No hay aflicción más poderosa que Jesús

(No hay aflicción más poderosa que Jesús). Las ataduras o cadenas espirituales pueden llevar muchos años sobre una persona. Nos dice Lucas 13:16 “Y a esta de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?”.

Nos enseña la Biblia que el Señor Jesús llegó a una sinagoga a enseñar, y mientras lo hace ve allí a una mujer que andaba encorvada y de ninguna manera se podía enderezar, en aquella situación de aflicción estaba aquella mujer hacia dieciocho años. Buscaba a Dios pero su vida estaba atada espiritualmente hablando. Pero en Cristo hay libertad

También en este pasaje el Señor Jesús nos enseña que había sido Satanás quien la había atado todo aquel tiempo, el diablo le había puesto esa atadura dieciocho años atrás, y eso había generado en ella su condición física.

Como podemos leer fue el Señor Jesús quien reveló esta causa espiritual, la mujer seguramente desconocía esto, pero Dios todo lo sabe y todo lo puede. Es el Señor quien revela las ataduras más secretas que afligen al ser humano.

(Te invito a leer: Sermones para predicar).   

Nos enseña la palabra de Dios que esta mujer asistía a la sinagoga, leía la Biblia, y cantaba los himnos al Señor, a pesar de esto aquella situación persistía, pero aquel día la presencia de Jesucristo estaba en aquella sinagoga y con su poder el Señor rompió esa atadura, porque todo es posible para Dios, por eso dice la Escritura:

“Para esto apareció el Hijo de Dios para deshacer las obras del diablo”. No hay ataduras y cadenas del reino de las tinieblas que Cristo no pueda romper.       

Al reflexionar detenidamente en este pasaje podemos concluir que hay muchas condiciones físicas que son el resultado de una atadura espiritual, y ante esta realidad debemos exponernos a la presencia de Dios y a su poder, pues es el Señor quien rompe toda atadura o cadena espiritual. Jesucristo sigue sanando y liberando a los cautivos.

  

Te invito a leer:

1)  El profeta Eliseo recibe una doble porción.

2)  Sermones escritos listos para predicar.

3)  Una familia restaurada por Dios. 

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Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.