El amor por Dios es vital

Sermón: El amor por Dios es vital.

  

Es muy importante reflexionar en todas las cosas que Dios ha hecho. Las cosas grandes, no son sólo grandes por su tamaño, de hecho las cosas más pequeñas nos muestran la grandeza de Dios.

Cuando nos detenemos y podemos observar los árboles por ejemplo, no son grandes sólo los de gran altura, las flores más pequeñas o el hermoso colibrí nos muestran la grandeza de Dios en sus colores y hermosura.  

Seguramente, hay muchas cosas que muchos no valoren, pero para Dios son de gran valor, como tu perseverancia y deseo de agradarle, búscalo en secreto (tal vez nadie se entere, ni sea de valor para ellos) pero está escrito en la palabra de Dios que el Padre celestial, a quien le busca en secreto, lo recompensará delante de todos.  

1) Dios desea una iglesia que le ame apasionadamente.

Es muy importante conocer al Espíritu Santo. Hechos 19:6

“Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban”.   

Como podemos ver estos discípulos tenían un corazón muy dispuesto, el apóstol Pablo acaba de enseñarles acerca del Señor Jesús y viene sobre ellos el Espíritu Santo, hablaron en lenguas y profetizan, para ellos el Espíritu Santo no era un concepto, él se convirtió en una poderosa realidad para sus vidas.     

El Espíritu Santo nos lleva a amar la palabra de Dios, nos ayuda a vivir lo sobrenatural y nos fortalece para superar toda adversidad. Hechos 19:10-11, 18-20. 

Esta congregación estaba ubicada en la ciudad de Efeso, y la palabra “Éfeso” quiere decir: deseable, amado, y esto nos da una connotación del amor de Dios por aquella iglesia local, y nos muestra además el amor de la iglesia hacia el Señor.  

La iglesia de Efeso era una congregación que amaba la revelación de Dios a través de las Escrituras (de hecho, la Carta a los Efesios es considerada una “obra maestra del Nuevo Testamento” o “el lugar santísimo del Nuevo Testamento”).  

Esta congregación en Efeso experimentaba de modo especial el poder sobrenatural del Señor, y la brujería que dominaba la región fue derrotada a pesar de la multitud de adoradores de Diana de los efesios. Ídolo muy conocido en aquella región.

La ciudad de Efeso fue lugar de avivamiento por la gloria de Dios allí, y de ella se escribe en el Libro de los Hechos, en Apocalipsis y por supuesto, la epístola del apóstol Pablo a los efesios.  

        

2) Lamentablemente, la iglesia de Efeso descuidó su amor por Dios. Apocalipsis 2:4.                

La congregación en Efeso se descuidó.

Como nos enseña la Escritura esta congregación nació en el tercer viaje misionero del apóstol Pablo (esto sucedió en el año cincuenta y tres después de Cristo aproximadamente), el apóstol pastorea allí por tres años, y escribe la Carta a los Efesios en el año 60 después de Cristo.  

El libro de Apocalipsis fue escrito en el año noventa y cinco aproximadamente, entonces poco a poco la iglesia de Efeso descuidó “el primer amor”, o como dice el Señor Jesús en otra versión bíblica: “ya no me amas como al principio”. Entonces, debemos cuidar nuestra comunión con Dios.    

La Biblia nos muestra la importancia de una fuerte relación entre Cristo y su iglesia:

Nos dice la Escritura según Efesios 5:25 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”.

Este texto de la Biblia nos habla de enamoramiento, comunión, intimidad, fidelidad, etc. Pero, generalmente con el tiempo esto se descuida y se deteriora, poniendo en riesgo tan importante relación. Este es un asunto de vital importancia.    

3) Descuidar el primer amor trae tristes resultados. Apocalipsis 2:2-3    

“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado”.

Podemos mencionar algunos enemigos del primer amor: 

Obras en exceso (se quiere llenar el vacío espiritual con el quehacer ministerial).

Vida religiosa (hay oración pero no intimidad; no hay genuina adoración; la persona se congrega por hábito no por anhelo de Dios, así que llega a la iglesia tarde, murmura de los otros, critica el servicio, y sólo cuando tiene privilegios asiste a la iglesia, entre otros).

Orgullo espiritual (considera que ya sabe mucho).

Discernimiento natural, no por el Espíritu (por ejemplo cuando el sacerdote Elí juzgó a Ana, cuando ella oraba en el templo y él pensó que estaba ebria).  

Insensibilidad al Espíritu Santo (no hay preocupación por Su presencia, por su obra, ni por su mover, no hay anhelo de conocerlo, etc).

No hay pasión misionera (una persona enamorada, sólo habla de su amor; una iglesia enamorada de Jesús hablará de él).  

Pero vemos en este pasaje de Apocalipsis 2:2-3, que ellos tenían obras y servicio, pero habían descuido esa pasión por la presencia de Dios y ese amor sencillo, pero sincero por el Señor Jesucristo.

4) El mismo Señor da las instrucciones para volver al primer amor. Apocalipsis 2:5.    

Es decir, el cristiano debe evaluar su vida y su corazón hacia el Señor, recordando cómo fueron sus primeros pasos en la fe.

Debía hacer correctivos y volverse al Señor con sencillez de corazón, sirviendo a Cristo con humildad sabiendo que el primer lugar es para el Señor y reconocer que toda fuerza y capacidad viene de Cristo para la gloria de su nombre.

Reflexión final: Sin duda, el Señor quiere lo mejor para nosotros, pero eso no significa que podemos descuidar nuestra relación con él. Nuestro amor por Dios debe mantenerse tan fuerte como cuando le entregamos nuestra vida a él completamente.  

Por eso, debemos ser diligentes y mantener activo nuestro discernimiento, pues cuando nuestro corazón se enfría debemos buscar el fuego del Espíritu Santo que se encuentra precisamente en la intimidad con él, pidamos perdón al Señor y busquemos con amor y perseverancia su poderosa presencia.

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

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