Cuidado con la voz que escuchas.
El enemigo sabe que hombres y mujeres han sido llamados por Dios a ser profetas o emisarios de su palabra y a proclamar las obras que el Señor hará con su pueblo.
Aquellas personas, como son capacitadas y dotadas por el Espíritu Santo, normalmente están expuestos a escuchar voces ajenas a la de Jehová, con el fin de dañarlos y dañar a su entorno; por el simple hecho que anuncian algo y no es cierto, sino que son cosas productos de su propia imaginación.
El rey David es un ejemplo claro de esto. El Señor Jesús dejó plasmada una ley, y era que el rey no podía hacer un censo al pueblo.
Dicen la Sagradas Escrituras, que supuestamente "Dios le habló a David" para que hiciera aquel censo a Israel (2 Samuel 24) y ahí mismo uno de sus servidores le hace ver que no está bien lo que pretende hacer, pues iba contra la ley del Señor.
Una vez más el enojo del Señor ardió contra Israel, y provocó que David les hiciera daño al levantar un censo. «Ve y cuenta a las personas de Israel y Judá», le dijo el Señor. 2 Samuel 24:1 NTV.
Pero 1 Crónicas 21 dice lo siguiente: “Satanás se levantó contra Israel y provocó que David hiciera un censo del pueblo de Israel”. 1 Crónicas 21:1 NTV.
La escritura es inspirada por el Espíritu Santo, y aquí Jehová está demostrando que nunca le habló eso a David, sino que fue el mismo diablo y él no supo identificar la voz del Padre Celestial; luego vendría el castigo hacia David e Israel por ese pecado.
Dios ya había sido claro al dejar el
mandato que el rey no podía hacer aquel censo a su pueblo. No solo David,
ningún rey sin importar su nombre, debía hacer esto.
El Señor no va a contradecir su propia palabra, y mandará a personas como Joab (servidor de David) a tu vida para evitar que hagas algo que crees que Jesús te ha mandado hacer, pero que en realidad no es la voluntad de Jehová y nunca ha dicho algo al respecto sobre eso que pretendes emprender.
Jamás pasará que el Espíritu Santo te mande a ser egoísta con tu madre cuando su palabra registra que debes honrar a tus padres. Algo así le pasó al amado Rey David; estaba escrita una ley de Dios y escuchó una voz que le dijo lo contrario.
Elías da a conocer en el enfrentamiento del monte Carmelo que su pueblo estaba dividido en dos pensamientos: Dios o Baal. Y es que muchos hoy en día viven con controversia en su corazón y mente como David en ese momento, sabiendo que la biblia es clara y puntual en lo que se debe hacer y en lo que no se debe hacer.
El Apóstol Pablo le advirtió a Timoteo que vendrían tiempos donde se levantarían espíritus de mentira a engañar aun a los propios hijos de Dios, y más a sus profetas escogidos.
Hoy en día vemos personas que continuamente expresan lo siguiente: "Dios me dijo que me casaría con esta mujer"; "Dios me dijo que creara una empresa"; "El Señor me dijo que te va a bendecir en todo" y así ciertas frases declaradas por personas de Jehová pero que no se cumplen, porque nunca vino del corazón de Dios.
Hoy el Espíritu de Jesucristo nos muestra, y me incluyo, que muchas de las cosas que hacemos y emprendemos no son su voluntad o sus tiempos, y creemos que provienen de Él.
La invitación del Espíritu Santo a nosotros es, a tener mucho cuidado a lo que escuchamos y buscar al Señor para que su voz sea clara en nuestro corazón.
Se debe romper ese círculo vicioso
del "Dios me dijo". Muchas veces te habrá hablado Jesús, pero en
muchas otras ocasiones no ha sido Él.
No importa que tan ungido seas, y que tanto fuego del cielo tengas. David era ungido, profeta y el amado de Dios y aun así con todo eso, cayó, pecó y sufrió las consecuencias.
Volvamos a Dios. Regresemos nuestro corazón a Cristo, para que seamos guiados de manera verdadera por el Espíritu Santo y no seamos más engañados. Nuestro Padre Celestial nos quiere bendecir y desea hablar con nosotros todos los días de nuestra vida.
Estamos en tiempos finales, y la
mentira es el medio más antiguo y eficaz del enemigo para avergonzar y desviar
a los hijos, profetas y siervos del Dios Altísimo. ¡Vuélvete a Cristo Jesús! Y
tus caminos serán llenos de su amor y gloria.
(Escrito por: Juan David García Ferro. Editado por Pastor Gonzalo Sanabria).
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muy bonitas palabras , Dios los bendiga.
ResponderEliminarAmen
ResponderEliminarBuen alimento a nuestras vidas gracias DIOS TODO PODEROSO
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