Entrada destacada
SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
. . Sermones escritos listos para predicar - para predicar. A continuación ponemos a tu disposición un listado de sermones escr...
Mostrando entradas con la etiqueta heridas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta heridas. Mostrar todas las entradas
viernes, 21 de septiembre de 2018
11:19
Pastor Gonzalo Sanabria
afectan, corazón, Dios, emocionales, heridas, salud, sana
No comments
Introducción: La condición de nuestro cuerpo físico es
en buena manera una evidencia de nuestra condición interior. Cuando nuestra
alma está bien porque camina en la voluntad y diseño de Dios, nuestro cuerpo
disfruta de armonía y bendición, pero cuando hay heridas y ofensas el alma sufre
y el cuerpo físico también…
Las heridas emocionales afectan la salud.
La Biblia enseña
claramente que estamos conformados por el espíritu, el alma y el cuerpo, y que
la condición interna determina la condición externa. La Biblia nos habla por
ejemplo del “espíritu angustiado” o de la “amargura de espíritu”, como por
ejemplo en Génesis 26:34-35, en este
caso la situación fue causada por Esaú a sus padres, Isaac y Rebeca.
Sin duda el alma humana
recibe muchas heridas, y las más profundas y dolorosas son las causadas por los
seres más cercanos. Son diversas las actitudes y acciones que causan heridas en
la familia:
a) Infidelidad por parte de uno o de
ambos cónyuges.
b) Mal trato verbal o físico hacia el
otro. Sea el cónyuge o hijo(a).
c)
Actos de menosprecio hacia la otra persona.
d) Comparaciones desagradables hacia el
otro.
e) Promesas no cumplidas, mentiras y engaños.
f)
Falta de atención o de tiempo de calidad.
g) Faltas cometidas por los hijos que
afectaron el buen nombre de la familia.
h) Disciplina injusta o ausencia de ésta
sobre los hijos.
i)
Preferencias de los padres hacia sus hijos.
j)
Secretos divulgados.
k) Ofensas entre hermanos o menosprecio
entre ellos.
l)
Burla hacia alguno de los hermanos.
El alma se manifiesta a
través del cuerpo, en ella se asienta la mente, la voluntad y las emociones. Dios
desea que el alma de sus hijos prospere, cuando ésta prospera, las demás áreas
son también prosperadas:
“Amado, yo deseo que tú
seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu
alma” 3 Juan 2.
Entonces hay almas que
no prosperan o no tienen plena salud, porque sufren heridas, y por tanto el
resto de su vida tampoco puede prosperar, porque la prosperidad en todas las
cosas depende de la prosperidad del alma.
La Biblia nos enseña
que el alma determina la vida, pues el espíritu puede salir del cuerpo y no
morir la persona, como por ejemplo los hombres de Dios que en espíritu fueron
al tercer cielo, pero el alma cuando se sale del cuerpo la persona muere, por ejemplo:
Génesis 35:18 “Y
aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni;
más su padre lo llamó Benjamín”. Nos habla del parto de Raquel, esposa de
Jacob, quien murió al dar a luz a su hijo Benjamín.
Entonces la vida y la
condición de salud del alma son vitales para el hijo de Dios. Cuando una
persona tiene herida su alma, esa condición afecta su cuerpo. Promueve
enfermedades físicas e impide la prosperidad integral que Cristo alcanzó para
sus hijos en la cruz...
Pero Jesucristo ha
venido a sanar a los quebrantados de corazón. Él es por excelencia nuestro
sanador. Sin duda una herramienta fundamental para la sanidad del alma es el
perdón. Cuando decididnos perdonar nuestro corazón experimenta sanidad y
libertad, condición que mejora nuestra vida natural, emocional y espiritual.
Oración: Gracias Dios
por enviar a tu Hijo Jesucristo a dar su vida por nuestros pecados, gracias por
perdonar todas nuestras ofensas, y por eso también decidimos perdonar a los que
nos han ofendido. Amén
Además de este artículo, te invitamos a leer otros que bendecirán tu
vida:
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).
.
lunes, 7 de diciembre de 2015
18:40
Pastor Gonzalo Sanabria
alma, corazón, del, heridas, herido, interior, para, restauración, sanar, sanidad
2 comments
“José reconoció a sus hermanos en cuanto los vio; pero hizo como que no los conocía, y hablándoles ásperamente les dijo: ¿De dónde habéis venido?... De Canaán, para comprar alimentos… y les dijo: Espías sois” Gén. 42:7,9.
José el hijo de Jacob, ha contado con el respaldo sobrenatural de Dios. De tal manera que ahora era el Señor de la tierra, quien le vendía trigo a todo el mundo (Gén. 42:6)...
Ahora José era un hombre de autoridad, poder y el faraón tenía plena confianza en él; así que, desde el punto de vista natural, José estaba en su mejor momento. Sin embargo, aparecen sus hermanos, trayendo con ellos los dolorosos y amargos recuerdos de la adolescencia de José.
Ahora José era un hombre de autoridad, poder y el faraón tenía plena confianza en él; así que, desde el punto de vista natural, José estaba en su mejor momento. Sin embargo, aparecen sus hermanos, trayendo con ellos los dolorosos y amargos recuerdos de la adolescencia de José.
Como cualquier ser humano, José reacciona ante ellos de acuerdo al dolor de las heridas producidas en el pasado (heridas que no habían sido sanadas), habían pasado 22 años aproximadamente, y José los trató con indiferencia, aspereza, los acusa de ser espías y los envió a la cárcel por tres días (Gén. 42:17). Esto nos permite concluir que el paso del tiempo no sana las heridas, pues quien sana las heridas del corazón se llama Jesucristo el Señor.
Las reacciones de José son un espejo de las nuestras cuando no hemos perdonado. La indiferencia (“hizo como que no los conocía”) con la cual se pretende ignorar la realidad, la aspereza (“hablándoles ásperamente”) con la cual se pretende demostrar la ausencia de cualquier debilidad, y la falsa acusación y encarcelamiento, actos con los cuales quizá, quería que sintieran el dolor que él sintió cuando lo lanzaron a una cisterna (deseos de venganza o justicia propia, muy ocultos en el corazón herido, al igual que aquellos deseos de fracaso ajeno por las injusticias recibidas).
Es interesante ver que es posible seguir viviendo, lograr éxitos y grandes metas, y aun llegar a gobernar con el corazón herido. A pesar de los grandes logros, José requería la sanidad de su corazón, y es Dios quien prepara el escenario.
No importa cuanta unción llegues a alcanzar, o cuan prospero llegues a ser, o los niveles de autoridad a los cuales Dios te permita llegar, siempre estaremos aprendiendo y siendo procesados por las manos del Alfarero Divino.
No importa cuanta unción llegues a alcanzar, o cuan prospero llegues a ser, o los niveles de autoridad a los cuales Dios te permita llegar, siempre estaremos aprendiendo y siendo procesados por las manos del Alfarero Divino.
Es fundamental que la sanidad interior venga, que el hijo de Dios la acepte y asimile, pues de lo contrario, el corazón herido dañará a los que están bajo su dirección, por su inseguridad provocará deserción en sus filas y conducirá al caos y fracaso el grupo que dirige (sea su familia, iglesia, empresa, ministerio, etc.).
Reflexión final: El perdón es un estilo de vida, nos acerca a Dios, nos libra de la amargura, de la tristeza y trae sanidad y libertad. El perdón nos conduce por el camino del propósito divino, y esa sanidad, esa libertad, será cada vez mayor y como un bálsamo del Dios sanador y restaurador, que nos impulsa y fortalece a seguir por la senda del llamado que Dios nos ha hecho.
Te comparto a continuación un fragmento del primer capítulo del libro “El lenguaje el Espíritu Santo”. Libro que publicaremos gratuitamente en enero del 2016:
En primer lugar vamos a definir el término Consolador a la luz del Nuevo Testamento. “Consolador” es la traducción del término griego “parakletos” que literalmente significa: llamado al lado de uno, intercesor, abogado, auxiliador, ayudador, consejero.
En el Antiguo Testamento cuando aparece el término consolador aparece en relación con la obra protectora de Dios hacia su pueblo, pero es en el Nuevo Testamento donde se revela el Consolador, el Espíritu Santo. Jesús nos dice en Juan 14:16 “el Padre os dará otro Consolador”, el término “otro” del griego “allos” significa otro de la misma clase.
Jesús fue quien estuvo con los discípulos, les enseñó, los defendió y guió, ahora anuncia que vendrá otro Consolador (es decir uno de la misma clase), entonces el Espíritu Santo quiere hacer con nosotros lo que Jesús hizo con los doce, es decir enseñar, instruir, acompañar, corregir, guiar, animar, etc…
Escrito por Gonzalo Sanabria para Estudios y sermones. Autorizado para ser publicado en Mensajes y sermones para predicar.
.
lunes, 15 de diciembre de 2014
Introducción: (Dios sana las heridas del alma - espíritu) El Señor quiere confortar nuestra
alma a través del perdón y su aceptación. La voluntad de Dios se interpreta en
la comunión con su Espíritu. Tal como la Biblia dice en San Juan 10:24-27: “Mis ovejas
reconocen mi voz, es por eso que me siguen y me obedecen”, tenemos que buscar a
Dios y aprender a distinguir su voz para poder seguirla.
Los paisajes palestinos son adornados con la figura del pastor y sus ovejas, él es quien las cuida, las protege, las guía y las sana. En la intimidad con Dios su Espíritu nos revela aquellas áreas de nuestra alma que necesitan sanidad y restauración…
Los paisajes palestinos son adornados con la figura del pastor y sus ovejas, él es quien las cuida, las protege, las guía y las sana. En la intimidad con Dios su Espíritu nos revela aquellas áreas de nuestra alma que necesitan sanidad y restauración…
jueves, 24 de julio de 2014
11:04
Pastor Gonzalo Sanabria
David, del, heridas, hijos, para, pasado, restauración, rey, sanidad, sermón escrito
No comments
(Sanidad para tu pasado). Introducción: No podemos negar que
a veces cuando queremos caminar hacia adelante, cosas del pasado pueden
aparecer para estorbar… Pablo lo dijo de ésta manera: “hermanos, yo mismo no
pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que
queda atrás, me extiendo a lo que está adelante, a la meta, al premio”. En Cristo hallamos el poder para la sanidad de nuestro pasado. Veamos este interesante estudio:
Suscribirse a:
Entradas (Atom)