Introducción: Es hermoso ver en la Escritura que el deseo manifiesto de Dios
es que sus hijos crezcan y puedan recibir y disfrutar de las bendiciones que él
ha planeado.
Sin embargo hay muchos factores que buscan estorbar ese crecimiento, y uno de
ellos es perder el deseo por conocer más a Dios, es decir el conformismo abraza
el corazón y se confunde la vida espiritual con hábitos religiosos. Pero a
pesar de todo esto Dios desea darnos muchos más…
Dios ha
preparado lo mejor para sus hijos.
Dios expresa de
muchas maneras su deseo de restauración, sanidad, salvación y bendición para
sus hijos (Juan 4:13-14).
“Respondió
Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua volverá a tener
sed, pero el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás;
sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para
vida eterna.”
Comentario 1: Aquí vemos a Jesús
hablar con la mujer samaritana quien iba a sacar agua del pozo de Jacob. El
Señor aprovecha esta situación para enseñarle acerca del agua de vida eterna.
El agua natural sacia la sed por el momento, pero sólo el agua que Jesús da
genera vida eterna.
® Esto indica que
sólo en Jesucristo el hombre halla salvación, sólo en él el ser humano
encuentra su origen y destino, sólo en Cristo encuentra la razón de su
existencia en la tierra.
Comentario 2: El
Espíritu Santo trae renovación, restauración y fortaleza al cristiano para
vivir la vida que Cristo nos da: Juan 7:37-39. La obra del
Espíritu Santo aquí está relacionada con ríos de agua viva, la expresión ríos
de “agua viva” indica una fuente que nunca se seca.
® Vemos también
que está a disposición de aquel que tiene sed, es decir tiene anhelo por Dios,
por eso dice: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Todo el que se acerque
a Cristo será saciado. Todo aquel que a Cristo se acerca no saldrá con las
manos vacías.
La Escritura nos muestra además a través del profeta Ezequiel que la voluntad
de Dios es restaurar, sanar, liberar y transformar la vida del ser humano.
Dios permite al
profeta Ezequiel ver lo que hace el río de vida: Ezequiel 47:6-10.
“Y
me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre?... Y cuando volví, he aquí en la
ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me
dijo: Estas aguas… entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y
será que toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren
estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas
aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y
será que junto a él estarán pescadores; y desde Engadi hasta En
eglaim será tendedero de redes; en su especie será su pescado como el pescado
del Mar Grande, mucho en gran manera”.
Comentario: En ésta porción
podemos ver resultados maravillosos a orillas del río y en la vida de todo
aquel que entre a sus aguas. Nos habla de muchísimos arboles a uno y otro lado
y que según el contexto son árboles cuyas hojas nunca caerán, ni su fruto
faltará. Nos habla de sanidad, vida, muchísimos peces y abundancia en gran
manera.
(Te invitamos a adquirir gratis el libro cristiano de ésta semana, aquí en: GRATIS LIBRO CRISTIANO).
® Vemos entonces que
aquel río de Dios trae bendición integral en gran medida, vida abundante en el
espíritu, prosperidad para nuestra alma y bendición material. Creo que todo
hijo de Dios desea esas bendiciones y la Biblia enseña que es la voluntad del
Señor enviarlas sobre su pueblo.
Conclusión: Vemos pues
que sabiendo Dios de antemano la necesidad del ser humano planeó enviar su
Espíritu Santo para renovar y fortalecer el corazón de sus hijos, enseñándonos
a través de su palabra el poder que encontramos en él cuando decidimos
fortalecer nuestra comunión. Entrar en su presencia y exponer nuestro ser ante
el poder de Dios traerá maravillosas transformaciones.
Además de este artículo, te invitamos a leer otros que bendecirán tu
vida:
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
0 comentarios:
Publicar un comentario