Cambiemos nuestra manera de hablar.
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viernes, 23 de febrero de 2018
Introducción: Con frecuencia pecamos con nuestras palabras. A veces por la ira
salen de la boca palabras que ofenden y marcan el corazón de otros, y aquellas
palabras son muy difíciles de recoger después de ser lanzadas, por eso es muy
importante saber hablar. Las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres, entonces hablemos para edificación. También debemos saber escuchar,
pues Jesús dijo: “Se os añadirá a vosotros lo que oís” Marcos 4:24...
Cambiemos nuestra manera de hablar.
La palabra es una virtud que debemos administrar
con responsabilidad, nos dice la Biblia en Santiago 3:1-2
“Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de
vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos
muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz
también de refrenar todo el cuerpo”.
En primer lugar Santiago por el Espíritu Santo
anima a sus oyentes a no hacerse maestros apresuradamente o negligentemente.
Este consejo probablemente se deba a que muchos deseaban ser reconocidos como
maestros y tener posiciones de influencia; o tal vez su deseo era genuino y
bien intencionado, pero era sin duda un oficio de gran responsabilidad.
Santiago en el versículo dos enseña que un
cristiano “perfecto” no ofende con sus palabras, pero aquí ¿qué es perfección?
La palabra “perfecto” aquí se traduce del término griego “teleios” que además
significa: maduro, adulto, integro. Entonces nos habla de una persona que ha
alcanzado una genuina madurez espiritual.
La madurez espiritual se hace evidente entonces
en la manera de hablar de la persona, mediante las palabras se puede conocer el
corazón, pues Jesús lo dijo: “de la abundancia del corazón, habla la boca”.
Ésta persona (aquella con madurez espiritual) si
no ofende de palabra el pasaje bíblico añade “es capaz también de refrenar todo
su cuerpo”. Es decir una persona que logra ponerle freno a su lengua, también
es capaz de frenar el resto del cuerpo.
Conclusión: Donde abundan las palabras no falta el pecado,
también nos dice la Biblia. Entonces debemos procurar la sabiduría de Dios y la
prudencia que viene del Espíritu Santo para no pecar contra otros ni contra
Dios.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer el sermón: "DIOS ESTÁ POR ENCIMA DE LAS CIRCUNSTANCIAS".
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