La presencia de Dios nos restaura y renueva

(La presencia de Dios nos restaura y renueva). La palabra de Dios nos enseña de manera contundente que la presencia divina restaura nuestra fe y esperanza en él. Por eso vamos a considerar varias acciones del Señor Jesús en la restauración de la fe de sus discípulos después de que él resucitó, pues es también lo que el Señor hace con nosotros hoy… 

La presencia de Dios nos restaura y renueva.

El Señor Jesús acompañó a sus discípulos en su camino. Lucas 24:15 “Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos”.

Como podemos leer el pasaje bíblico nos dice que mientras dos de sus discípulos  hablaban, el Señor se les acercó y caminaba con ellos. Desde el principio la Biblia nos muestra a Dios acercándose al hombre y procurando caminar con él. Dios siempre procura todos los medios posibles para estar con nosotros, esto es evidencia de su amor.    

Nos dice también la Escritura en este caso en particular que el Señor Jesús se acercó a dos discípulos cuyos corazones estaban tristes y desanimados, además de un poco incrédulos.

Aunque ellos no eran conscientes de quien era aquel que caminaba con ellos, él con amor, paciencia y persistencia, los acompañó en aquel camino y momento de su vida, aunque ellos no lo sabían.  

La experiencia vivida por estos discípulos nos recuerda que aunque a veces nuestro corazón está débil en su fe, débil en su esperanza, y tal vez desanimado de manera que le cuesta trabajo confiar en las promesas de Dios, el Señor siempre está a nuestro lado para fortalecernos y ayudarnos a superar toda adversidad y crisis.   

Como podemos ver el mismo Señor Jesús los escuchó. Lucas 24:18-19 “Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? Entonces él les dijo: Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderosa en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo”.  

Es muy importante destacar aquí que para el Señor fue importante que ellos hablaran y compartieran su perfectiva de aquellos momentos. Lo que nos enseña que Dios quiere que hablemos con él y expresemos con libertad lo que está en nuestro corazón.

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La verdad es que con frecuencia hablamos mucho con otras personas y no está mal, pero Dios quiere que hablemos también con él, podemos con toda libertad abrir nuestro corazón y contarle al Señor nuestros miedos y luchas, sin esperar de él enojo ni menosprecio.

Más bien en Cristo hallaremos no sólo comprensión, sino también fortaleza y revelaciones para avanzar y superar todo obstáculo. En la presencia de Dios somos restaurados y renovados. 

Te invito a leer: 

1)  Deposita tu confianza en Dios.

2)  Confía en Dios aunque los tiempos sean difíciles.    

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Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.