Entrada destacada
SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
. . Sermones escritos listos para predicar - para predicar. A continuación ponemos a tu disposición un listado de sermones escr...
lunes, 28 de diciembre de 2015
- 10:58
- Pastor Gonzalo Sanabria
- Dios, fuerza, gracia, Moisés, planes
- No comments
“En aquellos
días sucedió que, crecido ya Moisés, salió a visitar a sus hermanos. Los vio en
sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de sus hermanos
hebreos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no había nadie, mató al
egipcio y lo escondió en la arena” Éxodo 2:11-12.
A esta altura Moisés tiene cuarenta
años de edad, y por unos treinta y cinco fue educado en la corte real egipcia
con los mejores profesores y asesores del imperio. El texto nos dice “él salió
a visitar a su hermanos hebreos”, de manera que Moisés sabía que era hebreo y
que el pueblo oprimido era su pueblo. Las décadas de educación y formación
egipcia no lograron diluir su identidad hebrea. Cuan importante es esto,
mantener nuestra identidad como pueblo de Dios por encima del entorno en el que
nos encontremos, pues somos “real sacerdocio, nación santa, linaje escogido
para anunciar las virtudes de nuestro Dios”.
En éste escenario Moisés (quien “era
poderoso en palabras y obras”) era testigo del maltrato de un egipcio a un
hebreo e impulsado por su ira y deseos de justicia propia, habiendo observado
que no había testigos, se lanza contra el egipcio y lo mata. Creo que como Moisés,
muchas veces nosotros impulsados por la ira u otras pasiones, hemos actuado
loca y apresuradamente, provocándonos un profundo daño y lastimando a otros.
Acto seguido, cual Moisés que esconde el cuerpo en la arena, queremos
justificar, cubrir o esconder nuestras acciones.
La verdad es que en nuestra mente hay
muchos conceptos bíblicos, de tal manera que podemos tener extensas y variadas
conversaciones teológicas, sin embargo, observamos que buen número de veces,
nuestra vida diaria no se ajusta a ese conocimiento teológico, por qué? Porque
requerimos más que un saber, esto es, revelación de Dios, su temor en nuestro
corazón y una relación consciente, sincera y constante con él.
Moisés pensaba que sus hermanos
hebreos habían comprendido ya, que él era el libertador (Hch. 7:25), pero ellos
no lo habían entendido así. Seguramente en sus primeros años antes que su madre
lo entregará a la hija de faraón, Moisés fue instruido y había asimilado la
razón de su vida: sería el libertador de Israel. Pero Moisés como nosotros
tenía que aprender a caminar en los tiempos de Dios y entender que la obra del
Señor no se hace “ni con fuerza, ni con ejercito, sino con el Santo Espíritu de
Dios”.
Ante éste error y fracaso (el homicidio), Moisés huye y vive como extranjero
en la tierra de Madián, éste nombre Madiàn significa: disputa, y revela la
condición del corazón de Moisés, luchaba con su llamado, con su futuro, con lo
que acababa de hacer. Pero Dios estaba al tanto de lo que estaba pasando, y
sabía lo que había de hacer, visitaría a Moisés, lo llamaría, y restaurado lo
enviaría a cumplir con aquel plan para el cual había nacido.
Reflexión
final: Es
fundamental que nos acerquemos cada vez más a Dios, y procurar conocerle más
allá de un saber bíblico y escrito. Perseverar a pesar de los errores y
tropiezos, y en ese espacio de encuentro con Dios, él nos guiará al cumplimento
de aquello para lo cual fuimos diseñados, y es esto lo que produce en nosotros
un gozo altísimo, gozo incomprendido por el mundo, pues su naturaleza es
celestial, y nada iguala la plenitud que se experimenta cuando hacemos aquello
para lo cual Dios nos creó.
Escrito por Gonzalo Sanabria para Estudios y sermones. Autorizado para ser publicado en Mensajes y sermones para predicar.
Te invitamos a leer: "LA RENOVACIÓN DEL ÁGUILA".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario