícil, mucho más difícil era hacer llover pan, esto era algo único y naturalmente imposible, pero vemos que Moisés confió totalmente en las palabras de Dios.

Es muy importante tener presente que el pan en aquellos tiempos eran alargados, otros quizá redondos, de diversos tamaños, su color era café oscuro y claro (según el trigo y sus componentes), y Moisés pudo imaginárselos así, pero nos dice la Escritura que el maná era como semilla de culantro (cilantro), blanco, y su sabor como hojuelas con miel” (Éxodo 16:31). 

Entonces aunque el Señor siempre hace lo que dice, no significa esto que siempre lo hará como nos lo imaginamos o pensamos.




Ellos estaban ubicados en el desierto de Sin, y este nombre significa arbusto. Entonces el panorama estaba compuesto por arena y arbustos, paisaje difícil, y precisamente en estos tiempos es cuando debemos utilizar y avanzar con los ojos de la fe, es decir mirar por encima de las adversidades, confiar en lo que el Señor ha prometido, ya que adelante estaba la tierra de la abundancia y bendición, pasar por el desierto era temporal.
El Señor da instrucciones respecto al modo de recoger el maná: “recogerá diariamente la porción de un día” y en esto dice la Biblia serían probados. El Señor nos prueba y él espera que observemos su palabra, esta es la prueba de la obediencia. Para el Señor, obedecer es más valioso que muchos sacrificios.
Ésta provisión (el maná) era sólo por un tiempo, fue la provisión divina en el desierto para los israelitas. Pero en el Nuevo Testamento el Señor Jesús dijo: “Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre” (Juan 6:49, 51). 

Entonces Jesucristo es la provisión para la eternidad y para nuestro presente, él es nuestra vida y fortaleza, por eso dice que quien “come de este pan vivirá para siempre” (Juan 6:58). Gracias Señor Jesús.

Conclusión: Dios es nuestro proveedor, y la más poderosa provisión fue enviar a su Hijo Jesucristo, él es el pan vivo que descendió del cielo, él dio su vida por nuestros pecados. Gracias Señor Jesús por tu obra, enséñanos a alimentarnos de ti cada día.

Te invitamos a leer el sermón: "QUÉ DEBO SABER PARA LA LIBERACIÓN ESPIRITUAL". 

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

Sermón: La provisión de Dios en tiempos difíciles.   – Temas para predicar -  

viernes, 2 de diciembre de 2016

Cuando enfrentamos dificultades o crisis aparecen diferentes reacciones, por ejemplo huir, esperar, quejarse o enfrentar la adversidad. Como cristianos debemos actuar con la sabiduría que viene de Dios. Conscientes que él nunca duerme, tiene cuidado de cada uno de nosotros y que todo lo sabe y por tanto un problema no es inesperado para él, además ha provisto una solución para salir victoriosos… 

En tiempos difíciles Dios está contigo

Lucas 8:40-42 “Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban. Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo. Y mientras iba, la multitud le oprimía”

La frase “Cuando volvió Jesús” en su contexto nos deja ver que el Maestro había salido de la tierra de Galilea y venía de a la región de Gadara, volvía probablemente a la ciudad de Capernaúm, Su ciudad en Galilea. Los habitantes de allí le conocían y su poder también, por eso lo esperaban con gozo.


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La Biblia nos enseña que Jairo era principal de la sinagoga (esto quiere decir que él administraba el orden en la sinagoga), era un hombre con un corazón humilde, pues  “postrándose a los pies… le rogó”, también nos enseña la Escritura que su única hija estaba enferma de muerte, y Jairo creía en el poder del Señor Jesús y lo buscó para rogar su ayuda. 

Por lo general los milagros implican obstáculos que superar, como la duda, la incredulidad y junto con ésta, el miedo, el desánimo, etc. Al principal de la sinagoga  le dijeron: “no molestes más al Maestro, tu hija ya murió”. Vemos que la incredulidad se contagia con facilidad y estaba generando temor y desaliento en Jairo.

También Jairo tenía que superar la multitud que rodeaba al Señor, el pasaje nos enseña que “le recibió la multitud con gozo” y “la multitud le oprimía”, no era fácil llegar a Jesús. Otras veces el obstáculo es el orgullo, pero a diferencia de muchos principales y sacerdotes judíos, Jairo se humilló ante el Señor Jesús reconociéndolo como Dios todopoderoso.
Debemos tener presente que La fe constante alcanza los milagros, derrota lel desánimo, la burla y el rechazo, la Biblia nos dice: “Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta. Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó” (Lucas 8:53-55).
No hay nada difícil para Dios, todos ellos expresaban: “ya murió, no se puede hacer nada, todo se perdió, no hay posibilidad alguna”, pero en realidad es Dios quien tiene la última palabra. Por eso persevera y expresa tu confianza en el Señor, en casa de Jairo todos estaban tristes, lloraban y se lamentaban, pero Jesucristo declaró una palabra diferente, por eso es que las personas de fe hablan distinto.


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Aquí vemos al Señor Jesús dando evidencia de su poder y voluntad, Cristo es la resurrección y la vida. El Señor tiene el poder para resucitar muertos, él puede restaurar lo que se ha dañado. 

Por eso puede levantar al caído. Jesús resucitó a la hija del principal, y los presentes quedaron asombrados e impresionados, aunque la mayoría no creía ya en un milagro. Por eso “Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”. Jesús es el mismo ayer, hoy, mañana y siempre. Él sigue haciendo milagros.

Conclusión: Dios es Todopoderoso, no hay nada difícil para Él, persevera y cree, los obstáculos caerán y la gloria de Dios se manifestará. Como Jairo, acércate a Él, verás su poder y los otros se sorprenderán de lo que el Señor hará a tu favor. 

“Ningún arma forjada contra ti prosperará, Y condenarás toda lengua que se alce contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del SEÑOR, Y su justificación procede de Mí," declara el SEÑOR” Isaías 54:17.

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Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.


Te invitamos a leer: "DIOS RECUPERA LO PERDIDO".  

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