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SERMONES ESCRITOS LISTOS PARA PREDICAR
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lunes, 27 de febrero de 2017
El texto de Habacuc 3:17-18 (en el párrafo siguiente) nos enseña
que el profeta es consciente de la prueba y la adversidad, que aunque seamos
hijos de Dios aparecen en el camino. El libro de Habacuc es escrito aprox. en
el año 600 A.C. y aunque se da antes del cautiverio de Babilonia, era muy
reconocida la fuerza, el poder y la crueldad del imperio de Babilonia, ese
cautiverio para Israel estaba ya profetizado por Dios (lo más seguro es que tenían
incertidumbre, temores, y eran conscientes de la violencia del ejército babilónico).
Entonces podemos ver que por las sequías y/o por el ejército de Babilonia
serían destruidos los cultivos de la uva, así como las higueras, los olivos, el
ganado, es decir los principales productos del pueblo de Israel (pues ellos
eran básicamente agricultores y ganaderos).
Nos dice Habacuc 3:17-18 “Aunque la higuera no
eche brotes, Ni haya fruto en las viñas; Aunque falte el producto del olivo, Y
los campos no produzcan alimento; Aunque falten las ovejas del redil, Y no haya
vacas en los establos, Con todo yo me alegraré en el SEÑOR, Me regocijaré en el
Dios de mi salvación”.
Debemos tener
en cuenta que el Libro del profeta Habacuc es un texto que lleva el nombre
de su autor y aquel nombre significa entre otros: “uno que abraza”. En la parte
final de la profecía, ese nombre adquiere una connotación especial pues el
profeta se aferra al Señor sin importar las pruebas de Dios hacia la nación. Estas
cosas nos recuerdan que el gozo del cristiano está en el Señor mismo, y no en
las circunstancias que vivimos.
El profeta Habacuc toma la decisión de confiar y gozarse en Dios. Por
eso vemos que el versículo 17 nos dice: “Aunque”, y el versículo 18 expresa:
“con todo, me gozaré en Dios”. También debemos tener en cuenta que al final de
éste texto aparece una inscripción especial que dice: “Al jefe de los cantores.
Para instrumentos de cuerdas”, lo que nos indica entonces que el profeta era un
levita (es decir un cantor o músico), por eso podemos concluir que no sólo era músico,
era ante todo un adorador al servicio de Dios.
La verdadera adoración debe estar enfocada en la esencia y poder
del Señor mismo, por eso es que podemos ver la fortaleza de la fe del profeta
Habacuc. La Biblia nos muestra que el origen de su alegría o de su gozo era
Dios mismo, no era la “bendición” ni la provisión sino saber que Dios tenia
cuidado de él.
Además vemos
que es muy interesante el significado de su nombre. Habacuc significa también:
“hierba fragante” (entonces habla de una vida que agrada al Señor), recordemos también
que este nombre significa: “el que abraza”, es decir uno que ama, uno que se
aferra al Señor. Por su estilo de vida, que es sin duda la mejor adoración, el
profeta Habacuc daba evidencia de su amor y fidelidad al Señor.
El pasaje bíblico nos dice además: “me alegraré en Jehová, me
gozaré en el Dios de mi salvación”, las palabras hebreas para alegrarse y
gozarse, utilizados aquí traducen e implican: “saltar de gozo”, “regocijarse,
divertirse”, “girar alrededor”, “gritar de regocijo”, entonces estamos hablando
de un gozo manifiesto, evidente.
El profeta Habacuc confiado en el cuidado y la bondad del Señor no
permite que la dificultad o adversidad derribe su gozo y alegría en Dios, más
bien decide expresarlo con fuerza (ten presente que la Biblia nos dice: “el
gozo del Señor es nuestra fuerza”). Mantener el gozo de Dios es muy importante.
Reflexión final: En el camino de la fe seguramente aparecerán obstáculos que
superar, a lo mejor momentos de escasez (como le ocurrió a la nación de Israel
y al profeta), pero son estos tiempos donde debemos fortalecer nuestra comunión
y fe en Dios, pues al final veremos la victoria en Cristo.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "DIOS CUMPLE SU PALABRA".
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