Introducción: (Temas para predicar). El desierto era una etapa que Israel debía pasar en su camino a la tierra de la
abundancia, y el Señor fue su provisión allí. Aquel desierto fue un terreno difícil,
pero el Señor nunca los desamparó, él siempre suplió todas necesidades de su
pueblo en éste adverso lugar. Todo esto era un ambiente de formación, allí los
israelitas debían aprender más de Dios y de sus leyes, allí debían crecer en su
fe y fortaleza ya que la nueva tierra demandaría esto...
Sermón: Dios te ha preparado cosas mejores.
Nos dice la Biblia en
Josué 5:11-2 “El día después de la Pascua, ese mismo día, comieron del producto de
la tierra, panes sin levadura y cereal tostado. El maná cesó el día después que habían comido del producto de la tierra, y
los Israelitas no tuvieron más maná, sino que comieron del producto de la
tierra de Canaán durante aquel año”.
Nuestro corazón
debe estar agradecido con el Señor por su provisión y sus cuidados, pero debemos
extendernos hacia lo nuevo que Dios pone por delante. El maná representa
aquella provisión de Dios en el pasado. El Señor cuidó a su pueblo cuando caminaba
por el desierto, allí les envió pan del cielo, la Biblia nos dice que el maná “era
como semilla, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel”. Fue algo muy especial.
Aquel maná fue
la provisión del Señor en el desierto que ahora quedaba atrás, ahora venía un
nuevo tiempo. Por eso el Señor Jesús expresó: “Vuestros padres comieron el maná
en el desierto, y murieron… Yo soy el pan vivo que descendió del cielo;
si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre” Juan 6:49-51. Vemos pues
como el Señor es propicio a cada necesidad en todo tiempo. Él sabe cómo
cuidarnos.
El corazón del cristiano debe fortalecer
su comunión con Dios y mantenerse sensible a la voluntad del Señor para moverse
en sus tiempos, ya que vemos aquí que el maná fue la provisión pasada, pero ahora
en la tierra de la abundancia las cosas serían diferentes. Dios quiere revelarnos
sus propósitos, esto demanda una comunión íntima, pues sigue hablando.
Los frutos de la tierra de Canaán son figura de lo nuevo que Dios
trae a nuestras vidas. Ellos tiene al frente un nuevo tiempo, y esto implica cambios
en su diario vivir, ya que por cuarenta años recogieron el maná que Dios enviaba,
ahora entran en una nueva tierra, algo nuevo de Dios ha llegado, precisamente
por eso cesó el maná.
Los israelitas mayores de 20 años murieron
en el desierto por la dureza de su corazón, y los menores son los que ingresan
a la tierra prometida (excepto Josué y Caleb), el Señor siempre cumple su propósito,
así tenga que hacerlo a través de una nueva generación. Por todo esto debemos
comprender los tiempos de Dios y así avanzar en lo que él ha diseñado para nuestra
vida.
Es muy interesante
ver que el haber comido los frutos de la nueva tierra, panes y espigas nuevas
al otro día de celebrar la pascua, nos hace recordar que después de tomar nuestra
pascua (quiero decir después de apropiarnos mediante la fe de la obra de
Jesucristo), comenzamos una vida nueva, en la que nuestro espíritu se alimenta a
través del “pan fresco y diario” de la palabra del Señor, como nos dice Pedro: “Como
niños recién nacidos, busquen la leche no adulterada de la Palabra; gracias a
ella crecerán y alcanzarán la plenitud” 1 Pedro 2:2.
Conclusión: Los planes de
Dios son maravillosos y por eso debemos disponer el corazón para comprenderlos
y avanzar en sus tiempos. Procuremos crecer en la comunión con Dios, y él nos enseñará
sus secretos y tiempos para gloria de su nombre.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Sermón: Dios te ha preparado cosas mejores – Temas para predicar -
0 comentarios:
Publicar un comentario