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martes, 24 de marzo de 2020
(Toda la gloria es de Dios).
El corazón del hijo de Dios puede descansar confiadamente en las promesas del
Señor, pues él no sólo es todopoderoso para cumplirlas, sino que además es
fiel, y por tanto hará todo lo que ha dicho. Dios fielmente cumple sus promesas.
Esta realidad requiere del cristiano
humildad de corazón para siempre tener presente que toda la gloria es de Dios,
y que todo lo que tenemos o alcanzamos es por su gracia y misericordia. Veamos
este interesante estudio
Toda
la gloria es de Dios.
Deuteronomio 9:5 “No por tu
justicia, ni por la rectitud de tu corazón a entras a poseer la tierra de
ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de
delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres
Abraham, Isaac y Jacob”.
1) En primer lugar vemos, como
en muchos otros pasajes bíblicos, que una y otra vez el Señor le recuerda a su
pueblo que debe cuidarse de su propia soberbia, orgullo y autosuficiencia, para
no creer o concluir que las cosas que alcanza se debe a sus méritos o
capacidades. Toda la gloria es de Dios.
Por eso Dios le deja claro
a Israel que conquistar y poseer aquella tierra de la abundancia, o como dice
en otros pasajes “tierra que fluye leche y miel”, se lograría no por la
justicia propia ni por la rectitud del corazón de ellos, sino por la impiedad
de los cananeos. La maldad de los habitantes de Canaán hizo que perdieran aquella
tierra.
2) En segundo lugar además de
enseñarle a Israel que los cananeos serían expulsados de aquella tierra por su
maldad, también les que aquella tierra sería entregada a Israel porque Dios lo
había prometido. Él cumple fielmente sus promesas.
Es por esa razón que
podemos leer en este pasaje bíblico la expresión: “para confirmar la palabra
que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob”.
El Señor les entregaba aquella
hermosa y fértil tierra porque él lo había prometido y Dios cumple sus
promesas. No hay gigantes, ni obstáculos que puedan detener el cumplimiento de
las palabras de Dios. No hay poder en toda la creación que pueda detener la
fidelidad del Señor.
3) En tercer lugar podemos ver
que las promesas de Dios permanecen aunque transcurran las generaciones, su
palabra permanece para siempre, y su fidelidad permanece por generaciones, Dios
fue fiel con Abraham, con Isaac y con Jacob, y será fiel en nuestra vida y con
toda nuestra descendencia.
Podemos leer
en la palabra de Dios que el Señor cumplió todas sus palabras, en este caso el
Señor entregó aquella tierra a Israel como lo había prometido.
Hubo
grandes obstáculos y gigantes que derrotar, Israel mismo cometió errores, pero
el Señor trabajó con su pueblo y al final cumplió su palabra. Dios no miente,
él cumple todas sus promesas y en esa verdad divina podemos descansar.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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