Jesucristo es nuestro bendito sanador

Introducción: La palabra “Cristo” vino al idioma griego como una traducción del término hebreo “Ha-Mashiah” que quiere decir: “ungido”, esto indica un elegido para una labor o misión especial. El pueblo de Israel esperaba un Mesías o Salvador político-militar, no un siervo o Mesías sufriente. Al observar o leer a  los profeta, vemos que ellos revelaron el ministerio del Mesías

Jesucristo nuestro bendito sanador.

1) Juan vive una crisis  de fe, Lucas 7:18-19

“Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?”.

Con frecuencia nuestras debilidades y adversidades como seres humanos nos pueden hacer olvidar el poder y el cuidado de Dios. Nos dice la Biblia en Mateo 11:2, “y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos”. 

Sus discípulos le contaron a Juan el milagro de Jesús en la vida del siervo del centurión y la resurrección del hijo de la viuda de Naín, mediante estas cosas Juan veía el poder del Mesías.

La Biblia nos enseña que Juan el Bautista había recibido la revelación de quien era el Cristo, según Juan 1:29-34. Pero él estaba en la cárcel, viviendo tiempos difíciles y las dificultades nos pueden hacer dudar acerca de las promesas de Dios, pero Jesús fortaleció su fe.

2) Lo que debemos hacer es acércanos más a Dios: Lucas 7:20-21

La Biblia nos dice que los discípulos vinieron a él (Jesús) y le dijeron…” vemos que el Señor Jesús habló primero con sus hechos, y luego declaró sus palabras. Entonces el Señor dejó que sus obras hablasen por Él.

Jesús es nuestro Sanador, en él hay sanidad física y espiritual (hablamos de enfermedades, plagas, espíritus malos, etc). El ministerio del Señor Jesús se destacó por las múltiples sanidades, y todo esto fue un cumplimiento de la profecía (versículo veintidós).

En Cristo Jesús hallamos respuesta para todos y para todo. Nos dice la Biblia que habían allí discípulos, ciegos, cojos, leprosos, sordos, pobres y los muertos eran resucitados, todos podemos ir a Jesús y hallaremos en él respuesta y solución.

3) La bendición más poderosa es recibir a Jesucristo como Señor y salvador, Lucas 7:23

Sin duda la bendición más grande es recibir a Cristo salvador sin reservas ni prejuicios. Seguramente el haber sido criado en la ciudad de Nazaret, su residencia estaba en Galilea de los gentiles, el escaso relieve social de su familia, la condición de sus múltiples seguidores, era probablemente para muchos, motivo de tropiezo y escándalo.

Conclusión: Dios padre envió a su Hijo para salvar y sanar a la humanidad, siempre dispuesto para ayudar a cada persona en sus debilidades, como lo hizo con amor y paciencia con Juan el Bautista y con todos los enfermos espirituales y físicos que estaban allí. Jesús sigue salvando y sanando, confiemos en su poder y amor.

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

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