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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
. . Sermones escritos listos para predicar - para predicar. A continuación ponemos a tu disposición un listado de sermones escr...
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jueves, 19 de diciembre de 2019
En Cristo tenemos nuestra seguridad, él es nuestra fortaleza y escudo cuando enfrentamos amenazas, enemigos y oposición. Jesús es nuestra seguridad cuando ante las crisis y problemas nace el miedo en nuestro corazón.
No podemos evitarlo, los obstáculos son parte del camino pero ante todos ellos, Dios es nuestra socorro y pronto auxilio. Ante la adversidad debemos fortalecer nuestra comunión con Dios y nuestra fe en su palabra...
Jesucristo es nuestra seguridad:
Hechos 22:30 “Al día siguiente, queriendo saber de
cierto la causa por la cual acusan los judíos a Pablo, le soltó de las cadenas,
y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a
Pablo, le presentó ante de ellos”.
El apóstol Pablo enfrentó muchos
peligros, traiciones, tiempos difíciles y persecución por parte del imperio
romano y por los judíos no creyentes. Precisamente en Hechos veintidós es
llevado ante el concilio para ser acusado.
En aquella reunión hubo discusión,
diferencias y finalmente un gran desacuerdo, y levantándose los escribas, el
tribuno tuvo gran temor de que el apóstol Pablo fuese despedazado por ellos
(imagínate entonces cuan tensa estaba la situación), y decidió que lo llevaran
a la fortaleza.
"Jehová, ¿Quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu santo monte? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón" Salmo 15:1-2.
Hechos 23:11 “A la noche siguiente se
le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de
mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma”.
Por supuesto el apóstol Pablo estaba
preocupado y pensaba muchas cosas, pero nos dice el versículo once que el Señor
se le presentó y le dijo: “Ten ánimo, Pablo… pues testificarás también en
Roma”. Entonces el Señor le estaba confirmando que nada le pasaría y que a Roma
había de llegar para predicar.
Aquellos hombres en la reunión del
concilio seguramente lanzaron amenazas de muerte contra Pablo, su integridad
estaba en peligro, y fue esto lo que vio el tribuno y por eso lo mando a la
fortaleza, para proteger su vida.
Pero Dios nunca desampara a sus hijos
ni a sus siervos, por eso su palabra dice: “no temas, porque yo estoy contigo,
no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre
te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10. Es Jesucristo nuestra seguridad.
En este pasaje del profeta Isaías
43:10, vemos que se repite en dos ocasiones la palabra “siempre” en relación
con la ayuda y la fortaleza que Dios nos brinda, él nunca nos fallará, él
siempre estará allí para ayudarnos a vencer.
Te invitamos a leer:
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
"Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre" Salmo 16:11.
lunes, 27 de febrero de 2017
DIOS ES MI SEGURIDAD HOY Y SIEMPRE.
El texto de Habacuc 3:17-18 (en el párrafo siguiente) nos enseña
que el profeta es consciente de la prueba y la adversidad, que aunque seamos
hijos de Dios aparecen en el camino. El libro de Habacuc es escrito aprox. en
el año 600 A.C. y aunque se da antes del cautiverio de Babilonia, era muy
reconocida la fuerza, el poder y la crueldad del imperio de Babilonia, ese
cautiverio para Israel estaba ya profetizado por Dios (lo más seguro es que tenían
incertidumbre, temores, y eran conscientes de la violencia del ejército babilónico).
Entonces podemos ver que por las sequías y/o por el ejército de Babilonia
serían destruidos los cultivos de la uva, así como las higueras, los olivos, el
ganado, es decir los principales productos del pueblo de Israel (pues ellos
eran básicamente agricultores y ganaderos).
Nos dice Habacuc 3:17-18 “Aunque la higuera no
eche brotes, Ni haya fruto en las viñas; Aunque falte el producto del olivo, Y
los campos no produzcan alimento; Aunque falten las ovejas del redil, Y no haya
vacas en los establos, Con todo yo me alegraré en el SEÑOR, Me regocijaré en el
Dios de mi salvación”.
Debemos tener
en cuenta que el Libro del profeta Habacuc es un texto que lleva el nombre
de su autor y aquel nombre significa entre otros: “uno que abraza”. En la parte
final de la profecía, ese nombre adquiere una connotación especial pues el
profeta se aferra al Señor sin importar las pruebas de Dios hacia la nación. Estas
cosas nos recuerdan que el gozo del cristiano está en el Señor mismo, y no en
las circunstancias que vivimos.
El profeta Habacuc toma la decisión de confiar y gozarse en Dios. Por
eso vemos que el versículo 17 nos dice: “Aunque”, y el versículo 18 expresa:
“con todo, me gozaré en Dios”. También debemos tener en cuenta que al final de
éste texto aparece una inscripción especial que dice: “Al jefe de los cantores.
Para instrumentos de cuerdas”, lo que nos indica entonces que el profeta era un
levita (es decir un cantor o músico), por eso podemos concluir que no sólo era músico,
era ante todo un adorador al servicio de Dios.
La verdadera adoración debe estar enfocada en la esencia y poder
del Señor mismo, por eso es que podemos ver la fortaleza de la fe del profeta
Habacuc. La Biblia nos muestra que el origen de su alegría o de su gozo era
Dios mismo, no era la “bendición” ni la provisión sino saber que Dios tenia
cuidado de él.
Además vemos
que es muy interesante el significado de su nombre. Habacuc significa también:
“hierba fragante” (entonces habla de una vida que agrada al Señor), recordemos también
que este nombre significa: “el que abraza”, es decir uno que ama, uno que se
aferra al Señor. Por su estilo de vida, que es sin duda la mejor adoración, el
profeta Habacuc daba evidencia de su amor y fidelidad al Señor.
El pasaje bíblico nos dice además: “me alegraré en Jehová, me
gozaré en el Dios de mi salvación”, las palabras hebreas para alegrarse y
gozarse, utilizados aquí traducen e implican: “saltar de gozo”, “regocijarse,
divertirse”, “girar alrededor”, “gritar de regocijo”, entonces estamos hablando
de un gozo manifiesto, evidente.
El profeta Habacuc confiado en el cuidado y la bondad del Señor no
permite que la dificultad o adversidad derribe su gozo y alegría en Dios, más
bien decide expresarlo con fuerza (ten presente que la Biblia nos dice: “el
gozo del Señor es nuestra fuerza”). Mantener el gozo de Dios es muy importante.
Reflexión final: En el camino de la fe seguramente aparecerán obstáculos que
superar, a lo mejor momentos de escasez (como le ocurrió a la nación de Israel
y al profeta), pero son estos tiempos donde debemos fortalecer nuestra comunión
y fe en Dios, pues al final veremos la victoria en Cristo.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "DIOS CUMPLE SU PALABRA".
martes, 16 de septiembre de 2014
14:43
Pastor Gonzalo Sanabria
confía, confianza, cree, deposita, Dios, en, predica, predicación, seguridad, Señor
16 comments
Introducción: (Predica: Deposita tu confianza y seguridad en Dios) Agobiado por la sed, llegó un ciervo a un manantial.
Después de beber, vio su reflejo en el agua. Al contemplar su hermosa
cornamenta, se sintió orgulloso, pero quedó descontento por sus piernas débiles
y delgadas. Y de pronto apareció un león
que comenzó a perseguirle.
Echó a correr y le ganó gran distancia, pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas. Mientras el campo fue plano, el ciervo guardó la distancia que le salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon a las ramas y, fue atrapado por el león.
A punto de morir, el ciervo dijo para sí mismo: “pobre de mí, mis pies, que pensaba me traicionaban, eran los que me salvaban, y mis cuernos, en los que ponía toda mi confianza, son los que me condenan”. A veces confiamos demasiado en nosotros mismos, o en otros, pero en el Señor podemos confiar totalmente, por eso deposita tu confianza en Dios...
Echó a correr y le ganó gran distancia, pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas. Mientras el campo fue plano, el ciervo guardó la distancia que le salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon a las ramas y, fue atrapado por el león.
A punto de morir, el ciervo dijo para sí mismo: “pobre de mí, mis pies, que pensaba me traicionaban, eran los que me salvaban, y mis cuernos, en los que ponía toda mi confianza, son los que me condenan”. A veces confiamos demasiado en nosotros mismos, o en otros, pero en el Señor podemos confiar totalmente, por eso deposita tu confianza en Dios...
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