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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
. . Sermones escritos listos para predicar - para predicar. A continuación ponemos a tu disposición un listado de sermones escr...
jueves, 17 de septiembre de 2020
Sermón: La relación con Dios va más allá de
toda religión.
La
misma tradición religiosa y sus respectivos ejercicios, nos enseñan que podemos
calmar o tranquilizar nuestras conciencias (con unos cuantos rezos y algunos
rutinas), pero cuando nos exponemos a la palabra de Dios y a su presencia con
sinceridad de corazón, podemos contemplar nuestra gran necesidad de su amor y de
su poder transformando nuestra vida.
Ante
la gloria de Dios nos damos cuenta, que nuestra vida de fe tiene que ir mucho
más allá de nuestras palabras, que la relación con Dios es algo trascendente y
sobrenatural.
Texto
bíblico: Mateo 3:1-17.
1) Veamos, en primer lugar el
ministerio de Juan el bautista.
Este
siervo de Dios, fue un profeta enviado por el Señor como precursor de
Jesucristo. Mateo 3:3 “Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías,
cuando dijo: Voz del que clama en el desierto, Preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas”.
La
palabra de Dios nos enseña que Juan el Bautista nace seis meses antes que el
Señor Jesús, y nace con el propósito de preparar o disponer los corazones de
Israel para la llegada del Hijo de Dios, el Mesías prometido.
La
vida y ministerio de Juan el bautista, fueron también un mensaje del Señor para
el pueblo de Israel.
Nos
dice la Escritura en Mateo 3:4 “Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y
tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel
silvestre”.
Juan
el bautista, por ser hijo de Zacarías sacerdote del Señor, podía aspirar al
sacerdocio en el templo en Jerusalén (esta era la principal ciudad, lugar de multitudes,
con un reconocimiento eclesial y con toda la pompa religiosa de la nación); sin
embargo, lo vemos ejerciendo el ministerio en el río Jordán, distante de la religión
establecida por escribas, fariseos y sacerdotes que brillaba en la ciudad
capital.
La
Biblia nos enseña su vestido, Juan el bautista, estaba vestido de pelo de
camello (“manto velloso”), y este fue un símbolo del ministerio profético en el
Antiguo Testamento (por ejemplo, el profeta Elías lo usaba), y era un signo de
un mensaje divino llamando al arrepentimiento de la nación.
Es
muy interesante observar además, que tanto Elías como Juan el Bautista,
confrontaron la apostasía y religión en Israel, y es interesante que ambos lucharan
contra el espíritu Jezabélico, revelado en el Antiguo Testamento.
Como
nos enseña el Nuevo Testamento, Juan enfrentó a Herodías, cuyo nombre
significa: heroína, campeona, grande. Era una mujer de carácter prepotente,
orgullosa, arrogante, manipuladora, dejó a su verdadero esposo, para casarse
con su cuñado.
Como
podemos ver, el estilo de vida de Juan Bautista contrastaba con la vida de
palacio y la vida hipócrita de los fariseos y de los sacerdotes de la ciudad de
Jerusalén.
2) Juan el bautista enseñó la
importancia de los frutos dignos de arrepentimiento.
La
Escritura nos enseña que el Reino de Dios rechaza la religión. Mateo 3:7-8.
Nos
dice Mateo 3:7-8 que “Al ver el que muchos “Al ver él que muchos de los
fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: Generación de
víboras ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos
de arrepentimiento”.
Debemos
recordar aquí que las víboras huyen del fuego, éstos (los fariseos y los saduceos)
habían aprendido a vivir de manera religiosa y aparente, sin tener temor de
Dios al fuego de su juicio.
Los
beneficios y participación en el reino de los cielos requieren arrepentimiento.
Nos
enseña la palabra de Dios en Mateo 3:10-11 “Y ya también está puesta el hacha a
la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y
echado en el fuego. Yo a la verdad os bautizo con en agua para arrepentimiento;
pero el que viene tras mí… es más poderoso que yo, él os bautizará en Espíritu
Santo y fuego”.
En
esta sección de la Biblia podemos ver al Espíritu apremiar al arrepentimiento, llamado
característico del ministerio profético, y cuando aceptamos ese llamado de Dios
es entonces cuando empezamos a experimentar las poderosas bendiciones
sobrenaturales del Señor.
Es
interesante ver que Juan el Bautista nos habla de un nuevo bautismo: “bautismo
en Espíritu Santo y fuego”.
Debemos
reflexionar en esto, y no pasarlo inadvertido. En la Escritura, podemos ver dos
clases de fuego: el fuego de la condenación y el fuego del Espíritu Santo, el
primero nos habla del sufrimiento eterno y el segundo nos habla de la obra
sobrenatural del Espíritu Santo en cada una de nuestras vidas.
Obra
a través de la cual, somos transformados en hijos de Dios cuyo corazón crece y
madura cada día, es esa labor profunda y poderosa que Dios hace desde el
espíritu nacido de nuevo.
3) La obediencia del Señor
Jesucristo.
El
Maestro nos revela el diseño divino,
Nos
dice la Escritura en Mateo 3:13-15 “Entonces Jesús vino a Galilea a Juan al
Jordán, para ser bautizados por él. Más Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú
vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que
cumplamos toda justicia. Entonces le dejó”.
En
este pasaje, como en el resto de los evangelios, podemos ver al Señor Jesús actuar
por amor a su Padre, por obediencia y textualmente dice: “para cumplir toda
justicia”. Como vemos, lo más importante para el Hijo fue obedecer al Padre celestial.
Juan
el bautista inicialmente no quiere bautizar al Señor Jesús, pues se considera
indigno de hacerlo, el Maestro le enseña que así debe ser, pues es necesario
primero hacer la voluntad del Padre Celestial.
Veamos
ahora, los poderoso beneficios de obedecer a Dios, Mateo 3:16-17.
“Y
Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le
fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía
sobre él. Y hubo una voz del cielo, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia”.
Entonces,
como podemos ver, el Padre celestial tenía planeado todo esto para su Hijo,
pero era necesario que el Señor Jesús activará esto mediante sus acciones
obedientes, perfectas y de fe. Estas son las acciones que dan honor y gloria a
Dios.
Específicamente
estos resultados son:
Primero,
los cielos se abren,
Segundo,
se viven nuevos niveles en el Espíritu Santo,
Tercero,
se escucha la voz de Dios,
Cuarto,
la identidad como hijo de Dios se fortalece,
Y
quinto, es afirmada la revelación de la paternidad de Dios.
Reflexión final: Es
muy importante mantener la sensibilidad de nuestro corazón, pues Dios
continuamente nos estará hablando (por diferentes medios) para que sigamos Su
camino, con frutos consecuentes a nuestra fe.
Nuestro
buen Dios anhela derramar cada vez más de su poder sobre nosotros, y requiere
nuestra obediencia. Sigamos las pisadas del Maestro, y su gloria y poder en
nuestra vida nos seguirán cada día. Como resultado de caminar con el Señor, las
añadiduras y bendiciones vendrán y nos alcanzarán.
Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invito a leer: Confía en Dios, él gobierna todas las cosas
.
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