(Alabanzas en el cielo y bodas del Cordero). Estudio bíblico de Apocalipsis
19, comentario basado en las alabanzas que ve el apóstol Juan en el cielo y la
celebración y gozo allí por las bodas del Cordero con su iglesia.
Reflexiones
que fortalecen la fe del cristiano y motivan a la iglesia a estar preparada
para la segunda venida de Jesucristo. Veamos este interesante estudio:
Alabanzas en el cielo.
1) Alabanza a Dios por el juicio sobre Babilonia, Apocalipsis 19:1-5.
“Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: Aleluya, salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella...”.
Se nos
describe una gran multitud que adora a Dios, a ésta se unen los veinticuatro
ancianos y los cuatro seres vivientes, y todos celebran la caída del Anticristo
y del sistema mundano (babilónico) que le servía de apoyo.
Se exalta
el juicio de Dios sobre la gran ramera. La palabra “Aleluya” es tomada del
hebreo, y significa: alabanza a Dios.
Ante la
obra poderosa y justa del Señor la multitud alaba a Dios diciendo varias veces
“Aleluya”, y el humo de aquella ciudad sube por la eternidad (“por los siglos
de los siglos”), e incluso del mismo trono de Dios sale una voz para que todos
sigan adorando a Dios.
2) Alabanza por las bodas del Cordero, Apocalipsis 19:6-8.
“Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina. Gocémonos y alegrémonos y demosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos”.
Una
segunda alabanza vemos aquí y se destaca su sonido poderoso y sobrenatural:
“como el estruendo de muchas aguas y como la voz de grandes truenos”, y se
destaca el reinado de nuestro Todopoderoso Dios.
Esta
alabanza está llena de gozo y alegría en el cielo porque “han llegado las bodas
del Cordero, y su esposa se ha preparado”. La unión entre Cristo y su iglesia
será tan fuerte e íntima que se compara con las bodas entre un hombre y una
mujer.
En el Nuevo
Testamento la iglesia se presenta como una prometida de Jesús que se prepara y
espera éste matrimonio (2 Corintios 11:2 y Efesios 5:23-32).
En tiempos
bíblicos la boda judía estaba compuesta por:
El desposorio: en el que el hombre y la mujer se
comprometían para casarse en el periodo de un año (por lo general). Era este compromiso
tan solemne y serio que para romperlo debía realizarse un proceso semejante al
divorcio.
La presentación: el padre del novio enviaba a sus
siervos a traer a la novia, en algunas ocasiones el novio iba con ellos, y venían
con ella al hogar del padre del esposo.
La celebración: el novio llevaba a su propia casa a
la novia y allí se celebraba el banquete o la cena de las bodas. Este banquete
podía tomarse una o dos semanas, según la capacidad del novio.
“Y su
esposa se ha preparado” sin duda debemos hacer muchas cosas al ser conscientes
de esta verdad, pero al final es el Espíritu Santo quien hace esta obra, por
eso nos dice además el texto bíblico: “a ella se la ha concedido que se vista
de lino fino, limpio y resplandeciente”.
Esto nos
habla de pureza, fidelidad y gloria, carácter que Cristo forma en su iglesia. En
la medida en que nos rendimos a Cristo, es él quien más brilla. Por eso es que el Señor también nos enseñó diciendo: "Aprended de mí que soy manos y humilde de corazón", acción que desarrollamos en la comunión con Dios
3) La cena de las bodas del Cordero, Apocalipsis 19:9-10.
“Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados ala cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.
Como hemos
visto las bodas del Cordero hace referencia a un evento y tiempo de gozo, alegría, alabanza,
fiesta, donde los esposos, invitados y testigos, dan la gloria a Dios por el
cumplimiento de sus propósitos.
Ahora Apocalipsis 19:9-10 nos enseña
sobre la cena de las bodas del Cordero. Los asistentes son “bienaventurados”,
palabra traducida del término griego “makarios” que significa: supremamente
bendecido, afortunado.
Cristo
mismo habló de aquel momento con gran expectativa deseando aquel momento en el
que bebería de nuevo el fruto de la vid con sus discípulos en el reino (Mateo
26:29 “Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta
aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”).
En la
cultura judía la cena de las bodas era sin duda el mejor banquete que se
celebraba, y era un tiempo de gran alegría y regocijo.
La
expresión “Estas son palabras verdaderas de Dios” es una nota que fortalece
nuestra seguridad y confianza en las palabras de Dios (no hay ninguna duda al
respecto, este evento se llevará a cabo en el cielo en el tiempo que Dios ha
determinado).
Según el
versículo diez Juan estaba tan impactado por todo esto que se postró a adorar,
pero fue corregido ya que quien le hablaba era un ángel y no Dios. Se nos
enseña además aquí algo muy importante y es que la profecía siempre dará
testimonio de Jesucristo, dará toda la gloria a él, y acercará más los
corazones al Cordero de Dios.
(Te invito a leer: Cuando Jesús llega todo es transformado.).
4) El jinete del caballo blanco, Apocalipsis 19:11-16.
El versículo
once nos dice "Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea".
Nos muestra la apertura del cielo y el descenso del Fiel y
Verdadero (es decir, Jesucristo nuestro Señor en su segunda venida cumpliendo
sus promesas) montado sobre un caballo blanco. Para este momento Israel
experimenta una persecución intensa y feroz por parte del Anticristo y por eso
clama y anhela la salvación del Mesías.
En aquel
tiempo la mayoría de los soldados iban a pie, y tener un caballo no sólo
significaba ventaja sobre el enemigo, sino que indicaba autoridad, poder, honor
y velocidad, así como el color blanco indica pureza y victoria. Jesucristo
viene para pelear y hacer juicio sobre sus enemigos, el tiempo de gracia y
misericordia ha terminado.
El versículo
doce dice: "Sus ojos como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo".
Este versículo nos describe otras características del Señor Jesucristo en
su segunda venida. “Sus ojos eran como llama de fuego” es decir su mirada
conoce y discierne los profundos secretos de todos los corazones. Nada puede
esconderse de sus ojos, él todo lo ve y lo conoce.
“En su
cabeza habían muchas diademas”. La última vez que Jesús fue visto en la tierra
tenía una corona de espinas, pero cuando vuelva traerá muchas diademas en su
cabeza.
La palabra
“diadema” aquí se traduce del término griego “diadema” que significa: corona de
la realeza, no se usa el término griego “stephanos” que indica la corona por
logros. Hablamos entonces de una corona que destaca su linaje real, él es el
Rey. Inicialmente se había presentado como el siervo que había de morir, ahora
viene como el Rey de Reyes.
El versículo
trece nos dice: "Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS".
Nos dice aquí la Escritura que su ropa estaba teñido en sangre, al respecto
hay dos interpretaciones, una dice que ese color hace referencia a su muerte en
la cruz recordando al mundo su sacrificio, y la segunda dice que esta sangre es
la de sus enemigos.
“Su nombre
es el Verbo de Dios” lo que nos recuerda que el Verbo se hizo carne y habitó
entre nosotros, el eterno Verbo de Dios nació en Belén con el nombre de Jesús,
tomó cuerpo y participó como nosotros de carne y sangre para redimirnos, y
sigue llamándose el Verbo de Dios.
(Te invito a leer: Rescatados del horno de fuego.).
En el versículo
catorce dice: "Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos".
Aquí se nos dice que los ejércitos celestiales le siguen, ya que
estos ejércitos están vestidos de “lino finísimo”, y no de “lino fino” como
dice Apocalipsis 19:8 respecto a la iglesia), hay dos interpretaciones:
La primera
dice que estos ejércitos son la iglesia redimida.
La segunda
enseña que estos ejércitos son los celestiales, es decir, compuesto por ángeles
de Dios (y la iglesia estaría en la Jerusalén celestial).
El versículo
quince nos dice "De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del furor y de la ira del Dios Todopoderoso".
Aquí se nos muestra el poder de la palabra de Jesús, la cual actúa
como una poderosa y afilada espada, en esta ocasión el Señor herirá a las
naciones enemigas y gobernará con autoridad y con todo el poder de su
palabra.
El versículo
dieciséis dice: "Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES".
Nos muestra un nombre, es un título de la realza soberana, divina y eterna. “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
Escrito en su vestidura y en su muslo nos deja ver que al estar sentado en su caballo
será inevitable no ver y leer su poderoso nombre.
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5) La gran cena de Dios, la condenación del falso profeta y de la bestia con
sus seguidores, Apocalipsis 19:17-21.
En el versículo
diecisiete "Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios".
Vemos a un ángel que
resplandece y puede verse aunque está parado en el sol, con una voz fuerte y
potente llama a todas las aves del cielo a prepararse para la gran matanza del
Armagedón.
En el versículo
dieciocho "para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes"
Aquí se nos mencionan las carnes
de reyes y capitanes, grandes y pequeños, todos, incluso sus caballos, morirán
bajo el juicio divino. Esta gran cena de Dios es un escenario de juicio y
muerte para el obstinado y rebelde pecador, adorador de la bestia.
El versículo
diecinueve "y vi a la bestia, a los reyes de la tierra reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército" aquí vemos a los ejércitos
del Anticristo reunidos para pelear contra Jesucristo el Señor y sus ejércitos.
Aquí podemos ver una evidencia de la gigante necedad del diablo quien intenta
derrotar a Jesucristo.
El versículo
veinte "Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre".
Aquí se nos describe la captura de la bestia (el Anticristo) y del
falso profeta, quienes habían engañado a sus seguidores, ellos fueron lanzados
vivos al lago de fuego que arde con azufre (esto indica su destino eterno de condenación y
tormento).
Y como nos
dice el versículo veintiuno los demás
murieron por la espada del Verbo de Dios, y todas las aves del cielo, aquellas
que fueron llamadas por el ángel, se saciaron con las carnes de los seguidores
de la bestia.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Apocalipsis 19, Las alabanzas en el cielo y las bodas del Cordero.
Aleluya !!!!, gracias por compartir la Palabra de Dios con esmero
ResponderEliminarMuchas gracias Yriangeles por tus palabras y comentarios, son muy importantes para nosotros. Dios te bendiga.
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