Introducción: Dios es quien sana a su pueblo, y vemos que en el ambiente más complicado
el Señor muestra su poder y gloria.
Según Éxodo 15:22 el pueblo de Israel
estaba pasando por el desierto, ellos habían caminado 3 días sin agua, y lamentablemente
las que hallan ahora son aguas amargas, precisamente por eso su nombre: aguas
de Mara (aún en la actualidad allí hay aguas amargas y saladas, no aptas para
el consumo humano), sin embargo en medio de todo esto el Señor manifestó su
gloria, él cambió completamente la situación, pues es Dios quien transforma los
sabores más amargos de la vida. Veamos:
Sermón: Dios nos anima.
Nos dice la Biblia en Éxodo 15:26-27 “y dijo:
Si oyeres con atención la voz de Jehová tu Dios, y haces lo recto delante de
sus ojos, y sí dieres oído a sus mandamientos, y guardares con diligencia sus
estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios vendrá contra ti;
porque yo soy Jehová tu sanador. Y entonces ellos llegaron a Elim, donde
había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a aquellas
aguas”.
Vemos que aparece en la Escritura por vez
primera el nombre “Jehová Rapha” (que quiere decir: el Señor Sana), fue entonces
esto una nueva revelación del Señor a su pueblo en las aguas amargas de Mara
halladas en el desierto. ¿Por qué el Señor Sanador muestra su poder ante su pueblo transformando en dulces
anas aguas saladas y amargas?
La región donde ocurre éste milagro es
costera, cercana al mar Rojo, tierra cuyo suelo es muy rico en sodio (por ejemplo
el Mar Muerto es llamado de ésta manera porque allí no hay vida, esto se debe a
su alto nivel de salinidad, diez veces más que el mar normal).
Esto nos enseña que donde hay muerte, Jesucristo
el Señor genera vida; que en el seco desierto, el Señor puede hacer reverdecer un
jardín; que ante las adversidades nuestro Dios hace evidente su gloria; que ante
la maldición el Señor puede establecer su bendición, él es todopoderoso y
soberano. Dios nos anima.
El Señor renueva a los israelitas quienes van camino a la tierra que él
les ha prometido. Los israelitas venían fatigados, cansados, y tal vez muchos desanimados,
pero el Señor no sólo endulzó aquellas amargas aguas sino que los guió hasta Elim,
Éxodo 15:27.
La palabra Elim quiere decir: “arboles grandes”. Por lo general éste lugar es identificado con el Wâds
Gharandel, a unos noventa y seis kilómetros al sudeste de Suez, el cual
mantiene una vegetación abundante de palmeras, acacias y tamarindos, así como una
fuente de agua permanente que genera 4.770 litros cada minuto. Israel halló
allí sombra para refugiarse, descansar, y mucha agua para beber, y así renovar sus
fuerzas para seguir adelante.
Nos dice la Biblia “Doce fuentes de aguas” número que no es casualidad.
Son aguas no estancadas, fluyen con fuerza y abundancia (y Dios proveyó una fuente
para cada tribu: porque el Señor tiene suficiencia para todos sus hijos).
Todos ellos bajo aquellas palmeras y en medio de aquel gran desierto,
renovaron sus fuerzas, así como también llenaron sus recipientes de agua para
seguir hacía el propósito de Dios: conquistar la tierra que fluye leche y miel.
Conclusión: Aunque en muchas ocasiones el camino nos pueda parecer adverso y
difícil, el Señor nos renueva y fortalece, con su poder y bondad acomoda las
cosas para animarnos a perseverar y seguir adelante. Nosotros no podemos quedar
a mitad del camino, es fundamental avanzar hacia el destino que Dios ha trazado
para nuestra vida y descendencia. Siempre el poder de Dios será más grande que
la dificultad.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
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Amén.
ResponderEliminarGracias Pastor Gonzalo por compartir La Palabra de Dios. Es de gran bendición. Dios Padre le continúe bendiciendo grandemente en unión de su familia
Muchas gracias Ester por dejarnos tu comentario. Tus palabras apoyan éste ministerio. Dios te bendiga.
EliminarDios lo continué bendiciendo, cada palabra es una bendición y una voz de aliento al necesitado y en conclusión todos necesitamos de la palabra de Dios.
ResponderEliminarMuchas gracias por dejarnos tus palabras Alejandro. Dios bendiga tu vida y familia.
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