Miles de personas en aquella ocasión fueron testigos de uno de los más grandes milagros en el ministerio terrenal del Señor Jesús, pues se alimentaron cinco mil varones sin contar las mujeres y los niños, habían seguido y buscado l Maestro y él no los decepcionó. El Señor fue propicio a su necesidad. Dios es bueno.
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martes, 15 de noviembre de 2016
Es muy importante administrar bien todo lo que el Señor nos entrega. Debemos recordar aquí que Adán no administró bien lo que el Señor le encomendó. ¿por qué? Porque no siguió el mandamiento divino. Él pensó que podía hacerlo mejor por su propia cuenta (sin seguir el consejo de Dios). Adán creyó que era posible quebrantar las leyes de Dios, y salir bien librado. Jesucristo es también llamado el postrer Adán, es Aquel que vino a restaurar las incorrectas acciones del primer Adán en el Edén. En éste texto bíblico vemos cómo el Señor Jesús sigue la dirección de su Padre Celestial, es aquí cuando vemos el poder y la gloria de Dios...
Jesús hace un poderoso milagro de provisión
Marcos 6:41-44 “Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos. Y comieron todos, y se saciaron. Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces. Y los que comieron eran cinco mil hombres”.
Debemos reconocer que el Señor es nuestro proveedor. Jesucristo recibió lo que los discípulos habían hallado entre la multitud (es decir los cinco panes y los dos peces) y “miró al cielo” esto es una señal de reconocimiento, dependencia y adoración. Podemos ver que el salmista lo dijo de la siguiente manera: “¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro de Jehová que hizo los cielos y la tierra” (Salmo 121:2). Cuando nuestros ojos están en él, nunca seremos decepcionados, ni avergonzados.
Nos sigue diciendo el texto bíblico que Jesús “bendijo” los cinco panes y los dos peces, o como nos lo dice en otras versiones: “dio gracias a Dios”. vemos pues que la ingratitud nos aleja de la bendición de Dios, por ejemplo: el pueblo de Israel por el desierto continuamente se quejó y murmuró (ellos se quejaron por el camino que tenían por delante, también por la provisión del maná, por la escasez de agua en el desierto, por los enemigos que encontraban por aquel camino, también por el líder que Dios había puesto, entre otras razones).
Sin embargo vemos a nuestro Maestro, al Señor Jesús, dando gracias (aunque vemos que en primera instancia no era suficiente para aquella multitud, aunque pudo haber expresado a sus discípulos: “muchachos esperaba algo más”, no se quejó sino que dio gracias por aquella provisión…). Recordemos que la misma Biblia nos enseña: “Entrad por sus puertas con acción de gracias”. Un corazón agradecido es de gran valor.
Podemos concluir aquí que los milagros están precedidos de un corazón agradecido. Sí el quejarse, murmurar, preocuparse, o angustiarse, solucionara los inconvenientes y problemas de la vida no habría dificultades en este mundo. Al observar la Biblia, vemos que el Señor nos enseña a ser agradecidos en todo momento, aún en aquellos difíciles, pues esto nos ayuda a tener un pensamiento y mirada diferente: veremos la adversidad como una oportunidad para crecer en fe, madurar, para conocer más al Señor, para avanzar hacia los planes de Dios.
Miles de personas en aquella ocasión fueron testigos de uno de los más grandes milagros en el ministerio terrenal del Señor Jesús, pues se alimentaron cinco mil varones sin contar las mujeres y los niños, habían seguido y buscado l Maestro y él no los decepcionó. El Señor fue propicio a su necesidad. Dios es bueno.
Miles de personas en aquella ocasión fueron testigos de uno de los más grandes milagros en el ministerio terrenal del Señor Jesús, pues se alimentaron cinco mil varones sin contar las mujeres y los niños, habían seguido y buscado l Maestro y él no los decepcionó. El Señor fue propicio a su necesidad. Dios es bueno.
Conclusión: Nuestro corazón debe ser agradecido con el Señor en todo momento, y más bien caminar con él para ver su poder y obra sobrenatural, pues quienes le siguieron a éste lugar de Galilea pudieron vivir una obra poderosa de Dios y ser bendecidos por los milagros y las palabras de vida del Señor Jesucristo.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "EL PROPÓSITO DE DIOS PARA MI VIDA".
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