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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
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lunes, 21 de marzo de 2016
- 11:16
- Pastor Gonzalo Sanabria
- Dios, Espíritu, guiados, por, Santo
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“Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego” Éxodo 13:21-22.
Dios conduce a su pueblo a la tierra prometida y ha decidido no llevar a Israel por el camino de la tierra de los filisteos, sino por el desierto, para que no se arrepintiera al ver la guerra (Recordemos que todo tiene su tiempo, y para Israel no era el tiempo de la guerra, más adelante la tendrían. Era el tiempo para aprender a Seguir a Dios, oír Su voz, conocer sus leyes y su poder proveedor en medio del desierto, pues Dios mismo iba delante de ellos). Sin duda alguna las más grandes bendiciones son halladas cuando somos guiados por Dios.
Así como vemos que Dios cambiaba su manifestación de la nube al fuego de acuerdo al tiempo, es fundamental depender de Dios en todo tiempo y mantener esa sensibilidad, pues lo que Dios dijo e hizo ayer, no es necesariamente lo que está diciendo y haciendo hoy. Es interesante que la palabra “guiarlos” aquí, sea traducida del término hebreo nakjá, que además significa pastorearlos, así pues dejarse guiar por Dios, es dejarse pastorear por él.
Dice el texto “a fin de que anduviesen de día y de noche”, entonces el deseo de Dios era que ellos caminaran sin importar la adversidad del tiempo (un sol intenso en el día y/o un gran frío en la noche, pues en ambos Dios era su fortaleza y protección). Hoy, Dios te hace el mismo llamado: “avanza, aunque el tiempo sea adverso y difícil, yo estoy contigo”.
Es de resaltar la frase del vrs. 22 “Nunca se apartó… la nube… ni el fuego”, claro hasta que entraron en la tierra prometida. Recordemos que mientras Israel caminó por el desierto, provocó la ira y decepción de Dios varias veces (quisieron volverse a Egipto varias veces, se rebelaron contra Moisés y Aarón, murmuraron por falta de agua y comida, menospreciaron el maná, etc), sin embargo Dios en su santidad consigo mismo y fidelidad hacia su palabra “nunca” apartó su protección, provisión y dirección de su pueblo, siempre estuvo allí conduciéndolo, cuidándolo y formándolo de acuerdo al momento.
Reflexión final: Nuestro corazón puede descansar confiado en Dios, en su soberanía y amor. Él siempre sabe lo que hace y cómo lo hace. Confía en Dios, procura su dirección, persevera, avanza, aunque el tiempo sea difícil, él va contigo.
Te invitamos a leer: "¿POR QUÉ ES PODEROSA LA ADORACIÓN CRISTIANA".
Escrito por Gonzalo Sanabria para Estudios y sermones. Autorizado para ser publicado en Mensajes y sermones para predicar.
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