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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
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jueves, 14 de enero de 2016
- 14:19
- Pastor Gonzalo Sanabria
- actuará, Dios, favor, Jesús, tu
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“Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.”, Éx. 8:1.
La Biblia nos enseña ahora las plagas o juicio de Dios sobre Egipto y la dureza del corazón de Faraón, quien veía la destrucción gradual de su imperio, pero continuaba lleno de arrogancia y soberbia, sin dar oído al mensaje de Dios. Al considerar esto, debemos reconocer que a veces la dureza de nuestro corazón nos lleva a sufrir las consecuencias de no oír y obedecer al Señor.
Moisés estaba en la presencia de Dios, pues el texto dice: “Jehová dijo a Moisés”, y es enviado por el Señor a “entrar en la presencia de Faraón”. Cuán importante es mantener éste orden: primero Dios y luego lo demás. Es en Su presencia donde conocemos Su voluntad, sus planes, allí somos comisionados y ungidos para llevar a cabo su encargo.
Recordemos que el ministerio o servicio, debe ser el resultado de la comunión con Dios, así lo dijo Jesús: “escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo servirás”, la adoración personal, intima, debe preceder el ministerio o servicio.
El mensaje que Dios envía a Faraón, es muy significativo: “deja ir a mi pueblo, para que me sirva”. La primera parte de la frase (“deja ir a mi pueblo”) nos revela varias cosas:
1. El enemigo del pueblo de Dios usará todos los medios posibles para tenerlo cautivo, de manera que no pueda servir al Señor.
2. El enemigo del pueblo de Dios le presentará muchas alternativas para tenerlo ocupado y distraído, de manera que no le sirva al Señor (Ej: ocupaciones múltiples, depresión, heridas, tentaciones, resentimientos, etc).
La segunda parte de la frase (“para que me sirva”) nos habla de propósito, diseño y plan divino. Dios nos ha equipado para alcanzar lo que él ha planeado para nosotros. El término “servir” viene del hebreo abád, que además traduce: adorar, arar, culto, desempeñar, honrar, ministrar, trabajar. Así pues nuestro servicio debe ser una expresión de adoración a Dios, y no una carga incomoda.
Servimos a Dios por gratitud, porque lo amamos, porque ha extendido su gracia sobre nosotros y cómo dijo el apóstol Pablo: “su gracia no ha sido en vano para conmigo”.
Finalmente Dios saca a su pueblo, a través de obras sobrenaturales y es lo que está dispuesto a hacer por ti, si avanzas y le crees, pues él no ha cambiado, su deseo es la libertad para sus hijos y que éstos avancen hacia su plan.
Reflexión final: Dios muestra su gran poder a favor de su pueblo, y lo libera conduciéndolo hacia la tierra prometida. Esto nos recuerda que nuestro Dios es todopoderoso, que él no cambia, y es quien nos saca del cautiverio, rompe las cadenas espirituales, para que con gozo y gratitud le adoremos y sirvamos, Dios actuará a tu favor.
Escrito por Gonzalo Sanabria para Estudios y sermones. Autorizado para ser publicado en Mensajes y sermones para predicar.
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