En Dios siempre está nuestra solución

Sermón: En Dios siempre está nuestra solución.

 

 

 

El arrepentimiento nos acerca a Dios y nos libra del juicio. El libro de Números capítulo 21 nos enseña que el pueblo de Israel murmuró contra Dios, contra Moisés y contra el maná, aquello hizo que serpientes venenosas vinieran contra ellos y muchos murieron en aquel momento.   

Nos dice el libro de Números 21:7 “Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo”. 

El pueblo de Israel reconoce su falta y viene a Moisés pidiendo que interceda por ellos ante Dios. Es fundamental, con humildad volvernos a Dios, y reconocer lo malo que hemos hecho. 

Israel había hablado contra Dios y contra Moisés. Cuando hablamos mal de un hermano, o de la autoridad en la tierra, estamos muy cerca de hablar mal de la autoridad en el cielo. Más bien, lo que debemos hacer es hablar con Dios. 

Ellos le rogaron a Moisés que intercediera por ellos, y él no estaba resentido porque habían hablado contra él, Moisés los había perdonado. No permitas que la raíz de amargura, la raíz del resentimiento o del enojo encuentre un terreno fértil en tu corazón. Somos llamados a perdonar al ofensor, no a odiar, ni a guardar rencor, ni a tener deseos de venganza.   

La palabra de Dios nos dice que “Moisés oró por el pueblo”, es interesante ver, que aunque ellos habían hablado mal de él, él habló bien de ellos, Moisés puso en evidencia su perdón al interceder por ellos. 

Moisés ejerció lo que luego el Señor Jesús enseñaría: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os ofenden y os persiguen”, según Mateo 5:44.    

Obedece a Dios, aunque a veces sea difícil comprender su voluntad. Números 21:8-9 “Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta, y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía”. 

Como resultado del arrepentimiento del pueblo, y ante la oración intercesora de Moisés, Dios le dio instrucciones para que fueran librados del veneno de las serpientes. 

Moisés debía construir una serpiente de bronce, y ponerla sobre un asta o madero, y todo aquel que la mirare sería librado del veneno, no moriría. Y así sucedió.    

Puede generar esta acción diversas preguntas en nosotros como: ¿Por qué Dios utiliza la figura de una serpiente para librar a su pueblo? ¿Por qué con sólo mirarla serían sanos del veneno? Ya que la serpiente representa al diablo ¿por qué Dios la utiliza de esta manera? 

Esto queda claramente resuelto al leer el evangelio de Juan 3:14-15. Se nos enseña que el levantamiento de aquel madero o asta, era una figura o símbolo de la obra de Cristo, pues él sería levantado en madero crucificado para salvación de la humanidad.

 

 

 

Debemos tener en cuenta que en la Biblia, los nombres, los colores, los números, los materiales, entre otras cosas, tienen significados específicos que nos ayudan a comprender el mensaje de Dios. 

En este caso en particular la serpiente fue hecha de bronce, y en la Biblia el bronce significa: Juicio. Por ejemplo, el altar sobre el cual era sacrificado el cordero en el Antiguo Testamento era de bronce. 

La serpiente de bronce nos enseña que el diablo sería derrotado en la cruz por Cristo, y que Jesús llevaría en su cuerpo todo el juicio por el pecado de la humanidad; de modo que, todo aquel que en él cree, no se pierde, sino que alcanza vida eterna.           

Reflexión final: Cuidemos nuestro corazón, fortalezcamos nuestra fe, y evitemos las palabras ociosas para no pecar contra Dios, y no permitir al enemigo entrar en nuestro campamento para hacer daño. 

En todo tiempo, mira a Cristo, levanta tus ojos al cielo, este es el primer paso para continuar en la voluntad de Dios, y superar todo obstáculo del camino. Adelante, Cristo camina contigo.

 

 

 

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 

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