Introducción: (Jesús hace milagros). Como el mejor maestro el Señor
usará distintas personas, circunstancias y medios para hablarnos y revelar su voluntad
y propósito, por eso con frecuencia nos sorprenderá. Es necesario entonces mantener
una actitud correcta y un corazón manso para aprender lo que Dios nos quiere
enseñar…
Sermón: JESÚS
HACE MILAGROS.
Nos
enseña la Biblia en Juan 21:1-3 “Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a
los discípulos junto al mar de Tiberias, y se manifestó de esta manera: Estaban
juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Didimo (el Gemelo), Natanael de Caná de
Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. “Me voy a pescar”
les dijo Simón Pedro. “Nosotros también vamos contigo” le dijeron ellos. Fueron
y entraron en la barca y no pescaron nada aquella noche”.
En primera instancia vemos a los discípulos
sin el Señor Jesús a su lado, y viven una gran ausencia de dirección, además
ellos invierten sus fuerzas y su tiempo sin resultados positivos. Este lago de
agua dulce tenía varios nombres, se le llamaba: mar de Galilea, lago de
Genesaret y mar de Tiberias, y se le menciona mar por su inmenso tamaño al compararlo
con el resto del país, pero en realidad es un gran lago de agua dulce.
Es muy interesante que aquel mar se distinguía
por su gran cantidad y variedad de peces, pero aunque el agua era dulce y los
peces muchos, los discípulos pasaban por un tiempo difícil, pues “aquella noche
no pescaron nada”.
La Biblia nos enseña que Jesús llega en el
momento justo: “Cuando ya iba amaneciendo, se presentó el Señor en la playa;
más los discípulos no sabían que era Jesús” Juan 21:4. El pasaje nos enseña: “cuando
iba amaneciendo”, tal vez eran las 5:00 o 6:00 a.m. seguramente volvían
desanimados y cansados, ellos “no sabían que era Jesús” pero la mirada del
Señor estuvo sobre ellos toda esa noche, a pesar de las dificultades.
Cuando el Señor nos dirige, los resultados son
maravillosos: “él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y
hallaréis. Ellos entonces la echaron, y no la podían sacar, por la gran
cantidad de peces” (Versículo seis). Vemos entonces una gran diferencia entre
“toda la noche que no pescaron nada” y “cuando echaron una sola vez la
red encerraron gran cantidad de peces”, esto nos recuerda que solo debemos seguir
la dirección divina para ver resultados sobrenaturales.
En este lago el Señor Jesús hizo dieciocho de
los treinta y tres milagros registrados en la Biblia, pues donde está la
presencia de Jesús cualquier cosa puede pasar. La Escritura nos dice que Pedro “se
lanzó al mar” quizá quería ser el primero en ver al Maestro y hablar con él, para
Pedro tuvo más valor la presencia misma de Jesús que las bendiciones y milagros.
Conclusión: El amor y cuidado
de Dios van mucho más allá de una provisión o milagro. Cristo es Dios todopoderoso,
él es nuestro dador de vida, sólo en él tenemos vida eterna. Es necesario
permitir al Señor hacer su obra en nuestro corazón y él sabe cómo hacerlo. Confía
en su bondad y poder.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Sermones. Jesús hace milagros. - Temas para predicar -
MUY LINDA LA PALABRA AYUDA A SABER MAS AMÉN
ResponderEliminarMuchas gracias Carmen por tus palabras. Bendiciones.
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