Cristo debe ser el centro de nuestra vida.

Sermón: Cristo debe ser el centro de nuestra vida.

 

 

 

La palabra de Dios está llena de poderosas enseñanzas para nuestra vida. Por ejemplo, las palabras de nuestro Señor Jesucristo a las siete iglesias del Asia menor no han perdido su poder y actualidad, aquel mensaje sigue siendo fundamental para nuestra vida hoy. 

Debemos además tener presente que la palabra de Dios permanece para siempre, y ella es alimento para nosotros.   

Estamos en los postreros tiempos, y la iglesia del Señor Jesucristo necesita hoy más que nunca, valorar y volver al consejo de Dios. Es necesario volver por las sendas antiguas, volver al amor por Dios y su palabra.   

El versículo que vamos a leer a continuación, encabeza el mensaje a la iglesia de Éfeso, una congregación con muchas obras, pero cuyo corazón hacia el Señor Jesús se había enfriado, la rutina religiosa estaba gobernando sus vidas. Por eso el Señor le dijo: “Tengo contra ti que has abandonado tu primer amor”. 

En el inicio del mensaje a Efeso, el libro de Apocalipsis nos dice: “Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro…”, Apocalipsis 2:1. 

Como podemos leer, este texto bíblico nos dice que es el mismo Señor Jesucristo resucitado quien cuida y sustenta a su iglesia, y su presencia se pasea en medio de ella. 

La expresión: “el que tiene las siete estrellas en su diestra” nos enseña el cuidado y protección de Dios para sus siervos e hijos (éstos son las estrellas que están en su diestra), y ellos están en la mano derecha, la mano del poder y la autoridad de Dios. Nada puede tocarlos sin permiso del Señor.

 

 

 

Continúa diciéndonos el texto; “El que anda en medio de los siete candeleros”, en este caso los siete candeleros de oro representan a las siete iglesias del Asia menor; pero, ya que el número siete indica plenitud, lo completo, entonces nos habla de la plenitud de todas las iglesias locales, y se destaca que es el mismo Señor Jesús quien camina y se mueve en medio de su pueblo.   

La poderosa presencia de Cristo bendice y genera vida con su poder y gloria, porque él es quien “cuida y sustenta su iglesia”, estar en medio de sus hijos, nos recuerda que Jesús desea ser el centro de su iglesia.   

Procuremos evitar la rutina religiosa. El enfriamiento espiritual es un enemigo de la verdadera vida en el espíritu; más bien, con humildad y disposición busquemos la presencia de Dios, separados de él nada podemos hacer.

 

 

 

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

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