Con alegría sirve a Dios

EL SERVICIO A DIOS ES UNA GRAN BENDICIÓN Y UNA GRAN RESPONSABILIDAD

 1) El ministerio debe tener los motivos correctos.

“Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no resultó vana; pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio en medio de gran oposición” 1 Tesalonicenses 2:1-2... 

Con alegría sirve a Dios. 

Pablo  recuerda las dificultades que tuvo en su visita y la honestidad de sus razones. Con esto afirma su sincero amor por ellos y debilita los argumentos de aquellos que querían apartar a los recién convertidos de la fe en Cristo. Pablo anuncio a Jesucristo en medio de gran oposición, y su ministerio fue altamente respaldado.

El mensaje anunciado por el apóstol nunca tuvo engaño alguno, y él mismo se comportó entre ellos rectamente. Deja claro que Dios mismo fue quien lo llamó, y por tanto es quien puede en realidad probar su corazón, y examinar sus motivos. No sirvió a ellos por avaricia, sino que buscaba la gloria de Dios. El servicio al Señor debe estar libre de protagonismo humano y de malas intenciones, es así como el que sirve a Dios será aprobado en el tribunal de Cristo.        

2) El ministerio implica esfuerzo y perseverancia (1 Tesalonicenses 2:7-9).

Pablo  procurando ser más cercano a ellos, como recién convertidos, se esforzó por enseñarles las primeras verdades de la vida cristiana, como una madre en lactancia alimenta a sus recién nacidos. Estas personas eran ahora sus hermanos en la fe, pero además sus hijos espirituales, a quienes les había llevado la nueva vida en Cristo.

Por todo esto estaba en la responsabilidad de enseñarles a crecer en Cristo, afirmarse en la nueva fe, y sentía la necesidad de cuidarlos de aquellos que venían a atentar contra su confesión cristiana. Ante la naciente iglesia Pablo probablemente se dedicó a hacer tiendas para su sustento, y así la iglesia se fortalecía, pues sólo tenía unos meses de fundada.

3) La integridad es una base fundamental que sostiene el ministerio (1 Tesalonicenses 2:10-12).

Los tesalonicenses y otros que podían ser testigos podían certificar la honesta conducta del apóstol Pablo quien se conducía rectamente en el ámbito religioso y moral. Asunto que no sólo nos sirve de modelo hoy, sino que nos recuerda la responsabilidad e importancia de conducirnos ejemplarmente. La integridad es un fundamento que sostiene nuestro servicio a Dios.  

Como un padre el apóstol Pablo no sólo enseñaba la palabra de Dios, sino que educaba a los creyentes para que anduviésemos como es digno del Señor. Él se ocupaba de alentarlos para actuar de manera correcta (exhortar), los animaba en sus pruebas y luchas (consolar), además de recordarles sus responsabilidades como cristianos.       

Éste caminar de fe consecuente con un estilo de vida correcto ante el Señor es fundamental no sólo porque es Dios mismo quien nos llamó, sino porque Jesucristo vuelve y participaremos de su reino y gloria.

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.  

Te invitamos a leer el sermón: "DIOS ESTÁ POR ENCIMA DE LAS CIRCUNSTANCIAS". 

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