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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
. . Sermones escritos listos para predicar - para predicar. A continuación ponemos a tu disposición un listado de sermones escr...
jueves, 2 de agosto de 2018
Jesús enfrentó su momento más difícil con firmeza. La fortaleza de Jesús venía de la comunión con su Padre celestial. Lucas
9:51 “Cuando se cumplió el
tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a
Jerusalén”.
Es sumamente
interesante considerar esta frase: “afirmó su rostro”. Nos dice la Biblia que
“cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba” palabras
que nos recuerdan que algunas veces tenemos que vivir etapas difíciles que
forman parte del camino de la fe.
En este caso nos habla
del tiempo en que el Señor Jesucristo habría de ser crucificado por nuestros
pecados. Momento sumamente difícil para el Maestro, tanto que oraba diciendo:
“Padre, sí es posible pasa de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la
tuya”.
En aquella oración en
el huerto de Getsemaní Jesús recibió del Padre celestial fortaleza, y es lo que
debemos hacer nosotros también, es decir fortalecernos en Dios.
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De hecho en otra
ocasión cuando Jesús dijo a sus discípulos “Vamos a Judea otra vez”, ellos le
respondieron: “Maestro, procuraban los judíos apedrearte ¿y otra vez vas
allá?... Jesús les dijo: “Vamos”, entonces dijo Tomás: “Vamos también nosotros,
para que muramos con él”. El escenario era difícil y muy crítico. Pero Jesús
iba delante de ellos.
Nos dice Lucas 9:51 que
Jesús “afirmó su rostro para ir a Jerusalén”. La palabra “afirmó” se traduce
del término griego “sterizo” que además quiere decir: fortalecer, decidir
firmemente, volverse resueltamente en cierta dirección.
Lo más fácil era salir
corriendo de aquella situación, lo más fácil era huir, dejar todo tirado, no
someterse al plan de Dios ni al proceso divino, pero el Señor afirmó su rostro
y marchó en pos de la voluntad de su Padre celestial. Todos los discípulos
tenían temor, pero siguieron al Maestro.
Jesús va delante de ti,
sólo síguelo. Cuando tus fuerzas mengüen o tu fe se debilite, ve a Jesús,
recuerda que él te conoce y te entiende, él se hizo hombre como nosotros, sabe
que es ser tentado, sabe que es estar cansado, él te renovará, dejar de luchar
no es la solución, él te dice hoy: “Pelea, la buena batalla de la fe. No dejes
de luchar. La victoria está más cerca de lo que piensas”.
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Conclusión: No dejes de luchar, Dios está contigo, él te fortalece para
avanzar y vencer. Israel vivió tremendas batallas y cuando buscaban la
presencia de Dios, él respondía manifestando su poder a favor de su pueblo.
Ahora somos hijos de
Dios, y él ha prometido darnos la victoria. Tal vez puedas estar cansado o
luchando con la duda, es el momento para entrar en la presencia de Dios y
renovarte en él. Jesús siempre será más grande que tu dificultad.
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).
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